Riverita, la reivindicación de la taberna como concepto madrileño

Entre ellos, un canónico guiso de pochas con setas de temporada (22 €) y una alcachofa de Tudela en flor confitada (4,50) donde el buen producto es el gran protagonista. Y también la cocina pausada que se deja ver en el ofrecimiento de rellenar esa alcachofa con su receta de rabo de toro sobre una muselina de yuca trufada (8,50).

Platos ligeros, perfectos para compartir, que llegan a las mesas altas que dan vida a este rincón acogedor de la capital. Como por ejemplo la 'Marinera Riverita' –una buena ensaladilla, con anchoa 00 y piparra encurtida servida sobre un crujiente de pan (3,90 la unidad)– ni los castizos callos con el justo –pero sin miedo– toque de picante (16,50). La ensaladilla también se puede pedir en ración, aunque en este caso llega con ventresca de bonito y mojama (13,80 entera y 9 media).

Entre los entrantes, además de la mencionada marinera destacan propuestas como la ventresca de atún rojo en carpacho y frutos secos (12) y otras recetas que se han replicado hasta la saciedad en las cartas como el pulpo con revolconas (20,50), aunque en esta taberna cocido y bien ejecutado. Esta casa trabaja bien la selección de mariscos según mercado y no faltan, cuando toca, gambas blancas de Huelva muy bien tratadas en la plancha (16) o un carabinero XL al horno (16,5). Entre las sugerencias del chef está estos días el 'txangurro' de centollo estilo donostiarra (30).

Las tablas de embutidos y chacinas –el variado, a 20,50 euros la ración– son una buena opción para pedir al centro. Son de bellota 100 % ibéricos y tienen al jamón, el chorizo de campaña o el solomillo de lomo como máximos exponentes.

En postres, bastante variedad: destacan la tarta de queso templada con helado; el hojaldre de manzana hecho al momento; la créme brûlée o la ganache de chocolate negro salado destacan (7,50 cada uno). La bodega de Riverita guarda unas 35 referencias de las principales D.O. de España con algunos champagnes que se pueden tomar en el local o bien adquirirlos para llevar –con descuento de seis euros sobre el precio en carta–.