Los consumidores españoles, prisioneros de la tarifa eléctrica más volátil de Europa

En ninguno de los principales países de nuestro entorno se aplica una tarifa regulada que refleje al 100% el precio ‘spot ’ en cada momento. En todos los países se usan precios de mercado a plazo o estimaciones del precio esperado en el mercado al contado. Por ello, el diseño de tarifas reguladas en los países europeos de nuestro entorno proporciona a los clientes domésticos precios fijos y estables durante periodos suficientemente largos de tiempo, ajenos a la volatilidad de los mercados.

Las metodologías de cálculo que usan los reguladores europeos van referenciadas generalmente a los precios del mercado a plazo , con pesos distribuidos a lo largo de un amplio periodo. De esta forma, los consumidores disfrutan de precios fijos y estables durante largos periodos de tiempo (seis meses, un año, ...), siendo ajenos al ruido y volatilidad del mercado mayorista.

Por todo ello, las eléctricas piden la eliminación progresiva de la tarifa salvo para los clientes vulnerables.

Nuestros vecinos de la Península tienen un precio fijo durante un año ligado al mercado a plazo y previsión del regulador. Solo un 15% de los consumidores portugueses están en la tarifa regulada. Portugal tiene el mismo precio que España en el mercado mayorista en el 95% de las horas del año, por lo tanto, con la misma volatilidad; sin embargo, sus consumidores disfrutan de una tarifa regulada estable. El coste de la energía en la tarifa regulada se calcula como un promedio del precio del mercado a plazo y una previsión del precio hecha por el regulador.

Por defecto, la tarifa tiene una vigencia de un año, pero si el precio del mercado ‘spot’ se desvía en más de 10 euros el MWh, el precio de la energía en la tarifa se ajusta en 5 euros/MWh.

El precio actual tiene un cargo fijo de 8,6 euros al mes y otro variable de 15,23 céntimos de euro/kWh. La factura mensual de un consumidor tipo con una potencia contratada de 3,3 kW, con un consumo de 250 kWh/mes y sin incluir el IVA (varía en casi todos los países) sería de 47 euros. Esa factura se elevaría a más de 56 euros en España.

Los consumidores domésticos tienen un precio fijo durante un año ligado al coste nuclear y al mercado a plazo. El precio de la energía para la tarifa regulada se calcula fundamentalmente como un promedio entre el coste de la nuclear histórica y el precio del mercado a plazo. La proporción de la energía que proviene de derechos históricos de acceso a la energía nuclear es de un 68% de media.

El componente del precio a plazo se toma considerando un promedio de los precios a plazo durante los dos años anteriores al periodo de entrega. El precio ‘spot’ se usa para la diferencia entre el perfil de consumo considerado y la demanda real. El precio actual consta de una parte fija (6,91 euros/mes) y otra variable (9,94 céntimos/kWh). Una factura tipo como la mencionada en los casos de España y Portugal asciende a 32 euros.

Tienen un precio fijo cada trimestre ligado a la previsión del organismo regulador. Este fija la tarifa en base a su estimación del precio del mercado ‘spot’ durante ese trimestre. Las desviaciones se recuperan mediante recargos o descuentos en las tarifas en trimestres posteriores.

El 43% de los hogares siguen en tarifas reguladas, pero el regulador ha establecido un calendario para su desaparición en 2023. En este tercer trimestre del año, los consumidores domésticos con 3 kW de potencia contratada pagan un cargo por energía de 22,89 céntimos de euro/kWh, de los cuales 11,84 céntimos/kWh son por el precio esperado en el mercado ‘spot’. No hay cargo por potencia.

El precio actual tiene un cargo fijo de 0 euros/mes y otro variable de 22,89 céntimos/kWh. La factura mensual es de 57 euros.

El precio es fijo durante seis meses, ligado al mercado a plazo. Las tarifas para los consumidores que no han elegido comercializador (’tarifas por defecto’) se calculan considerando el promedio de seis meses de los precios a plazo de contratos anuales, hasta dos meses antes del inicio del periodo de aplicación. Los precios se actualizan cada seis meses para el semestre siguiente (abril-septiembre y octubre-marzo).

El precio varía según el distribuidor y el tipo de contador. Para el semestre de octubre de 2021 a marzo de 2022, la tarifa por defecto consta, de media, de un cargo fijo de 86 libras/año (100 euros) y un cargo por energía de 18 peniques/kWh (21 céntimos de euro).

Por lo tanto, con un cargo fijo de 8,33 euros al mes y otro variable de 21 céntimo de euro el kWh, la factura tipo ronda los 61 euros.

En este país no hay tarifa regulada. El principal distribuidor de cada zona debe suministrar a los consumidores domésticos que no tienen comercializador, pero tiene libertad para aplicar las tarifas que determine. La autoridad de competencia puede comprobar ‘ex-post’ (posteriormente) que las tarifas aplicadas son razonables. La carga de la prueba de que las tarifas son razonables la tienen los distribuidores.

Estas tarifas (denominadas ‘estándares’) son disuasorias al ser muy superiores a las que ofrecen los comercializadores ‘libres’.

Por ejemplo, el precio de la tarifa estándar en Berlín consta de un término fijo de 8,20 euros/mes (98 euros/año) y un precio por energía de 33,25 céntimos de euro/kWh. La factura mensual es de unos 91 euros.