Verano negro para el PSOE valenciano de Diana Morant

No es la primera polémica a la que tiene que hacer frente la también ministra de Ciencia. Su 'número dos' en las listas al Congreso y una de las figuras históricas de la federación, José Luis Ábalos, está señalado por la presunta corrupción en la cúpula del PSOE.

Aunque Morant defiende que fue otra dirección quien confeccionó esas listas electorales y niega cualquier relación con Ábalos, el caso en el que está envuelto el exministro se ha convertido en un arma arrojadiza del PP valenciano para desgastar a la oposición.

A ello se suma que la Fiscalía Anticorrupción haya pedido cuatro años de cárcel para el hermano de Ximo Puig por supuesta falsedad y estafa en las ayudas que recibieron sus productoras del Gobierno que lideraba el exdirigente socialista. Otro asunto -considerado del pasado- en el que Morant se ha puesto de perfil.

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Toni Jiménez

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Pero con una paz interna bastante débil en el partido que dirige, su reacción a la polémica de José María Ángel está siendo cuestionada por los suyos. Distintas fuentes del PSPV consultadas por ABC consideran que tardó demasiado -tres días- en dar la cara desde que El Mundo reveló el informe de la Agencia Valenciana Antifraude que situaba un título universitario falso en el expediente de Ángel como funcionario.

Morant convocó finalmente a los medios de comunicación cuando el comisionado ya había presentado su renuncia. Emprendió entonces una defensa acérrima de la trayectoria política del dirigente socialista, algo que nadie ha puesto en duda.

Ángel ha sido una figura muy respetada por su gestión de las emergencias como secretario autonómico del rango durante los gobierno de Ximo Puig. Pero no ha explicado todavía el origen de un certificado sobre unos estudios que ni siquiera existían en la fecha que consta en el mismo.

Morant ha pasado por alto este detalle en sus comparecencias, algo que no han obviado los críticos con su gestión. Más allá de reclamar que no se entre en el «debate de la titulitis» y de que «un título no hace un buen político», la responsable de Universidades ha cuestionado también el informe que Antifraude que llevó a la Fiscalía Anticorrupción a abrir diligencias.

Por contra, desde el Gobierno de Pedro Sánchez, del que forma parte, primero evitaron respaldar a su comisionado y después agradecieron que diera un paso atrás. Tras el intento de suicidio de José María Ángel este viernes, ocho días después de dimitir, multitud de cargos socialistas han puesto el foco en la necesidad de reflexionar y terminar con el «acoso» al adversario político.

Morant achacó lo ocurrido a la «cacería inhumana» que, a su juicio, había padecido quien fue 18 años alcalde de l'Eliana. Desde su equipo confían en que el asunto del título falso se vaya diluyendo y puedan seguir centrando el foco, con el inicio del nuevo curso, en lo que consideran que el PP no puede eclipsar: la responsabilidad política del presidente de la Generalitat Valenciana en la gestión de la catastrófica dana del 29 de octubre con 228 muertos por su ausencia aquella fatídica tarde.

No van a consentir perder ese relato, aseguran, frente a Carlos Mazón, a quien la presunta corrupción en el seno del PSOE ha dado alas. Eso sí, a la espera de que se dirima el futuro político del barón popular y con la posibilidad de unas elecciones autonómicas anticipadas cada vez más lejana, nadie duda que Diana Morant será la candidata a la Generalitat. Hará tándem con la delegada del Gobierno del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, que peleará por la Alcaldía de Valencia.

Precisamente, Bernabé ha ganado una notoriedad tras la barrancada -ha sido ella quien ha entrado en el cara a cara diario con Mazón- que Morant no ha alcanzado pese a intensificar su agenda pública en la región. De hecho, no capitaliza su perfil de ministra en los sondeos pese a la ansiada remontada de los socialistas frente a un PP tocado que resiste en las encuestas: el 70% de los consultados para el barómetro del CIS de julio afirmó que no conoce a la titular de Ciencia.

En otro estudio, y ante la pregunta de a quién le gustaría que fuera el presidente o presidenta autonómica, los ciudadanos se decantaron por Carlos Mazón (8,3%) o el portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, Joan Baldoví (7,8%) antes que por la secretaria general del PSPV-PSOE (7,6%).

«Falta un proyecto más sólido, pero hay que darle tiempo», señalan las fuentes consultadas. Son conscientes de que compatibilizar los cargos y haber sido elegida directamente por Sánchez supone una dependencia absoluta de Ferraz y Moncloa que, con el contexto político actual, puede ser una condena, al no poder adoptar una postura crítica con el Gobierno.

Se hace evidente, por ejemplo, en el cambio de discurso sobre financiación en la autonomía más castigada por el modelo caducado desde 2014. Pese a que en su día fue uno de los caballos de batalla frente al Ejecutivo de Mariano Rajoy, hoy los socialistas valencianos se limitan a «envidiar» el cupo catalán.