La crisis golpea a los Reyes Magos
Las ventas de juguetes, fabricados en su mayoría en China, caen entre un 3 y un 5% esta Navidad por la caída del consumo
PABLO M. DÍEZ
Ni Papá Noel ni los Reyes Magos se libran de la crisis, ya que estas Navidades disponen de menos presupuesto para repartir regalos e ilusión entre los niños de todo el mundo. Como no podía ser de otra manera, Santa Claus se ha ... ajustado el cinturón que aprieta su oronda tripita y los tan temidos recortes también han llegado a las cartas que reciben Sus Majestades de Oriente.
“Aunque es difícil saberlo porque el 70% de las compras se concentra durante las seis últimas semanas del año, el consumo de juguetes caerá entre un 3 y un 5% esta campaña”, anuncia a ABC José Antonio Pastor, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) . Por primera vez desde que estallara la crisis en septiembre de 2008, las ventas de juguetes bajaron un 2% el año pasado, mientras que en 2009 subieron un 3%.
“Somos anticíclicos. La deslocalización nos vino antes que a otros sectores y la crisis nos ha pillado después”, señala el portavoz de la industria juguetera española. De las 200 empresas que la componen, las 78 más potentes – que copan el 80% de la facturación y la exportación – forman parte de la AEFJ.
5.000 empleos
Concentrado sobre todo en la provincia valenciana de Alicante, este sector daba trabajo en los años 80 a más de 9.000 personas. En la actualidad, genera 5.000 empleos directos y factura unos 800 millones de euros anuales, especialmente durante la campaña de Navidad.
De China procede el 60% de importaciones del sector juguetero
Aunque España es el segundo productor de juguetes de la Unión Europea, numerosas firmas han deslocalizado la fabricación en el extranjero para reducir costes aprovechando la barata mano de obra que abunda en países como China. De la “fábrica global” procede, precisamente, el 60% de las importaciones del sector juguetero, que ascienden a unos 500 millones de euros. De ellas, el 40% lo aportan las firmas españolas que han trasladado su producción al gigante asiático o se aprovisionan allí de sus componentes, mientras que el 60% restante son importaciones directas de fabricantes chinos.
Hasta septiembre, cuando se cierra la producción de la campaña navideña, las importaciones procedentes del coloso oriental habían caído hasta un 10% y ascendido a 300 millones de euros, según los datos de la AEFJ. “Las previsiones han sido tan conservadoras que las empresas han comprado menos y en noviembre había ya productos agotados”, se lamenta Pastor.
Más exportaciones
No es el único. Estas Navidades también son las peores para la industria juguetera de China, cuyas 20.000 empresas manufactureras producen el 80% de los muñecos y entretenimientos que se venden en todo el mundo gracias a sus cuatro millones de trabajadores. Debido al descenso de las ventas en EE.UU. y la UE por la crisis, que absorben más de la mitad de las exportaciones de juguetes chinos, los pedidos han caído entre un 20 y un 25% con respecto al año pasado. Según informan los medios chinos, así se apreció en la importantísima Feria de Cantón, donde se radica el 60% de la producción nacional.
Sin embargo, las exportaciones de juguetes se elevaron un 31,5% durante la primera mitad del año debido a la mayor demanda en Asia y Latinoamérica. Una buena noticia que estuvo matizada porque el valor de las exportaciones sólo subió un 11,54%, ya que se trataba de productos menos sofisticados que los destinados a los mercados europeo y americano.
Las materias primas son cada vez más caras
Junto al impacto de la caída del consumo, los fabricantes chinos se las ven y se las desean para que la producción siga siendo rentable porque las materias primas son cada vez más caras, han subido los costes laborales y se han endurecido los controles de seguridad para evitar escándalos sanitarios como el de la intoxicación de niños por el plomo de sus cochecitos. Para los fabricantes de juguetes chinos, tan competitivos que sus márgenes de beneficios oscilan sólo entre el 2 y el 3%, el encarecimiento de la producción puede costarles un 15% de sus ingresos. Además, sus exportaciones se han visto afectadas por la revaluación del yuan, que este año se ha apreciado un 2,5% y cuyo valor ha subido un 30% desde 2005 debido a las presiones de la Casa Blanca.
“Cada vez que mejoramos nuestras normas de seguridad y calidad para cumplir los requisitos occidentales, EE.UU. y la UE las vuelven a endurecer y el encarecimiento de los costes de producción perjudica seriamente a las exportaciones de juguetes chinos”, se quejó Fang Xiang, subdirector de la Administración de Estandarización, en una reciente entrevista radiofónica.
150 euros al mes por turnos de 12 horas
El sector juguetero del gigante asiático se concentra en Shantou y Chenghai, dos localidades cantonesas que hace tres décadas eran humildes pueblos de pescadores donde se empezaron a instalar plantas de reciclaje de plástico con el que luego se manufacturaba todo tipo de muñecos. El grueso de los trabajadores son jóvenes de entre 16 y 25 años que han emigrado de las provincias agrícolas del interior de China, como Anhui, Henan o Sichuan, hasta las regiones industriales de la costa, como Guangdong (Cantón), que linda con Hong Kong, o Zhejiang, al sur de Shanghái. Desde julio hasta noviembre, la temporada alta que aglutina la mayor parte de los pedidos, los operarios de las cadenas de montaje ganan unos 150 euros al mes por turnos de entre 12 y 14 horas.
A precios irrisorios, su producción se vende en las grandes superficies comerciales de Yiwu, una ciudad de la provincia de Zhejiang conocida como el “todo a 100” global. Entre las 50.000 tiendas con que cuenta el gigantesco mercado de Futian, uno de los 20 que funcionan en la ciudad, hay 400 especializadas en artículos navideños. Además de los juguetes que se suelen regalar tanto en Navidad como en Reyes, entre ellos destacan los muñecos de Papá Noel que cuelgan de los balcones, las figuras adhesivas con su mofletudo rostro que se pegan en los escaparates de restaurantes y cafeterías, los trajes, gorros y matasuegras que se reparten en los cotillones y hasta los abetos de plástico con sus correspondientes bolitas brillantes para adornarlos.
Por poco más de 50 euros, en Yiwu se puede encontrar desde muñecos de Santa Claus a escala humana que bailan mientras tocan el saxofón hasta guirnaldas y calcetines para guardar los regalos que valen unos cuantos céntimos, pasando por baratísimas felicitaciones y tarjetas en todos los idiomas. Los establecimientos actúan como antenas de las fábricas, que reciben los pedidos en verano y los envían en contenedores de 20 pies que cuestan unos 2.100 euros o de 10 pies, que valen la mitad.
“Cuando manejas volúmenes grandes, de más de 30.000 unidades, y tus artículos incluyen componentes electrónicos, compensa irse a China por su mano de obra, ya que fabricar en España no sería rentable ni competitivo”, justifica José Antonio Pastor, quien destaca el enorme esfuerzo que hace cada año la industria juguetera para renovar el 60% del catálogo.
Frente a la competencia que traen los aparatos tecnológicos de última generación, Pastor apuesta por “aprovechar la oportunidad, ya que hay juguetes famosos que han pasado a ser videojuegos y personajes de las consolas cuyos muñecos ya se venden en las tiendas”. Porque, con o sin crisis, los niños seguirán escribiéndole a los Reyes Magos por Navidad.
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