El jardín de los Mártires, o el nuevo activo para la zona más turística de Córdoba

La tapia que hoy flanquean los coches de caballos turísticos esconde los vestigios históricos del alcázar califal de Córdoba (jardines, baños, estancias...). Unos restos visibles en cuanto puede lograrse cierta altura y que se difuninan en una zona ajardinada algo abandonada junto a restos de la muralla de esa época histórica de Córdoba o incluso fragmentos de una fachada gótica encardinada en esta parcela.

Desde hace más de una década recorre los despachos municipales la idea de generar un pulmón verde para todos los visitantes de la ciudad y vecinos de esta zona en un cruce de esquinas neurálgico para el turismo: frente al Alcázar, a escasos metros de Caballerizas Reales y el Alcázar Viejo, de salida hacia la Ribera o a pocos minutos del corazón de la Mezquita, el Palacio Episcopal, el Triunfo de San Rafael o la Puerta del Puente o a pocos pasos del callejero más judío.

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Hace apenas dos semanas que el Ayuntamiento hizo oficial la petición a la Junta de Andalucía de cesión de esa parcela que va desde el edificio usado por la Biblioteca Provincial hasta la tapia del Campo de los Santos Mártires o en su lado norte con restos de la muralla califal, el Palacio de Congresos de la calle Torrijos y alguna casa más señorial. Usando la fórmula de la mutación demanial externa, el Consistorio quiere una cesión gratuita para ejecutar un proyecto que aglutine una continuación de la plaza exterior al muro, el desarrollo de una zona verde ajardinada y peatonal -de descanso para el turista- y la protección y apertura al público de los restos arqueológicos de los baños califales, al descubierto en estos momentos.

La Dirección de Patrimonio de la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta de Andalucía estudia ya la petición, según confirmó a este pieriódico, y espera poder resolver cuanto antes en positivo la solicitud del Ayuntamiento de Córdoba. Urbanismo tiene un estudio previo de este proyecto cuyo coste rondaría el millón de euros bajo la premisa de los jardines históricos que hubo en su día. Es una actuación que ya hace una década se planteó el PP bajo el mandato de José Antonio Nieto. Incluso antes merodeó por la Administración autonómica para pescar algún fondo europeo que no prosperó.

Ahora, la Junta de Andalucía tiene también sobre la mesa el protocolo de intenciones firmado en mayo de 2022 con la Universidad de Córdoba (UCO) y el anterior rector -hoy consejero del ramo, José Carlos Gómez Villamandos- en el que la institución académica pedía el uso del inmueble cultural -en la misma parcela catastral que los jardines- para el traslado provisional de dependencias de la Facultad de Filosofía y Letras por sus graves carencias de espacio. Otra idea que vive en la noche de los tiempos.

Han transcurrido dos años desde la firma de ese protocolo, que no tiene una vinculación jurídica de peso más allá de las intenciones de cooperar que la Junta y la UCO manifestaron en su momento -a pocas fechas de las elecciones rectorales, por cierto-. Dos años en los que la institución académica ha logrado comprar la Zona de Reclutamiento de la Trinidad o fijar en este vetusto acuartelamiento esa liberación de espacio para Filosofía y Letras (a mayor plazo).

Fuentes de la Unviersidad aseguran a ABC que este avance no le resta interés a podar usar la Biblioteca Provincial. No obstante, y según refleja ese protocolo firmado en 2022, al que ha tenido acceso ABC, si pasaba un año de su firma sin que se pusieran en marcha las actuaciones planteadas en el mismo (al menos un plan de ampliación de acuerdo a unas disponibilidades presupuestarias), éste quedaba sin efecto. Es lo que ha ocurrido, por lo que el interés vigente de la Universidad sobre el inmueble -que también traslada, por ejemplo, a sus instalaciones culturales de la casa de Doña Ana Jacinta en la plaza de la Corredera- da algunos pasos atrás en lo meramente técnico. entran en liza las voluntades políticas.

Y no es la única institución u organismo que ha preguntado por el estado de este edificio histórico que aglutina manufactura desde los siglos IX al pasado XX y con algunas tipologías de alto valor -desde la huella gótica a la escalera barroca de Miguel Verdiguier-. La información que ha podido contrastar ABC apunta a la propia Delegación Territorial de Cultura y la Real Academia de Córdoba, si bien en este último caso, y a la espera de que se pueda reformar e intervenir en su sede de la calle Ambrosio de Morales en flagrante estado del olvido, el propio alcalde ya anunciado la redacción del proyecto y la consiguiente partida para llevar a cabo la sustancial mejora de la sede histórica del Centro.

Las fuentes de Economía y Hacienda consultadas por ABC sí aclaran que el tema del inmueble usado por la Biblioteca está en un segundo plano frente a la solicitud del Ayuntamiento dada la pérdida de efecto del protocolo general firmado en su día. Circunstancia que, por contra, la Universidad va a seguir peleando puesto que considera que se trata de un equipamiento que precisa uso y tiene una ubicación perfecta dentro de su llamado Campus de Letras en la propia Judería.

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Es una misma parcela catastral pero no habría problema en dirigirla a dos usos diferentes o acabar partiéndola, pero de momento en la Junta de Andalucía parecen ajustarse a o que tiene peso jurídico, que no es otra cosa que la petición formal del Ayuntamiento. Puede que en breve desde el Rectorado de la Universidad acaben dirigiendo otro similar requerimiento.

El Catálogo de Bienes Protegidos del Conjunto Histórico de Córdoba permite el uso como equipamiento general y compatible con los elementos objeto de protección: la muralla califal al norte, la fachada gótica al campo santo (junto a la Almudaina), la escalera barroca, partes del antiguo palacio y los restos arqueológicos del alcázar califal así como las propias naves de estructura de la antigua Biblioteca. Uno de los aspectos que ya se manejan a nivel técnico en Capitulares es liquidar todo lo que se pueda de la famosa tapia.

Lo que el Plan Especial de Protección del Casco tiene previsto desde hace 20 años para la zona del Campo de los Santos Mártires -que extiende su perímetro fuera del murete y con el doble de la superficie pedida por el Ayuntamiento- es una realineación de esa tapia conforme al límite del Seminario de Santa Teresa de Jornet, la construcción de un muro permeable al área libre que integre el resto de fachada gótica lindera con el restaurante de la Almudaina y una reordenación del ajardinamiento y mantenimiento de arbolado hacia el interior.

Esta actuación que lidera el gobierno de Bellido sí precisa de unas grandes cautelas arqueológicas en una zona muy sensible. La normativa urbanística de la ciudad exige un estudio arqueológico previo y un proyecto de integración de los baños califales como continuación de los que hoy se visitan frente a la sede del IESA. Y después, la propia reurbanización de esa gran parcela.

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A todo esto hay que sumar otra iniciativa que sigue siendo un anhelo de la Gerencia de Urbanismo y es la apertura de un pasaje que conectaría toda esta zona del Campo Santo de los Mártires con la propia calle Torrijos (Mezquita. Palacio de Congresos y Obispado). A partir de la calle Tomás Conde se adentraría por la calleja del Salmorejo -como hoy se llama la calleja del Arco- bordearía la zona de muralla califal, la medianera de una casa solariega y se adentraría hacia esa calle entre los edificios históricos de del centro de convenciones en el viejo Hospital de San Sebastián y el Palacio Episcopal. Sin duda un atractivo más para pasear por la zona más monumental de Córdoba.