AJUSTE DE CUENTAS

Tras las pensiones viene el SMI y las 37,5 horas

La previsibilidad de Feijóo decae con la decisión de votar a favor del decreto

DeepSeek o los efectos no esperados (2 / 2 / 25)

Núñez Feijóo, líder del PP ep

02/02/2025 a las 19:02h.

Los grandes pensadores han coincidido en que la coherencia política es fundamental para la confianza y la estabilidad, aunque algunos, como Maquiavelo, señalaron matices: lo importante no es la coherencia y la honestidad sino su mera apariencia. Aristóteles sostiene que la incoherencia surge ... cuando los gobernantes dicen representar al pueblo, pero actúan en beneficio propio. Max Weber afirma que un político coherente no es necesariamente el que nunca cambia de opinión, sino el que tiene un propósito claro y justifica sus decisiones con transparencia.

En la España de hoy, la coherencia política (y la argumental) es un valor extinguido. Hace una semana, el batiburrillo de normas reunido en el decreto 'ómnibus' eran un exabrupto para el PP, la entrega del palacete en París al PNV, «un regalo», y otras cuestiones, como las medidas que favorecían la 'inquiokupación', líneas rojas infranqueables. Y sus líderes lo dijeron con rostro grave. Ahora, no les parece una razón suficiente para rechazar el decreto 'minibús'. Ni siquiera merece la abstención que era lo canónico. Feijóo ha resuelto que hay que votar con el Gobierno y ha informado que se hace personalmente responsable (como el fiscal general del comunicado) de la decisión. A Pedro Sánchez le ha salido gente al camino, ya no es el único que puede cambiar de opinión. Y las razones que invoca el PP son las mismas que Sánchez: mantener sus opciones de alcanzar el poder.

La convicción de que los hechos son deformables porque los votantes forman estúpidas 'barras bravas' dispuestas a asistir acríticamente a sus abusos argumentales, que parecía ser un monopolio del Gobierno, se ha extendido a la oposición. Feijóo ha dañado su carácter previsible. Los asesores aplaudirán, pero los que están cansados de una política que tensiona la institucionalidad un día sí y otro también, no. Crecerá la antipolítica, pero también la decepción en el centro racional.

En el PP dicen que están dispuestos a aguantar el chorreo de la prensa crítica por esta muestra de incoherencia, pero que no podían soportar que en los medios gubernamentales se les acusara de votar contra la subida de las pensiones. Han preferido apoyar un decreto que recordar que su auténtica voluntad quedó registrada en el Congreso con su propia proposición de ley para subir las pensiones.

Si la acción política va a estar condicionada por el uso táctico que hagan los rivales de una trampa victimizadora (en este caso convencer a unos pensionistas desinformados de que el PP no quiere subir las pensiones), en vez de valorar la cuestión que se está votando por su calidad intrínseca, el contrapeso de la acción de gobierno por parte de la oposición ha muerto. Si ese uso táctico también se da cuando se someta al Congreso el Salario Mínimo Interprofesional (dos millones de afectados) y la reducción de jornada hasta 37,5 horas (21,8 millones), ¿qué creéis que votará el PP?