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La Graílla

Fiestas blindadas

Cruces, Patios y Semana Santa tuvieron un público amplio y quienes nunca aprendieron se fijaron en los no querían saber comportarse

Cuentas rabiosas

Principio y final

Luis Miranda

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Pudo haber un tiempo en que las declaraciones archisilábicas con que se etiquetaba a las fiestas populares fuesen innecesarias o rimbombantes, como puro adornos que beneficiaría sólo a quien los otorgaba y a los representantes oficiales. Los Patios de Córdoba, las Cruces de Mayo ... o la Semana Santa crecieron y ocuparon las calles gracias sobre todo a un acuerdo tácito con el pueblo que era capaz de disfrutarlas y de quererlas sin tener que atenerse a normas escritas o códigos expresos de conducta.

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