El turismo rural se dispara en Córdoba en el último año, con un 40% más de alojados

Hay que matizar que los indicadores del pasado ejercicio aún estaban marcados por las restricciones por el coronavirus. Por ejemplo, Andalucía no abrió sus fronteras hasta el 9 de mayo de 2021 y la prohibición de desplazamientos entre provincias en la región estuvo en vigor de mediados de enero a finales de abril. En contra de los alojamientos rurales jugaban las limitaciones de aforo pero tenían a favor que, en ese escenario de limitaciones del movimiento, eran una opción a mano para disfrutar de días de descanso y que también hubo un cambio de hábitos por la pandemia en parte de los viajeros: preferían espacios naturales y abiertos, huyendo de aglomeraciones.

El crecimiento se basa en la excelente evolución de los visitantes nacionales en la provincia -suman el 85% del total que se han quedado en alojamientos rurales hasta julio-. Se contabilizaron 15.852, un 28,6% más que en 2021 al engordar su cifra en 3.527. Porcentualmente el estirón de los extranjeros fue mucho más fuerte: crecimiento del 180,6%. Pero hay que tener en cuenta que se venía de datos muy bajos. De un millar de foráneos se saltó a 2.821. Fueron 1.815 más.

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La evolución de las pernoctaciones en los últimos 365 días siguió el mismo esquema, pero con alzas aún más fuertes. Las noches de alojamiento en estos establecimientos se elevaron un 63,6%, para acercarse a las 54.000.

De nuevo, el pilar por excelencia fue el visitante español, que generó 41.688 pernoctaciones. Son 10.873 más que en los siete primeros meses del pasado ejercicio, con lo que el incremento fue del 35,3%. Mucho más contundente fue el crecimiento de las de los extranjeros: +470%. Se multiplicaron casi por seis, porque se pasó de 2.148 a 12.249 (+10.101).

Pero, como sucede en los hoteles de Córdoba, este tipo de establecimientos aún tienen camino por recorrer para volver al escenario preCovid; especialmente en la recuperación de los extranjeros. Antes de diseccionar las estadísticas, hay que matizar que los datos de 2019 fueron excepcionales, con 48.112 viajeros de este tipo albergados en Córdoba. La cifra era muy similar a la de 2018, cuando fueron 48.652 y se dio un salto enorme, porque en 2017, año igualmente de fuerte aumento, fueron 36.389.

Los ya reseñados 18.673 viajeros que se quedaron en alojamientos rurales en la provincia hasta julio son aún 5.205 menos que los registrados en idéntico periodo de 2019, antes de que el Covid se desatara y castigara con enorme dureza al turismo. El retroceso es del 21,8%.

Los guarismos de visitantes nacionales sí se acercan a los niveles prepandemia. La cifra actual se queda únicamente 630 viajeros por debajo de los españoles registrados en los primeros siete meses de hace tres años. El descenso es del 3,8%.

El gran problema está en los extranjeros. Sus guarismos siguen aún a mucha distancia de los que se alcanzaban antes del Covid. El desplome de turistas foráneos respecto a 2019 es de prácticamente el 62% al contabilizarse 4.575 menos.

El cruce de los indicadores actuales con los de hace tres ejercicios en el parámetro de las pernoctaciones arroja matices interesantes respecto al análisis de los viajeros. De partida, la caída de las noches de alojamiento es claramente menor que la de los visitantes: se queda en el 6,7% al registrarse, en números redondos, 3.900 menos que en los primeros siete meses de 2019.

Como gran elemento positivo, sí logran anotarse un incremento las de los nacionales. Se contabilizaron 7.461 más (+21,8%). Pero el mal comportamiento de los extranjeros se lleva por delante esa mejoría. Generaron 11.341 pernoctaciones menos (-48%).

Con estos guarismos sobre la mesa, se comprueba, además, que la demanda de alojamientos rurales en la provincia respecto al periodo precoronavirus no resiste la comparación con los ámbitos superiores. En España, en lo que va de 2022, los viajeros que hicieron noche en este tipo de alojamientos sólo cayeron un 0,4% respecto a 2019 y las pernoctaciones crecieron un 3,5%. Y Andalucía hizo pleno, porque logró crecimiento en visitantes (+6,4%) y noches de alojamiento (+4,3%).

Las estadísticas del INE y el IECA permiten bajar al detalle de lo que sucede en la zona del Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Esta área (abarca a Cabra, Carcabuey, Doña Mencía, Iznájar, Luque, Priego, Rute y Zuheros) es el motor en Córdoba del sector de los alojamientos rurales. En este 2022, concentra el 41% de sus viajeros y casi el 46% de sus pernoctaciones.

Su comportamiento es mejor que el del conjunto de la provincia. De enero a julio, en los alojamientos rurales del Parque Natural de las Sierras Subbéticas se quedaron 7.658 turistas. Esa cifra implica un estirón interanual del 127,4%. Generaron 24.716 noches de alojamiento, que superan en un 116,6% al guarismo logrado 365 días antes. Además, las cifras de este espacio geográfico mejoran las de 2019. El crecimiento en los viajeros es del 4,7% y en las pernoctaciones la subida fue del 13,2%.