Terceiro, sobre las «black»: «Es inconcebible un sistema de tarjetas como medio de retribución»

"Otra cosa son los gastos esotéricos con tarjetas de crédito", ha espetado en un momento de su declaración, estableciendo una barrera entre las Visas que tenían los directivos durante su presidencia (1988-1996) y el uso que se dio a esas tarjetas a partir de entonces, primero bajo el mandato de Blesa y luego con Rato. Cabe recordar que Terceiro acude al juicio como testigo y por tanto, a diferencia de los acusados, está obligado a decir la verdad.

Terceiro ha ratificado que en mayo de 1988 el consejo de administración de Caja Madrid decidió crear un sistema de "compensación a los consejeros de los gastos derivados exclusivamente de su actividad como tal" mediante tarjetas de crédito. Y ha detallado que era la secretaría general la que fiscalizaba ese sistema de tarjetas de empresa. En este sentido, el expresidente ha concretado que las tarjetas tenían un límite mensual de 600 euros pero que el gasto medio era mucho más bajo (entre 200 y 300 euros), que no se podía sacar dinero en efectivo y que el secretario general de la época, Ángel Montero, rechazaba cualquier gasto que no se ajustase a los de representación.

"Había una política de austeridad y seriedad que era la tradición de la casa", ha reiterado Terceiro, quien a preguntas del fiscal Alejandro Luzón ha insistido en que esas Visas eran "exclusivamente para gastos de representación". Y es que prácticamente todos los acusados han defendido en la Sala que esas tarjetas se les entregaba como un sueldo de libre disposición y por cuyos cargos no debían rendir cuentas a la entidad. En varias ocasiones Terceiro ha dicho claramente que las versiones dadas por gran parte de los imputados son falsas. "Cualquier cosa que afirmen que no coincida con lo que estoy diciendo es rotundamente falsa", ha apuntado, provocando la risa en el banquillo de los acusados.

El expresidente de la entidad ha asegurado que en sus nueve años de presidencia no se elevó nunca el límite técnico de la entidad (600 euros), que no se modificó su naturaleza y que incluso en junio de 1995 el consejo, ante la entrada de nuevos vocales, recordó qué finalidad tenían esas Visas: compensar los gastos exclusivamente de representación. "En ese consejo estaban presentes los consejeros que siéndolo conmigo lo siguieron siendo después de mi salida, y aprobaron ese acta", ha recordado. "Por tanto, es inconcebible que le dieran un uso de naturaleza distinta", ha añadido.

Algunos de los exdirectivos acusados por apropiación indebida y administración desleal llegaron a esgrimir que ese sistema tarjetas eran una práctica extendida y común en todo el sistema financiero español. Terceiro se ha mostrado muy molesto ante esa afirmación, reprochándoles que para defenderse traten de manchar la imagen de todo el sector bancario. "Ninguna institución financiera tenía un sistema comparable. No pueden venir aquí a decir que era un comportamiento generalizado en la banca española. Es falso y tratan de oscurecer el comportamiento de mucha gente del sector que ha actuado de manera totalmente transparente", ha criticado.