«Debería haber inspectores para vigilar los precios en toda la cadena alimentaria»

—¿Qué le parece la exclusión de los productos cárnicos de la última rebaja del IVA?

—La carne se ha quedado fuera sin ningún tipo de razonamiento. ¡Nada de nada! Lo único es que es un porcentaje importante el que conlleva esta partida económica, pero creo que ha primado mucho más el componente político del Ministerio de Consumo de lo que es la realidad de la aplicación de algo beneficioso para toda la sociedad española y, particularmente, para los ganaderos.

—Se supone que la ley de la Cadena Alimentaria debería asegurar que los costes se transmitan con normalidad a través de toda la cadena de valor.

—La ley de la Cadena Alimentaria la comparo con la de Tráfico, donde cuando uno sale a una autovía no se puede ir a más de 120 kilómetros. Si va a más de 120 km está el radar y la Guardia Civil. La Cadena Alimentaria es la ley de Tráfico pero no hay ni señales ni radares ni Guardia Civil. Es tan sencillo como que, igual que tienen la voluntad de poner inspectores de trabajo, pongan inspectores para que esto se cumpla. Necesitamos también precios de referencia de institutos, universidades, de consejerías… ¡Están hechos! ¡Publíquense! No es que todo sea igual para todo el mundo, pero en cada comunidad autónoma sabemos lo que cuesta producir un kilo de uva, un litro de leche y lo que cuesta un salario.

—Entonces, ¿comparte la opinión del sector pesquero de que la dieta de los españoles se puede deteriorar?

—Están poniendo cada día en riesgo lo que es la dieta mediterránea y nuestras formas de consumir, pero al final con este tipo de políticas conducen hacia el consumo de ciertos productos muy transformados y todo esto no lo digo yo, lo dicen los dietistas. Eso no es bueno para la salud. Han jugado con Nutriscore donde la Coca Cola tenía semáforo verde y el aceite rojo. También han jugado con el consumo de la carne y siguen jugando. Ahora están con el pescado, el bienestar animal.

—Este Gobierno ha tenido una relación compleja con el campo durante los últimos años en temas como el consumo de carne, el lobo y el agua.

—Estamos viendo cómo determinados ministros, fundamentalmente de la órbita de Podemos, pero no olvidemos que no solo sino de la propia vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, la socialista Teresa Ribera, atacan al sector. Aquí lo que se ha hecho con el lobo es una auténtica aberración. Desde ese ministerio ha habido ataques permanentes en materia de agua, de regadío, donde si lees lo que la vicepresidenta dice no quiere ver un pantano, una presa o una balsa. Y lo poco que se está consiguiendo viene de esos Perte que hay para modernizar regadíos.

— Precisamente uno de los debates que están encima de la mesa es el cambio en el trasvase Tajo-Segura. Los regantes se han manifestado en Madrid. ¿Estamos en la enésima guerra del agua?

—El agua no debe ser un enfrentamiento, sino un consenso entre regiones españolas. Por eso, el problema del agua se arreglará cuando haya una vertebración total de lo que son las cuencas de los ríos y las necesidades hídricas y territorio a territorio, pero como se haga desde el punto de vista localista siempre va a haber enfrentamientos. La solución es la vertebración hidrológica nacional. Estamos perdiendo otra gran oportunidad para vertebrar España desde el punto de vista hidrológico con los fondos europeos.

—Estos días ha comenzado a aplicarse la nueva Política Agraria Común (PAC) 2023-2027. ¿Cómo está siendo esta adaptación?

—Es cierto que algunas cosas se han flexibilizado. Hay más obligaciones con menos presupuesto, más exigencias medioambientales sin tener en cuenta la rentabilidad. Esto es el Pacto Verde, más burocracia y, por lo tanto, riesgo de renacionalización. Lejos de simplificarse, la PAC se hace cada día más compleja. Dentro del Plan Estratégico, sobre los eco regímenes, quedan muchas dudas. Creo que cosas tan complicadas hay que darles un periodo de adaptación, de ahí que todavía piense que podemos modificar determinados planteamientos como las rotaciones, la biodiversidad, la ganadería, para hacerlo más sencillo.

—Usted es ganadero y conoce bien el sector lácteo. La leche está entre los productos que más suben (37,2% a cierre de 2022).

—En el sector lácteo las cosas se van a complicar porque hay un intento de bajar precios por un lado y, por otro, hemos quitado mucha cabaña ganadera. Al sector lácteo hay que seguir pidiéndole mantenimiento e incremento de precios porque si no, cuando pase un par de años, va suceder que en algunas zonas vamos a tener que importar más de lo previsto.