El bucle melancólico: invierno demográfico, paro, renta baja y crisis en el campo de Córdoba

El invierno demográfico es una patente ya con un descenso progresivo de nacimientos que viene palpándose cada curso en la escolarización. Las clases se vacían y los escolares se descuentan por miles. Al contrario, la edad media de la población sigue estando entre las más altas de España -especialmente en el caso de las mujeres-. Así el envejecimiento medio se convierte en una obviedad.

En el año 2000, de acuerdo con los informes del INE, Córdoba presentaba un índice de envejecimiento de 87 puntos. Por cada 100 adolescentes o niños menores de 16 años, había 87 cordobeses con más de 65 años. Córdoba se mantuvo por debajo de los 100 puntos hasta el año 2010 , cuando ya había comenzado la crisis económica del ladrillo. En ese año se alcanzó una tasa de 103 puntos. En la actualidad, Córdoba y España se han igualado con 129 puntos en esta estadística. En dos décadas, la provincia de Córdoba ha subido más de 40 puntos en este factor.

A menos masa crítica se suma una economía que no cambia de rumbo. El monocultivo del campo en su estructura laboral sigue siendo muy alto con temporalidad e insuficiencia de recursos en muchas poblaciones. Y si se añade la crisis estructural y coyuntural que sufre la agricultura desde hace años, acentuada ahora por la crisis de precios, el futuro no se torna despejado en la mente de muchos jóvenes de los municipios pequeños y no tan modestos, por lo que las maletas y el viaje de ida se vuelve casi obligado.

La tasa de desempleo no baja del 20 por ciento en Córdoba ni en los momentos de máximo tirón -que no es el actual- de la máquina económica. Se trata, además, de poblaciones subisidiadas en alto procentaje. Como publicó recientemente ABC, el 60% de los municipios de la provincia tiene una renta bruta declarada donde más del 40% de los recursos llegan vía prestaciones por desempleo, pensiones u otro tipo de ayudas.

Así las cosas parece normal, además, que haya poblaciones cordobesas entre las que posen menos renta neta por habitante. Ya no sólo el caso de Nueva Carteya, la décima del país en estos umbrales (7.731 euros). Completan la lista Iznájar (7.974 euros), Fuente Carreteros (8.048 euros), Benamejí (8.208 euros), La Guijarrosa (8.238 euros) o Los Blázquez (8.279).