Sánchez justifica sus alianzas con ERC y Bildu: «Pacto con quien haga falta para avanzar»

Tres días después de su debate cara a cara con Alberto Núñez Feijóo en Atresmedia, del que los socialistas admiten en privado que no salieron vencedores, el jefe del Ejecutivo ha tratado de insuflar optimismo a los suyos. «¿Hay ganas de ganar?» comenzaba preguntando de manera retórica en el Paraninfo de la Universidad de la capital cántabra ante 2.000 personas que abarrotaron el aforo, dejando a centenares de ellas fuera del recinto. «Yo tengo más ganas que nunca» ha aseverado.

En lo que ya es una estrategia de campaña consolidada la de insistir en el mensaje del miedo a la «ultraderecha» de Vox y a un Partido Popular (PP) a su juicio «ultraderechizado», Sánchez se ha dirigido así al candidato de los populares: «No, señor Feijóo, Vox no es un partido constitucionalista», en referencia a lo dicho por el ex presidente de la Xunta de Galicia en el debate del lunes.

Si bien ha vuelto a explicar, como hizo en el plató de Atresmedia, que en su opinión los de Santiago Abascal sí son una formación constitucional, dado, ha explicado, que la «grandeza» de la Carta Magna es que «admite todas las opciones».

Sánchez, sin mencionar en ningún momento a Bildu ni a ERC, sus principales alianzas parlamentarias de la legislatura, y ni siquiera a Podemos, su socio de coalición, ha lanzado una diatriba en defensa de esa política de pactos, que ha puesto en comparación con la del PP con Vox, aunque curiosamente sin citar las invesdidura este mismo jueves en las Cortes Valencianas del nuevo presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, quien gobernará con consejeros de Vox, ni la de María Guardiola en Extremadura, que se producirá este viernes y que igualmente contará con la participación de un consejero de la formación derechista.

En un tono enfático, que ha logrado levantar al público, Sánchez ha soltado la siguiente retahíla: «Tanto me han dicho: Sánchez pacta con este, Sánchez pacta con el otro... Yo busco votos hasta debajo de las piedras entre los 350 escaños del Congreso de los Diputados, para aprobar una reforma laboral que ha reducido hasta el 14% la temporalidad en nuestro país; yo busco votos en el Congreso hasta debajo de las piedras para aprobar una ley de muerte digna en nuestro país; yo busco votos hasta debajo de las piedras en el Congreso para retirar el copago farmacéutico que la derecha impuso cuando estaba gobernando, y ellos lo que han hecho ha sido pactar el PP con Vox para decir que no existe la violencia machista, pactan para decir que no a las concejalías de Igualdad y sí a las consejerías de Familia, como si fuesen conceptos antitéticos, pactar para quitar las banderas LGTBI de los edificios públicos, y no es quitar una bandera, es quitar derechos al colectivo LGTBI».

Sánchez, además, ha concluido que «esa es la gran diferencia, nosotros pactamos con quien haga falta para hacer avanzar en derechos y en libertades a nuestro país, y ellos pactan con Vox para hacer retroceder a nuestro país».

El día que se cumplían veintiseis años del asesinato de Miguel Ángel Blanco, el concejal del PP en Ermua secuestrado y liquidado por ETA en julio de 1997, uno de los 'teloneros' de Sánchez en el mitin, el líder del PSOE de Cantabria y ex vicepresidente de esta comunidad, Pablo Zuloaga, ha acusado al PP de «retorcer la verdad sobre el final de ETA», y ha asegurado, provocando un gran júbilo del público, que la derrota de la banda terrorista tiene «tres nombres: José Luis Rodríguez Zapatero, el Estado de derecho y Alfredo Pérez Rubalcaba. Esos son, y no otros» ha concluido, en una tesis que incluso el PSOE sostiene negro sobre blanco en su progama electoral para estas elecciones.