El calendario de obras para la ampliación del Aeropuerto de Barcelona hace casi imposible su estreno en 2033

En base a esta precisión del calendario, Podemos prácticamente aseguró que el proyecto se paraliza hasta ese año, una aseveración no del todo precisa. No obstante, la confirmación de que las obras de ampliación de la pista propiamente no comenzarán hasta pasado 2031 sí hace prácticamente imposible que el proyecto pueda inaugurarse en 2033, como se dijo al ser presentado el acuerdo de ampliación el pasado mes de junio, que contemplaba iniciar los trabajos en 2030.

«La ampliación del Prat contempla un Procedimiento que tiene una tramitación ambiental compleja y larga y el documento así lo explícita. Este documento (el acordado con Podemos) refuerza los parámetros ambientales que, tal y como dijo el president Salvador Illa, será exquisito, un ejemplo para España y Europa», ha asegurado Puente.

Así las cosas, sí puede darse por hecho de que el proyecto irá más allá del 2033 previsto, un retraso que ya se dio por hecho cuando hace tres semanas AENA explicó que buena parte de las inversiones para la ampliación de El Prat, cifradas en unos 3.200 millones, se incluirían en el Documento de Regulación Aeroportuaria IV (2032-2036) y no en el III, (2027-2032).

Ahora, el documento pactado con Podemos confirma este calendario. «De acuerdo con las previsiones temporales y las disposiciones legales de elaboración de los documentos de regulación aeroportuaria y por todas las razones expuestas, la ejecución material de la ampliación no se realizará en el Dora III, salvo las actuaciones de naturaleza ambiental o de naturalización». El objetivo de 2033 se adivina pues imposible.

El ministro Puente asegura en cualquier caso que no hay cambios. «El acuerdo no supone ninguna alteración en los plazos: el Dora III contempla ya cómo serán. No se ha quitado ni puesto nada. No introduce ninguna novedad. Lo que sucede es que los plazos administrativos y medioambientales son amplios pero son los que están ya contempladas en el Dora III».

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El documento pactado con Podemos, además, incluye una serie de medidas para reforzar la vigilancia del impacto ambiental de las obras. Por ejemplo, se establecerá una «vía específica para que el proyecto se evalúe con carácter vinculante sobre su grado de ajuste en emisiones de gases invernadero a los objetivos de descarbonización que determina el Firfor 55, así como las determinaciones recogidas en la Ley de Movilidad Sostenible para el transporte en general y el transporte aéreo en particular».

También, se «someterá en todo caso a un proceso especialmente intenso de información pública y consultas con los diferentes organismos y administraciones territoriales para favorecer la participación y la transparencia», mientras que el Plan Director «se someterá a una Evaluación Ambiental Estratégica, para analizar si se han tenido en cuenta todas las consideraciones ambientales que permitirán conciliar adecuadamente el desarrollo de la infraestructura con la protección y conservación del medioambiente».

En total, la inversión de la obra «integral» del Aeropuerto de Barcelona-El Prat será de 3.200 millones de euros, 1.500 más que el proyecto inicial planteado por AENA y que se vio truncado por las discrepancias con en el anterior Ejecutivo catalán, el liderado por ERC.

El proyecto, además de la ampliación de la pista más cercana al mar -con su impacto sobre las laguna de La Ricarda y el Remolar- incluye la remodelación de las actuales terminales T1 y T2 y la construcción de una nueva terminal satélite de la T1 conectada con esta mediante tren subterráneo. El número de pasajeros del aeródromo pasará de los 55 millones anuales, volumen récord alcanzado en 2024, a 70.