El PP cierra su mapa de poder asumiendo la coalición con Vox
La fórmula se impone pese a los frenos internos: habrá cinco coaliciones más un pacto de legislatura
Solo la balear Prohens evitó la coalición allí donde Vox era clave y la extremeña Guardiola fue la que menos poder cedió
Una investidura, dos Españas: el plan de Feijóo para exponer el pacto en la sombra de Sánchez

El PP va a pasar a ostentar tras este ciclo electoral 11 presidencias autonómicas. Génova quería ejemplificar ese nuevo poder territorial en una reunión de la Junta Directiva Nacional en la sede central del partido. Pero el cónclave se suspendió en la tarde de ... ayer debido a las inclemencias climatológicas y para facilitar que los presidentes autonómicos sigan los acontecimientos en sus territorios. Hace apenas tres meses, más de la mitad de ellos no tenían responsabilidades de Gobierno.
Hasta las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo el poder regional del partido se circunscribía a la Comunidad de Madrid, Andalucía, Galicia, la Región de Murcia y Castilla y León. Pero esos comicios han multiplicado los gobiernos autonómicos del PP ganando Cantabria, La Rioja, Baleares, Aragón, Comunidad Valenciana y Extremadura.
Pero el precio que ha pagado el PP no ha sido escaso. Las negociaciones para conformar ese nuevo poder autonómico han tenido un coste para el partido. Está muy consolidado internamente que la gestión de esos pactos fue el principal causante de que el resultado electoral de las elecciones generales del 23 de julio se quedara por debajo de las expectativas. La digestión y gestión de esos pactos no fue buena. Génova estaba al tanto de todo, pero a la vez daba autonomía a sus territorios. Sus barones actuaron de manera dispar, con discursos por momentos antagónicos. El partido tendió a minimizarlo y solo reconoció el problema cuando las generales ya habían pasado.
Ahora la formación trata de remontar el vuelo en el arranque de un curso político en el que se mezcla el sin sabor de no haber logrado desbancar a Pedro Sánchez de La Moncloa con un poder territorial que recuerda a las mejores épocas del partido. Y con conjunciones nunca antes vividas, como el hecho de gobernar a la vez en la Comunidad de Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana. Lo que este ciclo ha venido a consolidar, tras esa difícil digestión, es la coalición gubernamental entre PP y Vox cuando el entendimiento ha sido imprescindible. Así ha sido en la mayoría de los casos. De esas 11 presidencias autonómicas, en cuatro hay mayoría absoluta. Son: Galicia, Andalucía, la Comunidad de Madrid y La Rioja. En dos el PP gobierna en solitario pero sin esa mayoría. En el caso de Cantabria, la concurrencia del Partido Regionalista permitió a María José Saénz de Buruaga ser presidenta sin tener que negociar con Vox. Y en el de Baleares, Marga Prohens cerró un pacto de legislatura con Vox basado en un acuerdo programático y entregó a los de Santiago Abascal la presidencia de las Cortes. Su caso es digno de mención porque es la única que, necesitando a Vox, logró no incluirlos en el Gobierno autonómico tras las negociaciones. Y después están las cinco coaliciones de Gobierno con Vox: Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura, Región de Murcia y Castilla y León. Gobiernos bipartitos para un total de 11,4 millones de españoles. La fórmula pasó de ser la excepción antes del 28M a ser el formato más habitual.
En marzo de 2022 se produjo el primer acuerdo de coalición entre ambos partidos. El adelanto electoral de Castilla y León no funcionó como estaba previsto y Alfonso Fernández Mañueco tuvo que aceptar una coalición con Vox. Además de la presidencia de las Cortes, el partido minoritario de la coalición obtuvo una vicepresidencia y otras tres consejerías. A día de hoy, en el PP de Castilla y León lo siguen atribuyendo a la errática campaña de la dirección nacional, entonces encabezada por Pablo Casado. Pero con más de un año ya de gestión por delante, en el PP, dentro y fuera de la región, están satisfechos con el modelo Mañueco. Tras los episodios de turbulencias de los primeros meses ahora hay estabilidad y en las dos elecciones posteriores que han tenido lugar el PP ha mejorado resultados y Vox ha perdido apoyos.
Guardiola y Mazón
Durante todas estas largas semanas algunos de estos barones, en su habitual interlocución con Génova, han tenido indicaciones encaminadas a evitar a toda costa la coalición con Vox. Y es que la relación con la formación verde es un debate que atraviesa al PP. La dirección nacional y en particular algunas de sus voces más destacadas han defendido esta posición.
Pero el partido no tiene una postura unánime al respecto. Ni antes de los pactos ni después. Tras el 28M, los casos más mediáticos fueron los de la Comunidad Valenciana y Extremadura. Opuestos entre sí. El de Carlos Mazón fue un pacto rápido. Un movimiento con el que consiguió no incluir al que fue candidato de Vox, Carlos Flores, con una condena de hace dos décadas por violencia de género y que era muy incómodo para el PP. El peaje fue alto. La presidencia de las Cortes fue para Vox y se les cedió tres consejerías. Siendo una de ellas Cultura y con rango de vicepresidencia. Hubo miembros de la dirección nacional que mostraron en privado a Feijóo sus discrepancias por un vínculo tan grande, ya que además Vox tiene las consejerías de Agricultura y una tercera de Justicia, Interior y Gobernación.
Los presidentes autonómicos del PP (I)

Castilla y León
Alfonso Fernández Mañueco
Fue la primera coalición con Vox. Y también una de las que más peso se reservaron los de Abascal. Una vicepresidencia y tres consejerías: Industria, Empleo y Comercio; Agricultura, Ganaderia y Desarrollo Rural; Cultura, Turismo y Deporte

Comunidad Valenciana
Carlos Mazón
Carlos Mazón cerró un acuerdo rápido con el que quiso apartar al número uno de Vox. Lo logró, pero cedió tres consejerías: Cultura, con rango de vicepresidencia; Agricultura; Justicia, Interior y Gobernación.

Extremadura
María Guardiola
Después de todo, la extremeña María Guardiola puede presentar que la presencia de Vox en su Ejecutivo regional es la más limitada de todos los casos en los que hubo que aceptarla. Una consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural.
Pasado el tiempo, el caso extremeño refleja que María Guardiola ha conseguido en su Gobierno la presencia más limitada de todos los casos en los que hubo coalición con Vox. Génova asumió planteamientos de fondo muy parecidos. Pero la forma en que ella escenificó el pulso sentó muy mal en el partido. Al final fue Guardiola la que cerró el acuerdo cediendo a Vox una consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural. Una presencia muy limitada. Hoy en el PP se lamentan pensando que con otra aproximación se podía haber conseguido el Gobierno en solitario. «Pero Vox necesitaba lograr algo tangible tras el pulso que se les había lanzado», reflexiona un dirigente. El otro caso que más resistencias ha presentado es el último que se ha desbloqueado, en la Región de Murcia. Pero Fernando López Miras ha cedido a cambio de que Vox no tuviera presencia en consejerías como Educación, Cultura o Familias. Ni con competencias en el Mar Menor. Algo estratégico allí. Vox tendrá finalmente una consejería de Fomento y una vicepresidencia con competencias en Interior, Seguridad y Emergencias.
Los presidentes autonómicos del PP (II)

Aragón
Jorge Azcón
ese a que tenía la opción de triangular la legislatura con apoyos del PAR, Teruel Existe y la abstención de Vox, Azcón optó por una coalición con dos consejerías para Vox: Agricultura y una vicepresidencia de Despoblación y Desarrollo Territorial.

Región de Murcia
Fernando López Miras
El presidente de la Región de Murcia será investido esta semana. Ha evitado la repetición electoral cediendo en su intento de gobernar en solitario. Vox tendrá dos consejerías. Fomento y una vicepresidencia de Seguridad, Interior y Emergencias.

Baleares
Marga Prohens
La presidenta de Baleares es la única que ha logrado no incluir a Vox en su Gobierno pese a que necesitaba de su concurso. Un acuerdo programático de legislatura y la presidencia de las Cortes blindaron el acuerdo.
Entre medias de los casos más polémicos, sucede uno bastante singular. Aragón. El ya presidente de Aragón Jorge Azcón intentó en un primer momento una apelación al Gobierno en solitario. Como mandan los cánones. Pero al demostrarse imposible se centró en negociar con Vox y los otros dos partidos dispuestos a apoyar su investidura: PAR y Teruel Existe. Aunque el concurso de ambos hacía que solo se necesitase la abstención de Vox, Azcón optó por no forzar la máquina y cerrar una coalición que garantizase la estabilidad de la legislatura. Ajeno a cualquier canto de sirena respecto a no incluir a Vox. Además de la presidencia de las Cortes, tendrá las consejerías de Agricultura y Ganaderia por un lado y por otro la de Despoblación, Desarrollo Territorial y Justicia. Esta última con rango de vicepresidencia.
El PP cierra con estos pactos un mapa de poder territorial que ha puesto de manifiesto que el debate sobre cómo relacionarse con Vox condiciona seriamente al partido. Pero los resultados del 28M han hecho crecer un principio de realidad inexorable: Vox es imprescindible en muchos sitios para que el PP gobierne. Y en tanto eso sea así buena parte del partido reclama que la relación con ellos se normalice.
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