¿Por qué se están abaratando las tarifas de telefonía móvil?

«La tendencia es a la baja», señala el presidente de la CMT, Bernardo Lorenzo, quien explica que buena parte de ese abaratamiento se debe a la reducción de los precios mayoristas —lo que cobran Movistar, Vodafone, Orange y Yoigo a los operadores sin red por usar las suyas— impuesta por el propio órgano regulador. Los otros dos motivos son la propia crisis económica, que ha obligado a los usuarios a mirar con más atención cuánto gastan en teléfono móvil y por lo tanto elegir mejor su tarifa, y al incremento en los últimos años de la competencia en el propio mercado de las «telecos», con la irrupción de los operadores móviles virtuales (OMV) o de bajo coste, que han desatado una feroz «guerra de tarifas» entre las compañías.

De hecho, fuentes del sector creen que esa batalla por ofrecer un precio más bajo seguirá librándose en el futuro. Sobre todo cuando los propios operadores han dado un giro a su política comercial para centrarse aún más en el precio con el fin de intentar captar nuevos clientes. Telefónica, el primer operador del país, fue quien dio el primer paso en este sentido al poner fin, el pasado mes de marzo y de forma parcial, a la subvención o regalo de teléfonos móviles a nuevos clientes. Luego Vodafone tomó la misma decisión.

«Fue una buena noticia porque va a ayudar a que a partir de ahora la gente, que muchas veces cambiaba de compañía en función del móvil que le regalasen, se fije más en el precio por minuto de las llamadas», celebra el consejero delegado de Másmóvil, Meinrad Spenger, quien recuerda que a pesar de la baja de precios España sigue siendo el país más caro de la Unión Europea en telefonía y con los clientes menos satisfechos, según la encuesta EPSI.

«Es una política que todavía funciona y por lo tanto tiene recorrido», dicen sin embargo desde Orange, que a diferencia de Movistar y Vodafone seguirá por ahora subvencionando los terminales, a pesar de que en el sector insisten que es una política económicamente insostenible para los operadores al regalar al usuario «smartphones» que en el mercado su precio no suele bajar de los 300 euros. Aunque abandonarla costase a Movistar y Vodafone la pérdida inmediata de más clientes.

Según el último informe anual del sector de la CMT, durante el año pasado se registraron 5,6 millones de portabilidades , es decir, cambios de operador sin perder el número de teléfono. Movistar lideró la fuga de usuarios, con 726.700 clientes netos —diferencia entre altas y bajas— perdidos, y Vodafone perdió 126.300. Mientras, Orange ganó 330.700, los OMV casi 163.000 y Yoigo, el más beneficiado, sumó 359.900 clientes netos.

Esta tendencia ha obligado a los operadores tradicionales a asumir que para atajar esa sangría deben competir en precios. Hasta el punto de crear sus propias compañías «low cost». Movistar convirtió la red social Tuenti en su filial de bajo coste , ofreciendo tarifas con un precio por minuto de 3 céntimos de euros más establecimiento de llamada, a 15 céntimos. Se ponía así a la altura de Másmóvil, la primera en llevar el precio por minuto hasta los 3 céntimos, y otros OMV que ya ofrecen también esa tarifa. Orange, por su parte, recuperó hace dos semanas y tras siete años guardada en el cajón su marca Amena , que sale al mercado con dos tarifas planas con distintos servicios, a 19 y 29 euros.

Desde los OMV creen que los operadores tradicionales han creado estas filiales porque, por sus costes de estructura y personal, no podrían asumir una reducción de tarifas en la matriz. Los grandes, por su parte, explican que es imposible abaratar tanto los precios al tiempo que invierten en el despliegue y mejora de las redes e infraestructuras telefónica y de internet que ahora están a la altura de las que tienen nuestros socios europeos, según la CMT.

«El reto del regulador es hacer compatible una reducción de precios y un incremento de la inversión», explica Lorenzo, quien cree que «es de agradecer el esfuerzo inversor» de Movistar, Vodafone, Orange y Yoigo en el último año, cuando estos operadores gastaron casi 6.000 millones de euros en esas redes que luego alquilan a los OMV.

En este sentido, la CMT, a instancias de la Comisión Europea, está realizando de forma progresiva una reducción de hasta el 80% del precio de ese alquiler —precios mayoristas— que, aunque los operadores no están obligados a trasladar a la factura del cliente, se antoja que reducirá aún más el precio de la telefonía móvil. «Eso sí, hay que decir que la bajada de precios tiene un límite», matiza el presidente del regulador. ¿Y dónde estará?