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Volkswagen reconoce que incurrió en el fraude de las emisiones para ahorrar costes

Los técnicos optaron por la salida del software ilegal instalado al comprobar que ya no podían cumplir con sus objetivos por las vías legales

Logo de Volkswagen REUTERS

ROSALÍA SÁNCHEZ

Las explicaciones que Volkswagen ha dado a sus accionistas por el escándalo de los motores trucados no ha podido ser más sincera: tenían que ahorrar costes y no cumplían los objetivos, así que optaron por el fraude. Según un documento de 120 páginas que el grupo ha enviado como respuesta a la demanda de los accionistas, la automotriz alemana se vio “presionada” por la “necesidad de reducir costes” y se encontró en medio de un “conflicto de objetivos” entre el cumplimiento con las nuevas normativas medioambientales y los objetivos de ventas. "Como no se encontró solución", justifica la empresa, "se llegó a la utilización del software".

Sencillamente, los técnicos optaron por la salida del software ilegal instalado en 11 millones de vehículos al comprobar que ya no podían cumplir con sus objetivos por las vías legales. "Los técnicos de VW que trabajaban el concepto de la serie EA189 de motores diesel no lograron al parecer resolver este conflicto en el plazo temporal y con el presupuesto fijados", confiesa el escrito redactado por los abogados de Volkswagen, que niega que la cúpula de la automotriz estuviera al tanto del problema desde 2014, como vienen afirmando diversos medios alemanes, y asegura que sólo se enteró a mediados de 2015, semanas antes de que explotara el escándalo en septiembre.

"La decisión de modificar el software de los motores fue tomada más bien por trabajadores por debajo del nivel de la junta directiva", exculpan, "la junta directiva de Volkswagen no supo nada sobre la programación de modificaciones no autorizadas en el software ni sobre su posterior aplicación en los motores diesel afectados… Solo se enteraron de este tema en verano de 2015", cuando la programación ilegal se produjo "probablemente en noviembre de 2006" y "no implicó grandes costes adicionales", lo que permitió que pasase desapercibida.

Un documento publicado por la prensa alemana demuestra, sin embargo, que el ex presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, fue informado del asunto, lo que echaría por tierra la estrategia de la directiva de establecer un cortafuegos de responsabilidades de forma que estas atañan solamente al nivel técnico.

La empresa rechaza además la acusación de no haber revelado suficientemente pronto la información sobre el escándalo a los accionistas y alega que lo hizo apenas tuvo “una base de datos confiables” para hacerlo.

La compañía se enfrenta a una demanda interpuesta por accionistas ante un tribunal de Franuschweig en la que estos se acogen a la ley alemana según la cual la empresa debería haberles informado al menos dos semanas antes de lo que lo hizo ya que se trataba de datos relevantes para el precio de las acciones. Los abogados responden que esa demanda “carece de mérito”.

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