El lamento de Mariquiña, una joven mariscadora gallega, en Instagram: «No sé cómo describir lo que estoy viendo en la playa»

María Maceiras ha compartido en un vídeo en redes sociales el drama que vive estos días la ría de Noia y de Muros: «Ver todo ese marisco abierto me parte el alma»

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María Maceiras, Mariquiña en sus redes sociales, en la ría de Muros

Los temporales que han azotado Galicia estos primeros días de noviembre, con olas de hasta 14 metros en algunos puntos de las Rías Bajas, están poniendo en peligro la campaña de marisco de cara a la Navidad. Las tormentas y el fuerte ... oleaje han empujado tierra adentro berberechos y almejas que han muerto, en grandes cantidades, en la arena. Un medio de vida que da trabajo a más de dos millares de mujeres y hombres y que está en la que debería ser su época más fuerte.

Sin embargo, tal y como denuncia en sus redes sociales María Maceiras –conocida en Instagram y en TikTok como Mariquiña–, el trabajo en el que se afanan estos días pasa por intentar salvar todo las crías de estos bivalvos que se han salvado para devolverlos al mar. En un vídeo compartido con sus seguidores esta joven marinera, reconocida entre los cien talentos de la gastronomía por el Basque Culinary Center, ha denunciado la grave situación que se está viviendo estos días en la ría de Noia y de Muros (Pontevedra).

«Estamos contando un grave problema que nos afecta a todos los mariscadores», explica la marinera, que además es Premio Nacional de Gastronomía. El problema, tal y como relata ante centenares de personas afanadas en remediar esta grave situación, no solo está en las tormentas. «Además han abierto las presas haciendo que llegue mucha agua dulce a la ría. Eso hace que baje la salinidad y el marisco muera», se queja.

Una circunstancia que las cofradías de las Rías Bajas llevan sufriendo cada vez que llegan lluvias fuertes. Acusan directamente a las hidroeléctricas de abrir las compuertas sin contemplaciones para generar electricidad. También a la administración por no hacer nada para evitarlo.

«No sé cómo describir lo que estoy viendo en la playa. Tristeza fue lo que sentí. La gran cantidad de mariscos muertos y la gran cantidad que morirán. Sólo puedo decir que espero que muchos otros puedan sobrevivir», se lamenta en la publicación. «Estoy orgullosa de los compañeros con los que comparto mi profesión. Doy las gracias por unirnos por nuestra ría, por nuestro mar», añade.

«El otro día estuve hablando con un compañero marinero de toda la vida y me dijo que nunca en sus cuarenta y tantos años de oficio ha habido un año tan malo», pone en contexto. «Llegar hoy y ver todo ese marisco abierto me partió el alma. Espero que no tengamos que ver años peores, porque si ese es el caso solo me queda preguntarme qué vamos a hacer todos los que vivimos de esto», concluye.

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