El acelerón digital aviva el temor a una España y una Europa a dos velocidades

En un contexto en el que las regiones más desarrolladas ya concentran el 80% de las patentes, la cooperación se convierte en el elemento clave para sellar la brecha

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Una España a dos velocidades dentro de una Europa también a dos velocidades. El desarrollo de la economía digital y verde –que abarca desde la inteligencia artificial y la movilidad autónoma a las energías renovables o la agricultura 'smart'- se concentra en Europa sobre ... todo en las regiones ya más desarrolladas económicamente y donde se producen por ejemplo un mayor número de patentes, hasta un 80%, realidad que amenaza con aumentar la brecha entre las regiones del continente.

En este sentido, esta nueva economía, a la vez que amenaza con consolidar una Europa a dos velocidades, por sus características puede, no obstante, atenuar la brecha si se fomenta la cooperación interregional, y no solo dentro de las fronteras nacionales, sino traspasándolas. Otro tanto puede decirse de España, donde Cataluña y Madrid concentran casi en exclusiva la industria verde y digital, pero que cuenta por ejemplo con «campeones ocultos» como Andalucía o la Comunidad Valenciana, con enorme potencial.

Estas son algunas de las conclusiones, entre pesimistas y esperanzadas, que se extraen del detallado estudio de la Fundación Bertelsmann, que compara 288 regiones europeas en 42 capacidades tecnológicas claves relacionadas con la digitalización y la sostenibilidad.

De lo más global a lo local, se observa como este tipo de industria está muy concentrada geográficamente. Así, por ejemplo, y en cuanto a las tecnologías digitales, destacan las regiones de Oberbayern (Alta Baviera, Alemania) e Île-de-France (o Región parisina), mientras que en economía verde sobresalen diversas regiones de Alemania y alguna del norte de Italia. «En general, las regiones a las que pertenece la capital del país o una de sus ciudades principales (en este caso Múnich y París) suelen tener un alto potencial de desarrollo de tecnologías digitales», destaca el estudio.

El estudio, al respecto, apunta riesgos y oportunidades. Así, por ejemplo, se asume que «el mayor potencial para desarrollar nuevas tecnologías complejas», es decir, aquellas con una más alta rentabilidad económica, recae en las regiones más desarrolladas. Por contra, «hay riesgo de que las menos preparadas se queden atrás», tal y como apunta Malte Tim Zabel, de la Fundación Bertelsman. Frente a esta realidad, economías «menos desarrolladas y en transición» tienen opciones de desarrollar tecnologías de no tan alta complejidad con las que hacerse un hueco, particularmente en economía verde.

«Alto potencial»

El estudio apunta algunos nichos de oportunidad fuera de las tecnologías más complejas. Cita por ejemplo los nanomateriales, la impresión en 3D, los drones y la robótica, y en el caso de las tecnologías verdes se apunta el «alto potencial de desarrollo de biocidas (control de plagas), biofertilizantes, reciclado, materiales sostenibles avanzados, gestión de residuos...».

Las tecnologías de menor complejidad son la oportunidad para las zonas peor posicionadas

El estudio cita el caso de Andalucía como un ejemplo de región por debajo de la media en cuanto a desarrollo económico, pero con excelente rendimiento (medido en número de patentes) en campos como biofueles, reciclado, energía solar o gestión de residuos. Por su parte, la Comunidad Valenciana sobresale en envases sostenibles, combustibles a partir de residuos, así como en nanomateriales. Igualmente, Cataluña destaca en impresión 3D y nanomateriales.

Frente a esta realidad, el estudio señala posibles soluciones para acabar con el 'gap' regional. Lo apuntaba Manuel Szapiro, director de la Representación de la Comisión Europea en Barcelona, durante la presentación del mismo: «El estudio evidencia el potencial que tiene la colaboración interregional, algo que debería extenderse también a una nueva fase de sinergias entre los distintos programas de ayudas de la UE, así como a la colaboración público-privada». Yendo más allá, la directora de la Fundación Bertelsmann en España, Clara Bassols, pone énfasis en vincular el desarrollo regional y la potenciación de las de las tecnologías verdes y digitales a dar realce a la formación profesional.

«Las regiones europeas deberían conectarse con otras regiones para acceder a las capacidades tecnológicas de las que carecen, pero que son clave para desarrollar tecnologías de doble transición», concluye el estudio. Es decir, mirar más allá de las fronteras regionales para acabar con la España y Europa de las dos velocidades.

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