Sánchez defiende los indultos y acusa a la derecha de pretender resolver «a bofetadas» la situación en Cataluña

Preguntado por las palabras del candidato de ERC, Gabriel Rufián, en el debate en Radio Televisión Española (RTVE) de la semana pasada, donde presumió de haber «obligado» al Ejecutivo a indultar a los cabecillas del procés, entre ellos el líder de los republicanos, Oriol Junqueras, Sánchez ha tratado de replicar, aunque sin negar la mayor.

Y para ello se ha escudado en que «ERC y Junts pedían la amnistía» y en que la medida de gracia que aprobó en 2021 el Consejo de Ministros fue «parcial», condicionada y, ha recordado, «manteniendo las penas de inhabilitación». Paralelamente a ello, y también por exigencia de ERC, se eliminó del Código Penal el delito de sedición y se rebajaron notablemente las penas por malversación.

Sánchez ha argumentado, como en otras ocasiones, que tomó esa y otras decisiones no pensando «en las próximas elecciones, sino en las próximas generaciones». Y ha defendido, como hizo el domingo en el acto central de su campaña en Barcelona, que la situación en Cataluña ha mejorado notablemente, y que ahora «la primera fuerza es el PSC de Salvador Illa», aunque la Generalitat sigue en manos del independentistmo, y que en la Ciudad Condal hay «un alcalde que defiende la Constitución, y eso es una gran noticia».

Una referencia al flamante primer edil, Jaume Collboni, en la que ha omitido, como es habitual, que logró el bastón de mando el pasado 17 de junio gracias al apoyo imprescindible de los concejales del Partido Popular (PP), que evitaron así entregar la segunda ciudad de España al independentista Xavier Trias, el candidato del partido de Carles Puigdemont.

Sánchez ha explicado que esa recuperación política de los socialistas catalanes, que tuvieron un gran resultado en las municipales del 28 de mayo, donde incluso ganaron en Gerona, aunque una mayoría separatista se hizo con el Ayuntamiento, con la CUP al frente, es «una gran noticia» tanto para su partido como para «la unidad de España».

Algo que contrasta, ha incidido, con la actitud de la derecha, ya que con un eventual Gobierno de PP y Vox existe, ha precisado, «un riesgo de fractura, como en el pasado», ha señalado tras recordar que su Gobierno «heredó» una crisis territorial que se produjo bajo el Gobierno central de Mariano Rajoy. En ese momento de la entrevista Sánchez ha sentenciado que los de Santiago Abascal, incluso, pretender resolver la situación en esa comunidad autónoma «a bofetadas».

Por lo demás, el presidente del Gobierno y candidato socialista ha saltado como un resorte al ser preguntado sobre si repetirá después de los comicios del próximo domingo, y siempre que la aritmética parlamentaria lo permita, su política de alianzas con ERC y Bildu. «Por supuesto» ha contestado de manera tajante.

En línea con lo que viene defendiendo en sus mítines de campaña, y tirando de una expresión gráfica, ha asegurado que «yo busco votos debajo de las piedras» para «avanzar», citando para ello medidas como el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), la reforma laboral (en este caso con el rechazo de los independentistas catalanes y vascos y el voto decisivo a favor de Ciudadanos, además del célebre error del diputado del PP Alberto Casero) la ley de eutanasia o la revalorización de las pensiones.

Como ya hiciera este fin de semana, Sánchez ha asegurado que él gobernará si puede «con el partido de Yolanda Díaz», mientras que Alberto Núñez Feijóo y Abascal gobernarían juntos aunque no lo digan tan claramente, sostiene. Y preguntado por las encuestas adversas, ha vuelto a acusar a algunos «medios conservadores» de sesgar el resultado de los sondeos, pese a la resolución de la Junta Electoral Central (JEC) que desestimó la demanda del PSOE contra ABC y otros diarios. En ese terreno, también ha tirado de su propio pasado para reivindicarse, una línea argumental de campaña que estrenó el pasado sábado en Valencia. «En 2015 todos los sondeos hablaban del sorpasso [de Podemos sobre el PSOE] y aquí estamos», ha dicho.