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La minería submarina se abre paso sumergida en un océano de dudas

El reglamento para explotar aguas internacionales, que la ONU debe tener listo antes de julio de 2023, abre la puerta a un negocio que enfrenta a gobiernos, ecologistas, empresas y divide a la Unión Europea

Una imagen de la cortadora que desarrolló la desaparecida empresa canadiense Nautilus Minerals para explorar yacimientos océanos.
María José Pérez-Barco

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Sumergidos hasta 6.000 metros de profundidad en los océanos, hay yacimientos con minerales tan conocidos como el oro, plata, cobre, níquel, zinc, litio, cobalto, paladio, estaño, platino... Otros, sin embargo, resultan verdaderos extraños como el indio, rutenio, wolframio, bismuto, telurio, galio, germanio o tierras ... raras como el neodimio... Todas son materias primas críticas sin las que no sería posible el mundo en el que vivimos. Están en nuestros móviles, tabletas, en los coches eléctricos, en el frigorífico y hasta en los aerogeneradores de los parques eólicos y en los paneles fotovoltaicos. Sin ellos ni avanzaría la tecnología ni la transición energética a una economía sostenible. Pero los yacimientos terrestres de donde ahora se extraen estos minerales están sometidos cada vez a mayor presión.

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