Tiemblan los empresarios españoles: «Argelia ha perdido la confianza en España. Nos han destrozado»
La ruptura de las relaciones comerciales preocupa no solo en el sector gasístico sino también en el de las infraestructuras
Compañías como Técnicas Reunidas, Acciona o Sacyr verán comprometidos futuros proyectos en el territorio
Aviso del Banco de España: la crisis con Argelia puede tener un impacto apreciable en la inflación y el PIB
El pasado 8 de junio, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ratificaba en el Congreso de los Diputados la nueva postura de España en la cuestión del Sahara Occidental. Horas después, la respuesta de Argelia, histórico aliado de la excolonia española, fue ... contundente: ruptura del Tratado de Amistad, Cooperación y Buena Vecindad y congelación de las domiciliaciones bancarias en operaciones provenientes y destinadas a España.
Las alarmas saltaron y la principal preocupación era que Argelia pudiera interrumpir el suministro de gas a España , que representa una tercera parte del que se consume en nuestro país. Enseguida las autoridades argelinas salieron a explicar que ese suministro no corría peligro y que los contratos firmados con las empresas españolas - Cepsa, Repsol, Naturgy - se mantenían. Sin embargo, el problema no es tanto a corto o medio plazo, sino a largo.
«El gas ahora está garantizado, pero lo que ha perdido España es la oportunidad de convertirse en el 'hub' europeo para la distribución de gas y electricidad en Europa», señalan fuentes empresariales argelinas. Una oportunidad que rápidamente ha ido cogiendo Italia a través de la construcción del cable submarino de 270 kilómetros que conectará Annaba con Sicilia.
Esta pérdida de oportunidades a futuro, motivada, según las fuentes consultadas, por la pérdida de confianza de Argel con Madrid , también va a afectar seriamente a los proyectos de infraestructuras con participación española. Un golpe al crecimiento del tejido productivo nacional en ese país.
España tenía toda la confianza de Argelia para que las empresas de nuestro territorio ocuparan un lugar privilegiado en la modernización del país, que en los últimos años se ha transformado rápidamente hasta contar con infraestructuras muy modernas. Es, por ejemplo, el caso de infraestructuras ferroviarias como el tranvía. Por el momento cuenta con siete líneas en todo el país, pero el Gobierno argelino ya elaboró un plan para llevar este proyecto a las 14 ciudades más grandes. Un plan en el que presumiblemente se iba a contar con compañías españolas, en vista de la buena experiencia pasada. Por ejemplo, la extinta Isolux Corsán se adjudicó en 2013 la primera línea de tranvía en Mostaganem.
Lo mismo ocurre con el metro. La empresa española CAF fue la encargada de diseñar y fabricar la primera línea de metro de Argel, que une las estaciones de Hai el Badr y Tafourah Grande Poset. Así, Ali Arezki, CEO de la compañía de metro de Argel, anunció este pasado mayo que se habían fijado el objetivo de ampliar la red de transporte de metro de la capital a largo plazo a 60 kilómetros y 58 estaciones. Un megaproyecto en el que las compañías españolas también estaban en las primeras posiciones para las adjudicaciones y que ahora se ponen muy en duda por la pérdida de confianza.
Hasta ahora, España era el segundo socio comercial de Argelia en materia de productos para infraestructuras ferroviarias. La percepción del producto español en este sector era muy positiva , es decir, los productos de España tenían una muy buena acogida en el mercado argelino , pero desde Argel repiten que esta inclinación a preferir empresas de nuestro país para modernizar el territorio va a verse afectada.
Interés en el país
Argelia despertó un gran interés entre las empresas de infraestructuras españolas durante la crisis económica. El país tuvo unos años de esplendor, marcados por la cuantiosa inversión en proyectos de esta índole, sobre todo desaladoras de agua, claves en un país donde el 90% del territorio es desierto. Decenas de compañías españolas aprovecharon estos planes para potenciar su presencia en el país africano. Se ve a tan solo 50 minutos en coche desde Argel, en Tipasa, donde se encuentra la planta desalinizadora de Fouka, puesta en marcha por la española Acciona .
O el caso de Sacyr, que posee la gestión de dos desaladoras de agua, ubicadas en Teclem-Honaine y Skikda, en cuyo diseño y construcción participó y que llevan más de diez años en funcionamiento. La mayoría de esos proyectos se construyeron hace años y ahora están en fase de explotación. Fuentes empresariales aseguran que este tipo de proyectos «están blindados por contrato» y, por lo tanto, no debería haber ningún tipo de problemas con ellos. «Estas infraestructuras van a seguir operando con normalidad y sin problema», aseguran estas fuentes.
El problema llega al analizar los proyectos futuros. El sector del agua es el que contaba con mayor potencial, debido al estrés hídrico que sufre el país. Por eso, el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, en sus últimos discursos ha dado mucha importancia al tema del agua y a la puesta en marcha de planes estratégicos para mejorar su oferta de esta materia. Unos planes que contaban con atractivo para las empresas españolas de infraestructuras. De forma pública la mayoría de firmas han optado por tener un perfil bajo, asegurando que no cuentan con proyectos en la recámara. Pero en privado reconocen el impacto que tendrá en su negocio la situación de bloqueo que se ha instaurado entre ambos países. La incertidumbre entre los empresarios y trabajadores es total. «Ahora estamos esperando a que nos digan algo. Pero nos han destrozado» , aseguran fuentes del sector instaladas en Argelia.
El enfado en del gremio empresarial es mayúsculo. «Parece mentira que no supieran que esa toma de posturas no iba a tener consecuencias» , comentan empresarios con intereses en el país magrebí. «No calcularon las consecuencias y cómo iban a afectar a los intereses de los empresarios españoles», añaden.
Las empresas de infraestructuras son conscientes de la enorme dificultad que entraña ahora invertir en Argelia , pese a que el país sigue ofreciendo operaciones interesantes. «Va a ser muy complejo entrar en nuevos proyectos», destacan desde una empresa del sector. Es decir, el crecimiento de estas compañías en el país ha quedado totalmente en el aire. «Argelia ha perdido la confianza en España», apuntan fuentes argelinas conocedoras de la crisis.
Otra firma que teme ver comprometidos proyectos futuros es Técnicas Reunidas . Esta compañía, especializada en la construcción de refinerías, instalaciones donde se somete al petróleo a transformaciones químicas, ha presumido siempre de tener buena relación con Argelia; en 2019 logró un contrato de 1.800 millones. Ahora, en futuras licitaciones, su posición de preferencia pueden verse realmente afectada.
Según los últimos datos del ICEX , las empresas españolas mantienen 2.200 empleos directos activos en el país y el 'stock' de inversión allí alcanzó los 434 millones de euros justo antes de que estallase la crisis del Covid.
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