La industria española ha perdido casi 600.000 empleos desde 2008

Cuando empezó la crisis de 2008, había 3,352 millones de ocupados en la industria. Durante seis años fue de mal en peor, hasta los 2,29 millones de ocupados registrados en el primer trimestre de 2014, según la EPA (Encuesta de Población Activa).

Desde entonces, y gracias en gran parte a la reforma laboral del PP de 2012 que flexibilizó las relaciones laborales, comenzó una lenta y progresiva recuperación que le ha llevado hasta los 2,769 millones de ocupados en el primer trimestre de este año. Es decir, en el sector industrial español trabajaban hasta marzo pasado 583.000 personas menos que al comienzo de 2008.

Pocos sectores hay en España como el industrial sobre el que se hayan hecho tantas promesas y firmados decenas de acuerdos entre todas las administraciones y los agentes sociales, además de las redundantes peticiones desde todos los partidos políticos para que haya un pacto de Estado sobre la industria.

La penúltima de las propuestas la realizó el Gobierno en febrero de 2019, cuando publicó las Directrices Generales de la Nueva Política Industrial Española 2030. Los 10 ejes de acción que se establecen «no detallan acciones específicas», según un informe del Consejo Económico y Social (CES).

Pero lo más llamativo de los últimos días es la ausencia de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, entre los 42 comparecientes en la comisión parlamentaria para la Reconstrucción Social y Económica. «Es un chiste», apuntan desde la Alianza para la Competitividad de la Industria Española , que agrupa a las patronales de los principales sectores industriales como son la automoción, el refino, el papel, la química y farmacia, la alimentación y bebidas, el cemento y la siderurgia.

«Nos parece muy bien que comparezcan en esa comisión, por ejemplo, Pablo Iglesias e Irene Montero , pero la presencia de Reyes Maroto debería ser fundamental porque la industria tiene que liderar la recuperación económica tras la crisis del Covid-19», subrayan las mismas fuentes a ABC.

Estos sectores entienden que la industria española «está siendo una palanca fundamental para combatir la pandemia al posibilitar los servicios y productos esenciales que la sociedad española requiere para poder hacerle frente. Asimismo, está siendo, de manera directa, la base económica más sólida de nuestro país en un momento tan crítico como el actual ».

Hay que recordar que el objetivo marcado hace años para que la industria representara en 2020 el 15% del PIB en España sigue sin alcanzarse, ya que actualmente es del 13%.

Para ello, los sectores industriales más importantes insisten en reducir la maraña legislativa que existe entre todas las administraciones, reducir los costes energéticos para competir en igualdad de condiciones con los países vecinos (Alemania y Francia), impulsar las inversiones en I+D+i , e incrementar la eficiencia en el transporte de mercancías y en la cadena logística. Además, piden la dotación de una cobertura crediticia en las operaciones comerciales y garantizar los pagos tanto de las administraciones públicas como de las empresas privadas con aplicación estricta de la ley de Morosidad.

Asimismo, consideran necesario que las administraciones públicas « no implanten nuevas figuras fiscales que mermen la competitividad de la industria, los sectores productivos en general o el consumo, situaciones que lastrarían gravemente la recuperación económica y la creación de empleo».

La Alianza para la Competitividad de la Industria Española destaca a dos sectores en esta recuperación: el automóvil y la construcción.

Por eso, piden que se impulse la demanda nacional e internacional del sector de la automoción que, «con una fuerte capacidad exportadora y de innovación y tecnología, genera prácticamente el 10% del PIB de nuestro país». Para ello, se propone activar un plan de choque nacional coyuntural de apoyo a la demanda para la renovación del parque de automóviles, con todas las tecnologías disponibles, que ayude a la recuperación global del mercado, así como la implementación de medidas potentes de apoyo a la infraestructura de recarga.

Sobre la construcción, que ha registrado una caída de ocupados del 52% desde 2008, quieren que se reactive esta actividad, así como la de los sectores auxiliares y de servicios conexos, ya que suponen de forma directa e indirecta el 14% del PIB. Para ello, proponen, entre otras medidas, el lanzamiento inmediato de un programa de inversión sostenible en infraestructuras y vivienda públicas, acelerar las inversiones públicas ya licitadas en infraestructuras de transporte, hidráulicas, energéticas, medioambientales o de equipamientos; o la implementación de un programa integral de rehabilitación de viviendas (prioritariamente en el ámbito de la eficiencia energética).