El factor Daroca

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Baltasar López

Al Consistorio le urge la necesidad de reorganizar servicios y analiza el proyecto de 1974 para La Victoria

La maqueta del inmueble está a la vista todavía en un rincón de la Sala Vimcorsa, y a mí me llamó la atención cuando visité la muestra guiado por Francisco Daroca, el comisario de la dos exposiciones sobre el autor al que él le dedicó su tesis doctoral: uno reconoció sin demasiado esfuerzo los bancos que salieron del mismo estudio que la escalera de la Cámara de Comercio, la reproducción a escala del Parque Figueroa, los chalés por encargo de El Brillante, la fachada del edificio Castelar de Madrid, y de repente se vio delante de una miniatura que no sabía a qué respondía. Y me lo acabó aclarando el más que informado cicerone: «Este fue Ayuntamiento que le encargaron a De La-Hoz, pero que nunca llegó a hacerse porque se cruzaron la muerte de Franco, la llegada de la Transición y la Democracia», señaló Daroca, a quien el Archivo Municipal recién reasentado en Sánchez de Feria le ha reclamado en los últimos días los planos del edificio frustrado que estén en su poder; y el hombre ha puesto la documentación a disposición del organismo que aún dirige Ana Verdú, además de su conocimiento al servicio del regidor de la capital.

La letra pequeña del episodio es la siguiente: el alcalde Antonio Alarcón era más que consciente del predicamento de De La-Hoz, y se puso en contacto con él en algún momento de 1972 o 1973 para encomendarle la nueva sede de la casa consistorial, que en ese momento estaba de prestada, como quien dice, por la Diputación en la calle Pedro López. Es cierto que el proyecto que cualquiera puede contemplar hasta este domingo en Vimcorsa lleva también el nombre de Gerardo Olivares, pero se trata de una cuestión meramente formal: lo que buscaba el regidor de la época era el sello De La-Hoz, que compartía estudio con el padre del cineasta que dio a la pantalla 'Entre lobos'. El lugar elegido era La Victoria, un solar municipal justo detrás del Palace, «con la intención de que el Ayuntamiento funcionara de bisagra entre el centro comercial y el casco histórico», aclara ahora Daroca.

Los planos no pasaron del grado de anteproyecto, que se presentó oficialmente en 1974. Pero el dictador enfermó, murió y vino la apertura política. Anguita, alineado con el Colegio de Arquitectos de Andalucía Occidental que no acababa de ver el edificio que ahora quiere recuperar Bellido, optó por Capitulares, que ejecutó Pepe Rebollo. Ahora la historia vuelve a empezar.