Operación 'Malabripa'
El plan que urdió la presunta autora del sabotaje a la bodega Cepa 21 tras saber que iba a ser despedida
La detenida habría aprovechado los 15 días de preaviso de su despido para preparar su entrada en la bodega sin forzar puertas ni hacer saltar la alarma
La venganza de una exempleada detrás del vertido de 60.000 litros de vino: «Si es ella, se ha arruinado la vida»
Madrid
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Iniciar sesiónEl despido de una operaria de bodega y un plan de venganza minuciosamente urdido durante dos semanas estarían detrás del sabotaje a 60.000 litros de vino que sacudió al sector vitícola hace cuatro meses. Ese ataque contra dos de las mejores referencias que ... elabora el bodeguero José Moro –Malabrigo y Horcajo– y la que toma el nombre de su bodega en Castrillo de Duero (Valladolid) –Cepa 21– ha mantenido afanada a la policía judicial de la Guardia Civil hasta ayer.
Los agentes encargados de esta investigación, que empezó a la mañana siguiente de los hechos –el domingo 18 de febrero–, detuvieron este jueves 27 de junio en la cercana localidad burgalesa de Villaescusa de Roa a la presunta autora del vertido deliberado de 60.000 litros de estos Ribera del Duero, cuyas pérdidas ascienden a 2.535.385 euros según el informe del Instituto Armado. Su pareja sentimental, investigado también, fue puesto en libertad de inmediato tras el registro de su domicilio común.
La arrestada, exempleada de José Moro «de unos 38 años», habría sido contratada un año antes para atender una carga puntual de trabajo. Así lo han explicado a ABC fuentes cercanas al caso. Tal y como intuyeron los investigadores y el bodeguero desde que visionaron el contenido de las cámaras, la sospechosa se trataba efectivamente de una mujer «familiarizada con la maquinaria de una bodega».
En esas imágenes, la presunta autora demostró una gran destreza para abrir los grifos de hasta cinco depósitos de acero inoxidable –tres de ellos llenos con 20.000 litros– en pocos minutos. Habría logrado entrar a las instalaciones pasadas las 3.30 horas de la madrugada burlando todos los sistemas de seguridad gracias a un plan que, según las fuentes citadas, habría trazado aprovechando los 15 días de preaviso para la rescisión de su relación laboral con Cepa 21.
En ese periodo de tiempo habría conseguido, por medios que aún se desconocen, el código numérico para desarmar la alarma que protege la sala de bombas y de depósitos. Sin forzar ninguna cerradura, la presunta autora de este sabotaje podría haber hecho un duplicado de las llaves. «No faltaba ningún juego en el cajetín. Supongo que hizo copia para no despertar sospechas», explicó ayer José Moro a este diario «aliviado» por la detención.
Tristeza en la bodega
«Creímos saber desde el principio quién era. Si es ella, se ha arruinado la vida», comentó el bodeguero en una conversación telefónica sobre el desenlace de esta operación de la Guardia Civil llamada 'Malabripa' y cuyas diligencias ya obran en poder del Juzgado de Instrucción nº 5 de Valladolid. «Nos vamos a personar como acusación, aunque no tengo confianza en recuperar nada. Si se confirma que es esa persona no creo que tenga muchos recursos como para resarcir las pérdidas que ha ocasionado», dice.
Si es sentiría «mucha pena». «Qué triste complicarse la vida de esa manera y haber hecho tanto daño a la empresa y a un montón de gente trabajadora que está ahí, día a día, para hacer algo que nos produce orgullo y con lo que nos ganamos la vida», apuntó. Moro no encuentra explicación alguna para lo que sigue considerando una verdadera «barbaridad».
«Nada, por grave que fuera para ella, justifica que hiciera esa atrocidad», reiteró. «Aunque hay que ser cauto, si la han detenido será porque la Policía Judicial tendrá pruebas suficientes», sostuvo tras asegurar que no tiene más información que la que ha trasladado a los medios de comunicación la Guardia Civil. «Me he enterado esta mañana por las noticias», afirmó.
En su ánimo, tal y como destaca, solo está la búsqueda de «justicia». «Ahora mismo solo pienso en eso. Al final todo se pone en su sitio», añadió agradecido por la «infinidad» de muestras de apoyo que ha recibido estos últimos cuatro meses. También muestra un poso permanente de preocupación después de que no hayan llegado aún a un acuerdo con su aseguradora.
«Mapfre mostró mucha sensibilidad al principio, pero todavía no hemos cobrado ni un euro», comentó. Según relata, hubo un peritaje «escrupuloso de los daños» y todo parecía encaminado a un acuerdo. «Llevamos una demora enorme y ni nos han pagado ni parece que nos vayan a pagar. No entendemos nada. El plazo por ley ha expirado. Estamos muy dolidos», aseguró.
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La situación económica de la bodega es delicada. «Es mucho dinero. Si llegan a estar llenos los otros dos tanques que abrió, estaríamos probablemente en una quiebra técnica», confesó. Mientras llega esa compensación por las pérdidas, el bodeguero tiene la ilusión de embotellar 1.000 litros de Horcajo –su mejor vino– que se salvaron. «Se quedaron entre el fondo del depósito y la boca del grifo. Quiero sacarlos a la venta -unas 1.200 botellas- y donar el dinero con fines benéficos. La maldad nunca ganará a quien hace bien las cosas», concluyó.
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