Los 'sabios' alemanes vuelven a rebajar su previsión de crecimiento y la economía germana cerrará 2025 en el 0,00%

«En el futuro próximo, la economía alemana estará influida por dos factores fundamentales, la política comercial de Donald Trump y la política fiscal de la gran coalición», augura Monika Schnitzer, una de los miembros del Consejo Asesor de Economistas del Gobierno, que espera impulsos de la política fiscal, lo que explica la expectativa de que el año próximo se vuelva a la senda de crecimiento. En el acuerdo de coalición firmado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Friedirch Merz y el Partido Socialdemócrata (SPD), se establece el gasto del 10% del presupuesto en inversiones, pero el Consejo de Expertos Económicos señala que esta cuota no es suficiente.

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Para 2026 los «sabios» esperan un crecimiento del 1,0 %. La inflación, calculan, se situará este año en el 2,1 % y en el 2,0 % en 2026. Prefieren no hablar de estanflación, pero admiten que las consecuencias de los aranceles de Donald Trump son todavía imprevisibles y que afectarán especialmente a la economía alemana por su tradicional vocación exportadora, por lo que en el pronóstico hay un margen de inseguridad.

La economía alemana continúa en una «fase pronunciada de debilidad», diagnostican, sin atreverse a hacer pronósticos a medio plazo. Desde su unto de vista, los requisitos burocráticos y los largos procedimientos de aprobación de licencias están frenando el crecimiento. El cambio estructural acelerado está afectando ya a industrias y regiones de Alemania que hasta ahora han sido económicamente sólidas, según el informe, que añade que la debilidad económica es evidente en el mercado laboral. Según la Agencia Federal de Empleo, el repunte de abril fue comparativamente flojo y los «sabios» esperan que la tasa de desempleo aumente hasta el 6,2% a lo largo del presente año.

El nuevo gobierno alemán quiere aliviar la economía con varias medidas. El paquete de 500.000 millones de euros financiado con créditos para inversiones adicionales en infraestructura y protección del clima tiene como objetivo, por ejemplo, garantizar un mayor crecimiento. Pero los expertos no cantan victoria y advierten que resultará «crucial» la forma en que se utilicen los fondos en términos concretos: «cuantos más flujos se abran paso hacia la inversión pública adicional, mayores serán los efectos del crecimiento a largo plazo». «El paquete financiero ofrece una gran oportunidad: si se utilizan correctamente, los fondos pueden preparar a Alemania para el futuro y llevar a la economía de vuelta a una senda de mayor crecimiento», ha declarado Achim Truger, uno de los «sabios», de la Universidad de Duisburg-Essen. Además de las inversiones, urgen al gobierno a ponerse al día en términos de reducción de la burocracia y proponen, entre otras cosas, menos obligaciones de información, procedimientos de solicitud y aprobación más rápidos y una digitalización de la administración pública.

En sus consideraciones, valoran que el gobierno de Berlín ha logrado un «margen de maniobra considerable» con el levantamiento del freno a la deuda, que hasta ahora estaba anclado a la Ley Fudamental, pero alertan que casi nada daña tanto como el gasto financiado con deuda. Esto se debe a que no crea un crecimiento sostenible y, por lo tanto, no hay base para el pago de las deudas. Se basan en los llamados multiplicadores, que indican en qué medida un euro gastado por el Estado tiene un impacto en la economía. Christian Ochsner y Christopher Zuber creen que, en términos de consumo, un euro de gasto público proporciona entre 0,1 y 0,5 euros de energía económica. En el caso de las inversiones, un euro de gasto público asegura entre 0,8 y 1,5 euros de potencia económica. A la defensa le atribuyen entre 0,2 y 0,5 euros, un estímulo económico algo superior al del consumo. Con esta base, el Consejo de Expertos Económicos propone normas vinculantes para garantizar que se eviten los desplazamientos del presupuesto.

Para 2035, el paquete financiero del gobierno Merz ofrece la posibilidad de que el potencial de producción, es decir, las posibilidades de producción de las empresas alemanas, sea hasta un 6% más alto, estiman. En el peor de los casos, el gasto financiado con deuda también podría conducir a una reducción del potencial del 0,3 por ciento. Cabe destacar que estas conclusiones, cada uno de los tres capítulos del informe, con 311 páginas en total, cuenta con el voto minoritario de Veronika Grimm, miembro del Consejo Científico de la Energía de Núremberg. «No hacen justicia a la situación actual», ha declarado Grimm a Handelsblatt sobre las conclusiones de los otros cuatro expertos.