Iván Ania: «Más que experiencia, necesitamos jugadores con hambre la próxima temporada»

La mirada ya está puesta en la campaña que viene, para la que advierte que la exigencia será aún mayor: «Todos somos conscientes de lo que nos espera. Sabemos que el primer año en la categoría es muy difícil, pero muchas veces la inercia con la que llegas tras el ascenso te da puntos. La segunda temporada en el fútbol profesional es muchísimo más exigente».

En su planificación, la clave será reforzar el bloque sin romper su esencia: «Tenemos que reforzarnos bien en las posiciones que consideremos necesarias, manteniendo esa columna vertebral y haciendo algunos retoques. En función de cómo quede configurada la plantilla, intentaremos sacar el mayor rendimiento posible a nuestra idea de fútbol, a nuestro modelo de juego, y dar un pasito más».

Para el entrenador del Córdoba, más allá de la experiencia, la clave está en la actitud. «Más que experiencia, creo que los jugadores tienen que tener hambre. El jugador que venga al Córdoba debe ser ambicioso, venir porque le ilusiona lo que representa este club, porque le atrae nuestra manera de jugar y porque está dispuesto a asumir la exigencia que pedimos: presionar todas, no dar un balón por perdido, jugar a un ritmo muy alto», explicó. Y subrayó: «Eso no lo da la edad ni la experiencia, lo da el hambre».

Considera que precisamente esa mentalidad ha sido uno de los motores del equipo esta temporada: «Una de las claves ha sido el hambre de los jugadores, cómo han crecido. Y en esa línea es en la que vamos a continuar». También fue claro en cuanto a la filosofía interna del día a día: «La exigencia diaria es altísima. El jugador que es capaz de soportarla, crece. El que no, es mejor que diga que no continúa».

Y concluyó con una declaración de principios sobre el enfoque del cuerpo técnico: «Siempre lo digo: nosotros buscamos la excelencia. Hacerlo muy bien nos iguala con los demás. Pero el que busca la excelencia va un paso por delante. En esa búsqueda está la clave del éxito. Y en eso estamos».

El técnico también percibe una atmósfera positiva en torno al equipo y al proyecto: «La ilusión es palpable en el ambiente. De cara a la próxima temporada, la exigencia va a ser altísima. Viendo lo que hemos hecho este año, nos van a pedir más, y tenemos que estar preparados para esa situación». Para afrontar ese nuevo escenario, prevé movimientos en la plantilla: «Es evidente que algunos jugadores se irán y tendrán que venir otros. Lo importante es que quienes lleguen lo hagan con hambre».

Reconoce que el Córdoba parte desde una posición más ventajosa en el mercado: «Este año vamos a ser más atractivos para muchos futbolistas. Estamos en un rol diferente al de la temporada pasada. Entonces éramos un recién ascendido, con un bajo presupuesto. Ahora seremos el Córdoba que ha hecho una gran campaña en Segunda, un equipo de referencia para muchos por su estilo de juego».

Esa evolución puede abrir la puerta a perfiles que antes eran inaccesibles: «Vamos a poder aspirar a jugadores a los que el año pasado no podíamos. Pero hay que acertar con los fichajes. Hay que reforzar bien al equipo y empezar bien la competición, que siempre es clave». Por último, defendió la continuidad del modelo de juego como base del proyecto: «Llevamos dos años con una idea clara, con un modelo que ha funcionado. Esa forma de entender el juego nos ha dado éxito y creemos que nos seguirá llevando por el buen camino en esta tercera temporada».

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Uno de los nombres propios de la temporada ha sido Antonio Casas, que puede salir del club al no haber renovado aún. «Antonio es un ejemplo de sacrificio y entrega. Es el jugador que nos marca la primera presión, algo fundamental para nuestro modelo», explicó. Reconoció que ha tenido altibajos a lo largo del curso, pero destacó su confianza en él: «Siempre he apostado por él. El año pasado alternaba más con Alberto Toril, pero este año la apuesta personal era clara y ha respondido: lleva diez goles y es el máximo goleador del equipo».

Ania también dejó claro que «ahora mismo veo en mejor estado de forma y de confianza a Niko, por eso está jugando él. Pero eso no resta valor al trabajo de Casas, que es ejemplar. Más allá del acierto de cara a gol, su compromiso es incuestionable», aseguró el entrenador.

También tuvo palabras sobre su situación personal y su futuro: «Yo estoy muy agradecido a él por todo lo que ha hecho, tanto esta temporada como la anterior. Le deseo lo mejor, ya sea en el Córdoba o en otro lugar. Le tengo mucho cariño». Y quiso subrayar la importancia del reconocimiento, incluso en la crítica: «Lo peor para un jugador es la indiferencia. A veces los silbidos duelen, pero si suceden es porque te quieren. El que no es querido, simplemente pasa desapercibido».

Por último, insistió en que Casas sigue plenamente comprometido con el club: «Hablo mucho con él. Está tranquilo, está enfadadísimo con el equipo, el club y la afición. Es uno de nuestros capitanes y una referencia. Todos deseamos que siga, pero su futuro solo puede decidirlo él».

El técnico también destacó la evolución de Pedro Ortiz, un futbolista con un perfil diferente y una trayectoria reciente en la élite. «Pedro es un jugador que tiene que marcar diferencias porque viene de un club de Primera División puntero como el Sevilla, aunque haya tenido más o menos minutos», explicó. Reconoció que la adaptación a la categoría no fue inmediata: «Cuando baja de nivel, al principio le cuesta un poco coger el ritmo porque venía de no jugar».

Sin embargo, Pedro ha respondido con buen rendimiento y aportaciones decisivas: «Lleva cuatro goles y ha hecho muy buenos partidos». Su posición ha sido una apuesta táctica: «Lo utilizo en un rol de interior, que encaja con sus características. Puede defender también como segundo medio centro».

Además, resaltó sus cualidades técnicas y actitud: «Es un jugador con un pie zurdo excelente, un 'gol de otra categoría', como ya dije en su día. Quiere crecer, ha hecho una apuesta importante por venir al Córdoba y ha respondido bien». Finalmente, el técnico anticipó un papel clave para Ortiz en el futuro: «La temporada que viene, si sigue con nosotros, va a ser una pieza muy importante para el equipo».

El entrenador del Córdoba también hizo balance de la temporada, destacando el crecimiento del equipo en una categoría que considera de gran exigencia. «Si hacemos una mirada global y vemos de dónde veníamos, en una de las ediciones más fuertes de Segunda en los últimos años, incluso de la historia, el nivel que ha dado el equipo ha sido muy alto», afirmó. A su juicio, el grupo fue creciendo a medida que avanzó la competición, lo que le deja una sensación agridulce: «Nos queda la impresión de que, con un poco más, podríamos haber alcanzado un objetivo mayor».

Pese a esa reflexión, el técnico considera que la temporada debe calificarse de éxito: «Nos hemos salvado con más de un mes de antelación. También justificó el bajón en los últimos encuentros: «Es una pena estos tres últimos partidos, pero era algo que podía suceder. Hemos ido al límite durante toda la temporada y, en cuanto se nos esfumó el objetivo de aspirar a algo mayor, más allá de escalar algún puesto, era posible que bajáramos el nivel».

Puso también en valor la juventud del grupo y la falta de experiencia como un reto superado: «Éramos una de las plantillas más jóvenes de la categoría, con muchos debutantes. En algunos partidos, diez de los once titulares jugaban por primera vez en el fútbol profesional. Eso requiere adaptación, y se ha notado que hemos ido de menos a más».

En esa línea, añadió que había jugadores que eran una incógnita y que todos acabaron dando un rendimiento muy alto. «Incluso yo, que solo tenía quince partidos de experiencia, he ido creciendo conforme avanzaba la competición», apuntó. Y concluyó: «La temporada es un éxito y así hay que valorarla. Quizá ahora no lo hagamos, pero estoy seguro de que, cuando miremos atrás, lo haremos con perspectiva».