Un pacto in extremis: López Miras accedió a la coalición a cambio de no entregar las consejerías más ideológicas

La decisión de Santiago Abascal de apoyar la investidura de Alberto Núñez Feijóo con sus 33 diputados y así comunicárselo al Rey fue la guinda en la normalización. La conversación que los líderes de ambos partidos mantuvieron de manera previa a las consultas de Felipe VI, y tras la ruptura en la votación de la Mesa del Congreso de los Diputados el pasado 17 de agosto, fue clave. Feijóo reconoció a Vox como aliado de gobierno y Abascal agradeció esas palabras anunciando la llegada de una «nueva etapa» en las relaciones entre ambos partidos.

Una ruptura en la Región de Murcia, donde el próximo 7 de septiembre acababa el plazo antes de que se convocasen nuevas elecciones habría roto ese marco de relaciones. Y en un momento delicado para Feijóo. Vox dejó claro que iba a seguir aspirando a entrar en el Gobierno regional. Así se lo hicieron llegar tanto a la dirección nacional como a Fernando López Miras. La interlocución de Génova con el mandatario murciano ha sido constante.

En el Gobierno en funciones de la Región de Murcia han tenido la última palabra. Y hace menos de dos semanas se asumió que había que hacer un último intento. «Al final ha sido un buen acuerdo teniendo en cuenta el punto del que partíamos. La gente aquí no lo habría entendido y no querían volver a votar», señalan fuentes del Gobierno murciano conocedoras de las últimas negociaciones.

Tras meses empeñando su crédito en asegurar que Vox no entraría en su Gobierno, López Miras asumió en los últimos días un cambio de posición. Pero con una condición: minimizar la presencia de Vox y aislarlo de las competencias más sensibles.

Ayer el presidente en funciones se reunió con el líder de Vox en la región, José Ángel Antelo, que precisamente destacó que «la generosidad del PP y Vox en la negociación ha permitido que se eviten unas nuevas elecciones». Y es que las dos partes han cedido en la recta final. El primero López Miras, que ha tenido que rectificar por completo en su pretensión de un Gobierno monocolor. Pero también Vox, que renuncia a sus principales demandas al entender que de lo contrario habría repetición electoral.

La formación de Santiago Abascal asumirá Fomento e Infraestructuras. Y con rango de vicepresidencia tendrá la consejería de Interior, Seguridad y Emergencias. En una comunidad sin policía autonómica esta cartera es de menor entidad. Asumirá funciones que ahora mismo están englobadas en una Dirección General de Seguridad Ciudadana y Emergencias. Desde las que se gestiona el servicio de Protección Civil y la coordinación de las policías locales. Así como el actual Consorcio para el servicio de extinción de incendios.

Son carteras de gestión, pero los populares han evitado dos órdagos importantes para ellos. En primer lugar la crucial cartera de Agricultura. En la actualidad el presidente murciano tenías desgajada esta cartera de otra denominada Medio Ambiente y Mar Menor. Pero los populares no querían ceder ninguna competencia de esas dos áreas. En el marco de la investidura fallida del mes de julio, desde Vox se reclamaba «un paquete único» que incluyera la gestión agrícola, ganadera y de pesca junto a las competencias de Agua y Mar Menor. El PP ha logrado finalmente retener todas ellas.

En el días después del acuerdo también se presenta como un éxito haber logrado retener áreas muy ideológicas como Educación, Familias o Cultura. Alguna de ellas era demandada por Vox junto a Agricultura. De hecho hasta los últimos días, y hasta ayer mismo en público, desde la formación reivindicaban que querían tres consejerías. López Miras ya tuvo una experiencia habiendo cedido la cartera de Educación y Cultura que no quería repetir.

El acuerdo incluye el compromiso de que Vox vote a favor de la candidatura de Fernando López Miras. Con lo que no será necesaria una segunda votación. Aunque la presidenta de la Asamblea tendrá que recibir este lunes a los grupos parlamentarios y luego reunirse la Junta de Portavoces, la previsión del PP es que la sesión de investidura sea el próximo martes y miércoles. Con el primer día reservado para el discurso del candidato a la presidencia y el segundo para las intervenciones de los grupos y la votación.

En una región en la que ambas formaciones representan cerca del 60% de los votos, y en la que Vox representa más nítidamente que en otros lugares una franja electoral tradicionalmente votante del PP, los dos partidos calibraron que su base electoral penalizaría más el desacuerdo que el entendimiento. Aunque la suficiencia de la derecha en esta región hacía improbable que la izquierda pudiera llegar al Gobierno en caso de repetición electoral, tampoco había datos demoscópicos que apuntasen a que la mayoría absoluta del PP fuese factible.