Atasco en la nueva 'casa de papel' de España por la crisis de suministros

La nueva infraestructura es propiedad de Imprenta de Billetes S.A. (Imbisa), Una sociedad dedicada a la fabricación de billetes que está participada en un 80% por el Banco de España y en un 20% por la Fabrica Nacional de Moneda y Timbre - Real Casa de la Moneda (FNMT-RCM), dependiente del Gobierno. La empresa vio la luz a finales de 2015 para adaptarse a las exigencias del Banco Central Europeo (BCE). El supervisor bancario de la zona euro solo permite dos modelos alternativos para producir la cuota nacional de billetes en euros: la producción en una imprenta propiedad del banco central emisor o mediante adjudicación a empresas externas. En el caso español se optó por hacerlo mediante una imprenta propia, creando esta sociedad para tal fin.

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A finales de 2016, Imbisa compró unos terrenos en el madrileño distrito de Vicálvaro al Ministerio de Defensa para acometer la construcción de una gran planta de fabricación de billetes. El diseño técnico y arquitectónico de las instalaciones se encargó a Técnicas Reunidas y la construcción en sí a Dragados, filial de ACS.

Las obras dieron comienzo en la primera parte de 2020 y el Banco de España comunicó el fin de las mismas en mayo de 2022. Ya entonces se produjo un retraso respecto a la previsión inicial por los problemas derivados del Covid, Filomena y la crisis de suministros. En ese comunicado, la institución dio a conocer que «el inicio de la fabricación de billetes en euros está previsto para el cuarto trimestre de 2022» y que «el proyecto concluirá en el primer trimestre de 2023, con el desmontaje, traslado e instalación de una de las líneas actuales de producción desde su emplazamiento actual en las instalaciones de la Fábrica Nacional de Moneda».

Ese plazo no ha podido cumplirse. Fuentes del Banco de España reconoce el retraso en la apertura de la planta por «la crisis de suministros, que ha retrasado la llegada de determinados componentes claves para la puesta en marcha, y a la necesidad de realizar ciertos ajustes técnicos no previstos inicialmente, algo por otro lado habitual en proyectos de esta complejidad». Dichos ajustes técnicos, señalan, son «derivados de la complejidad de una nueva instalación industrial de estas características». En este sentido, desde la institución recalcan que la producción real dará comienzo en la segunda mitad de 2023.

Respecto al presupuesto, la previsión inicial era de un gasto total de 185 millones. En mayo de 2022 se afirmaba que se podría rebajar esa estimación.

Sin embargo, las fuentes del Banco de España indican que ha de volverse al cálculo primigenio: «El presupuesto final se mantendrá en el entorno de los 185 millones de euros previstos inicialmente, a pesar del fuerte incremento de precios derivado de la aplicación del Real Decreto-Ley 3/2022, que imponía medidas para la mejora de la sostenibilidad del transporte de mercancías por carretera y del funcionamiento de la cadena logística».