El apagón agita la política energética: tensión con la nuclear y vuelta del gas

Según explican fuentes del sector eléctrico a ABC, ahora mismo existe cierta incertidumbre sobre algunas cuestiones esenciales en torno al mercado energético español. Sobre el cambio de operación ya mencionado, muchos agentes del sector creen que se introducirán nuevos sistemas de ajustes en relación a la potencia de la red y otro tipo de cuestiones que ayudan a dar una mejor estabilidad. Eso supondrá, por un lado, una mayor necesidad de inversión y, a su vez, también será un reclamo —en este caso positivo— para muchas empresas. En consecuencia, se tendrán que reformar algunas partes del mercado eléctrico.

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Raúl Masa

Y relacionado con el modo de operar —y el impacto en los precios—, todos los ojos están puestos en las energías renovables: cuál es la cantidad máxima que puede entrar en el sistema para rebajar los costes sin que eso suponga un problema. Esta será la cuadratura del círculo que resolver en el próximo lustro, y siempre con la vista en el apagón.

Para ello, el primer problema que se debe resolver tiene que ver con la energía nuclear como fuente de generación eléctrica. En mayo había una reunión entre las propietarias de las centrales para, en principio, pedir mantenerlas abiertas. Al menos la planta de Almaraz (Cáceres), que cierra en 2027 uno de sus reactores, y en 2028 el otro. Pero todo se vino abajo. El encuentro se ha aplazado a junio, todavía sin fecha fija, y ahora puede que haya otros condicionantes.

Hasta el momento, las nucleares habían argumentado su importancia para el sistema eléctrico. Sin embargo, los altos costes fiscales suponían un problema para negociar con el Gobierno que, a su vez, se mantiene inflexible sobre este punto. Aunque ahora pueden tener mucha más fuerza para negociar.

Es esencial para las dueñas de las nucleares. Iberdrola, Endesa y Naturgy también son las principales productoras de energía verde, pero es contradictorio lanzar un discurso contra esta tecnología cuando, en realidad, sus modelos de negocio se basan en ella, así como los negocios regulados que tienen en redes. Las empresas argumentan que deben tener una mayor retribución económica debido al auge renovable, pero para ello —precisamente— necesitan que no deje de crecer este negocio.

El otro gran cambio que ha provocado el gran apagón de abril tiene que ver con los denominados pagos por capacidad. Se trata, por explicarlo de una manera simple, de un plan antiapagones que está preparando el Gobierno.

En concreto, el objetivo es que haya un grupo de centrales de generación que siempre puedan estar a disposición. Por sus características, está especialmente indicado para los ciclos combinados de gas y los proyectos de almacenamiento.

Estos mecanismos, sin que todavía se haya confirmado —puesto que está en fase de elaboración— iba a tener un coste aproximado de unos 1.000 millones de euros en la celebración de la subasta por la que las diferentes plantas iban a postularse para estar siempre listas. Sin embargo, después de un mes donde el gas ha sido clave para el sistema, fuentes del sector energético advierten a este medio que esa factura puede subir.

En este escenario, el sector gasista también quiere una solución para las centrales que no entren en estos mecanismos de capacidad, pero que deban seguir abiertos y operativos, según establece el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec). Esgrimen que los costes son muy altos, y el Gobierno quiere que los ciclos siempre puedan estar disponibles.

Los otros actores que también se han dado cuenta de su importancia son los que invierten en almacenamiento. De hecho, este ámbito, que estaba a la espera de una regulación más concreta para poder operar, ahora sonríe. El Ejecutivo deberá darse prisa y mejorar la normativa para que el almacenamiento se desarrolle de forma más rápida.

Desde el pasado 28 de abril, las renovables han sido la principal fuente de suministro eléctrico. Sin embargo, podría haberlo sido mucho más. Y aquí es donde surgen las dudas: ¿se debe topar el crecimiento de la energía verde?

El Pniec proyectaba de cara a 2030 un crecimiento exponencial de la fotovoltaica y la eólica. Sin embargo, en las últimas semanas han surgido voces que alertan sobre el problema que puede suponer esta entrada masiva de renovables si no es acompañada con otras fuentes que aporten mayor estabilidad al sistema o que, en paralelo, se invierta en tecnologías que otorguen mayor robustez a en su forma de generar. Se trata del 'grid forming', que es una tecnología que sirve para dar mayor fortaleza a la solar.

Pero hay mucho más. El desarrollo de la eólica marina sigue estancada, y no se sabe hasta qué punto puede influir esta situación. De hecho, fuentes del ámbito financiero explican a ABC que no sería de extrañar que surjan ciertas dudas a la hora de invertir en renovables si se tarda mucho en aclarar de quién fue la responsabilidad del apagón y si, finalmente, los cambios que se deben ejecutar en el mercado eléctrico español afectan al mix.