La nueva planificación eléctrica para 2030 ya advertía sobre el impacto de las renovables en la red
El Gobierno, pese a todo, quiere premiar en el sistema a las plantas de generación verde
También propone eliminar las restricciones técnicas, que han sido básicas tras el apagón
Han pasado dos semanas desde que se produjese el gran apagón en España, y por el momento no se conocen las causas concretas. Tan solo existe la sospecha de que el mix eléctrico que hubo durante abril, con un enorme peso de las energías ... renovables, pudo influir de forma negativa. Una situación, el impacto de estas tecnologías, que el propio Gobierno asume como un hándicap.
En concreto, así lo ha reconocido el Ministerio para la Transición Ecológica durante el procedimiento para diseñar la 'Planificación de electricidad' con el horizonte 2025-2030 –que sería cómo se diseñan todas las redes e infraestructuras–, y que actualmente ya ha pasado la fase de consulta pública. El reconocimiento del impacto de las renovables se escenificó en la publicación de la orden ministerial en el BOE –en 2023– que emplazaba a los interesados a presentar sus propuestas de mejora a Red Eléctrica como operador del sistema.
En este contexto, también hay que mirar al otro gran señalado en esta crisis, la compañía que preside Beatriz Corredor. Desde la compañía señalan a ABC que «la misión en esta planificación es la de asesor técnico del ministerio en la elaboración de la propuesta inicial y en la propuesta de desarrollo, acorde a los criterios fijados por el Ministerio. Ambas son la base para el plan de desarrollo de la red de transporte que finalmente se aprueba por Consejo de Ministros».
Así, desde el pasado 28 de abril existe un debate abierto sobre el papel que han jugado las renovables en el apagón y el que deberán tener el futuro mix eléctrico. Y pese a que el Gobierno ha defendido a ultranza que no han tenido ningún tipo de implicación, desde hace tiempo reconocen que su gran crecimiento debe ser abordado de forma distinta.
El Gobierno asegura que «para lograr estos objetivos tanto de penetración de renovables como de fuerte electrificación de la demanda resulta necesario un nuevo diseño y planificación de la red de transporte de energía eléctrica que permita no solo la tan meritada integración renovable sino que vertebre una red capaz de abastecer una demanda que será especialmente intensa y localizada en usos como la descarbonización de industria existente, la producción de hidrógeno verde o la recarga de vehículos eléctricos». Es decir, el Ejecutivo español reconoce que, actualmente, la red no está preparada para asumir la integración de las renovables. El periodo vigente, 2021-2026, deja entrever que ahora mismo es complejo la entrada de estas tecnologías en el sistema.
En esta politización de tecnologías, el Gobierno explica de cara a la planificación de la red que «otro de los pilares básicos (...) es el envío de las señales adecuadas a la localización de la generación, primando aquellos proyectos que maximizan la utilización del recurso renovable con un menor impacto medioambiental».
Otra cuestión que se ha puesto de relieve durante la crisis tiene que ver con el almacenamiento, en este caso con su falta de desarrollo. La orden ministerial señala que «cabe añadir la elevada importancia que tomará esta tecnología en su doble vertiente desde la óptica de las redes, como consumidor y como agente capaz de inyectar energía como un generador». Sin embargo, tal y como avanzó ABC hace unos días, su desarrollo normativo, auspiciado por el Gobierno, está impidiendo un crecimiento acorde a las necesidades del sistema.
Un problema mayor
Una cuestión que trae polémica, después de que el gas natural haya sido una de las tecnologías que ha levantado el sistema tras el apagón es, precisamente, la supresión de este tipo de prácticas.
En concreto, el Gobierno tiene la intención de eliminar «las restricciones técnicas estructurales [que es la posibilidad de introducir en el mix tecnologías que no habían casado en el 'pool' de oferta y demanda] de la red de transporte que causan ineficiencias económicas en el sistema y un sobrecoste en el precio de la energía que pagan los consumidores, así como la minimización de las pérdidas provocadas por la existencia de flujos de energía a la larga distancia para abastecer a los grandes centros de consumo».
Por lo que respecta a la fiabilidad del sistema y el suministro, que también ha sido muy cuestionado tras el apagón, el Gobierno también asume que, en estos momentos, existen ciertas carencias. Por ello, al igual que se contempló en planificaciones anteriores «se deberá priorizar la mejora y actualización de la red existente frente a nuevos trazados e infraestructuras». Para llevar a cabo estas actuaciones, la nueva planificación lo hará «mediante el aumento de capacidad de la red existente a través de repotenciaciones y del tendido de circuitos múltiples y la utilización de las nuevas tecnologías. Lo anterior se realizará siempre anteponiendo la necesaria seguridad de suministro y fiabilidad de la red de transporte de energía eléctrica».
La idea del Gobierno
Al margen del obligado cumplimiento que supone la planificación eléctrica, el Gobierno tiene su propia interpretación sobre el valor real de este diseño. Así, hace unas semanas, en el 'II Foro Industria y Energía' organizado por CEOE y Enerclub, desde el Ejecutivo se ponía el foco en la industria como un papel «prioritario» para hacer frente a sus demandas, según indicó el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard.
Señaló que la «prioridad» en la planificación va a ser la industria y se dará relevancia a que «pueda electrificarse». «Si nos pasamos de frenada nos lo cargamos, hay que hacerlo bien, ya que el consumidor paga de primeras la red y luego, si se usa o no, ya se ve si hay más espaldas para repartir esos costes», aseguró.
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