La corrupción zombi del PSOE

Reabrir esa caja de Pandora no es el movimiento más honorable del PP de la mayoría absoluta; pero ya advirtió Ortega que la honorabilidad no es una virtud destacada de la política. Con este movimiento el PP defiende una posición firme en el centro del tablero, para medir fuerzas, como el paciente que agarra por los mismísimos al dentista y le dice «¿a que no vamos a hacernos daño?». No es casual ante el calendario electoral. Con sus rivales golpeando a la alcaldesa de Marbella, por la sombra delictiva de su marido y el hijo de éste; mueve ficha para reabrir la investigación que puso los focos en que la mujer de Juan Espadas era una de las contratadas por el dedo del partido.

En definitiva, el PP maniobra ante la agresividad creciente de la oposición en el Parlamento, con el PSOE y Podemos acreditando que no van a permitir que la verdad les estropee sus eslóganes, más allá de la legítima y necesaria labor de oposición. Ahí estaban esta semana Juan Antonio Delgado, ese guardia civil que es más de bicornio que de tricornio por su facilidad para embestir, derrotando a cualquier engaño; y Ángeles Férriz, que confunde la razón con la irritación, o los argumentos con los decibelios. A diferencia de Maurice Chevalier, que decía «yo no vendo voz; vendo estilo», ella no vende estilo, vende vocerío. El grupo popular pilotado por Toni Martín anuncia que no busca ruido pero que no pondrán la otra mejilla.

Todo esto coincide, además, con otro flanco débil de la vieja corrupción como Invercaria. Tomás Pérez-Sahuquillo vuelve a los titulares peleando por no ingresar en la cárcel. El PSOE tiene demasiada corrupción zombi, escándalos entre el más acá ya liquidado políticamente y el más allá de los juzgados sin acabar de pasar página. Una santa compaña que vaga entre la política y la jubilación, entre los tribunales y la prisión, como fantasmas de un tiempo oscuro. Demasiado lastre.

En el regreso al Parlamento, Adelante Andalucía ya ha relevado a Teresa Rodríguez por José Ignacio García, que no es nuevo allí. Hace años ya estaba en la nomenclatura emergente de esa nueva izquierda radical después fragmentada. Es un parlamentario solvente, currante y combativo aunque menos propicio a la cornada que algunos conmilitones de entonces. Por decirlo machadianamente, es una cabeza que piensa, no embiste. «Buen estreno», le dijo Juanma Moreno después de su intervención en la sesión de control sobre salud mental en la que exhibió su conocimiento como psicólogo de chicos en riesgo de exclusión. El presidente le agradeció el enfoque, asumiendo el déficit andaluz que se tardará en corregir, y le dio la bienvenida afectuosamente. No, no hay idilio conservador-trostkista, como apuntaba un buen cronista parlamentario, y seguramente Juanma Moreno, que detrás de su rostro beatifico oculta un feroz instinto político, aprovechaba para hurgar en la división de la izquierda. No hay mayor clásico que el 'Divide et impera' o 'Divide ut regnes' que va de Julio César a Napoleón. Claro que a la izquierda no hay que dividirla; se divide sola. Inma Nieto, notable parlamentaria comunista, no pudo ocultar que su bienvenida sonara áspera y reflejara que las heridas siguen abiertas. Y seguirán.

Otro relevo parlamentario, éste en las filas del PP: Juan Bravo renuncia a su acta. Feijóo permite que el coordinador general, y coordinador de la campaña, Elías Bendodo, mantenga la conexión andaluza; pero reclama a Bravo a tiempo completo. Sánchez fía el curso electoral a la economía como reclamo, y Bravo mantendrá esa trinchera. El PP andaluz pierde definitivamente a un político con gran capacidad para la narrativa de los presupuestos; algo que no han podido reemplazar. Falta relato, y no se compensa citando el número de autónomos. De momento, eso sí, la carencia del PP se compensa con los ataques demasiado torpes puestos en escena por oposición y los sindicatos. Esta semana han ido con un asunto relevante, la ejecución de los fondos, pero apoyándose en un informe anticuado. Juanma Moreno tuvo fácil réplica, e incluso pudo ironizar si los datos procedían del prestigioso Observatorio económico del PSOE integrado por quienes tanto éxito tuvieron en su gestión económica. Al Parlamento hay que ir con los deberes hechos.