Álvarez-Pallete: «Europa debe actuar, poner por delante sus valores y un liderazgo colaborativo»

-La edición de Davos de este año tiene por lema 'Cooperación en un mundo fragmentado', ¿qué rol puede cumplir una compañía española de la envergadura de Telefónica en el mundo en un contexto como ese?

-La cooperación es crítica. La cooperación dio forma al mundo moderno y ahora debe ayudarnos a alcanzar la siguiente pantalla. Son tiempos de colaboración y cooperación, no de confrontación ni fragmentación. Europa debe fortalecer su sistema de cooperación para adaptarse y transformarse al nuevo mundo en el que nos encontramos y alcanzar una autonomía estratégica plena. Telefónica, en particular, y el sector de las telecomunicaciones, en general, juegan un papel decisivo, porque nada sucederá sin nosotros en la era digital. Este sector es el único capaz de transformar al conjunto de la industria. Somos la puerta a cuanto está por venir. La tecnología nos ha permitido cambiar cosas y llegar hasta aquí, y ahora nos abrirá otras puertas para alcanzar nuevas metas. Pero somos nosotros, las personas, quienes debemos decidir qué umbrales traspasar y cómo hacerlo. Debemos poner por delante los valores y no perderlos nunca de vista para que el cambio sea para bien, ejerciendo un liderazgo responsable y colaborativo para que los logros se extiendan al conjunto y las ventajas se repartan entre muchos, no entre pocos.

-Como presidente de la patronal mundial del sector de las telecomunicaciones, GSMA, es constante su posicionamiento a favor de que las grandes tecnológicas paguen por el uso de las redes que compañías como la que usted preside han de desplegar y mantener, ¿en qué punto estamos? ¿Cuál es la posición de Bruselas?

-Es un enorme orgullo poder representar desde Telefónica a la GSMA, asociación que engloba tanto a los mayores grupos globales de telecomunicaciones como a los pequeños operadores independientes a nivel mundial. Este momento es crucial, porque estamos ante un nuevo paradigma y nunca han sido tan importantes la conectividad y las infraestructuras de telecomunicaciones. Este sector necesita justicia, ecuanimidad. Los operadores europeos invierten entre 30.000 y 40.000 millones de euros anuales para dotar de mayor capacidad a la red. El 60% de la capacidad de las nuevas redes es consumida por media docena de agentes que no contribuyen al mantenimiento de esas redes. Así no se puede continuar. La norma parece básica: mismos servicios, mismas reglas mismas obligaciones. No pedimos privilegios, solo poder competir en igualdad de condiciones. No se puede estar en un mundo nuevo con las reglas del viejo mundo.

-¿Qué papel juegan los europeos, y entre ellos los españoles?

-Es el tiempo de Europa y Europa debe actuar. El futuro de Europa pasa por las redes, que son la piedra angular de la transformación digital y un pilar esencial para crear empleo, impulsar el crecimiento sostenible y modernizar la economía comunitaria. La conectividad es clave para la resiliencia y la autonomía estratégica plena de Europa.

-Hablando de Europa de nuevo, ¿cómo está afectando la guerra en Ucrania a la forma de entender el mundo y de relacionarnos? ¿Cuál es su previsión para la economía española este 2023?

-La guerra es el mayor de los fracasos. La guerra en Ucrania junto a los efectos duraderos de la pandemia y la acumulación de tecnología sin precedentes durante los últimos años va a redibujar todo. El mundo no será el mismo. Ya no es lo mismo que era antes del comienzo de la guerra. Estamos en la era digital y ya no aplican muchas de las reglas que nos han traído hasta este punto. Estamos asistiendo a una sucesión de 'Cisnes Negros' (el Brexit, la pandemia, la posverdad, el colapso de la globalización, la guerra en Ucrania, la crisis energética, la inflación…), el 40% del tráfico de datos que pasa por las redes ya no es humano, en apenas un par de décadas las economías de China e India pasarán a ocupar los primeros puestos mundiales, la polarización política crece en casi todas las democracias liberales del mundo… Y, además, estamos viviendo la mayor revolución tecnológica en la historia de la humanidad, con la fibra inteligente, el 5G, el 'big data', el 'network slicing', el cifrado cuántico, el metaverso o el 'edge computing'. Es un cambio de era y es natural sentir temor e incertidumbre. Por eso el gran reto son las personas. Este nuevo mundo necesita un nuevo contrato social. Es el tiempo de las ciencias sociales y necesitamos sociólogos, filósofos, periodistas, médicos, abogados, economistas, antropólogos digitales…, que nos ayuden a redactar ese nuevo marco de convivencia donde la educación y la formación son la piedra angular para conseguir una sociedad mejor, más igualitaria. El desafío que tenemos ante nosotros es enorme, pero también lo es la oportunidad que nos presenta. España está muy bien posicionada para liderar esta nueva era, porque tenemos las mejores infraestructuras digitales y somos vanguardia mundial en numerosos aspectos.

-¿Cuál es su previsión para la economía española este 2023?

-2023 va a ser otro año complejo, donde el crecimiento mundial se mantendrá por debajo del potencial. Va a ser un ejercicio que irá de menos a más, con un segundo semestre con mejor comportamiento que el primero. En Telefónica estamos acostumbrados a manejarnos en entornos de alta inflación y nos sentimos preparados para afrontar el contexto macroeconómico gracias a nuestro plan estratégico. En Telefónica hemos reducido la deuda a la mitad en los últimos cinco años y hemos protegido nuestra estructura financiera anticipándonos al mercado, aliviando la exposición ante la volatilidad de los tipos y con una liquidez que nos da cobertura durante los próximos tres años. Vamos a cumplir los primeros cien años de vida y ya estamos enfocados en los siguientes cien años.