La derrota de Nadia Calviño revela la desconfianza del Eurogrupo en el equipo de Sánchez
Los países pequeños se imponen a los grandes con una alianza que revela la desconfianza que generan las incoherencias en el equipo de Sánchez
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Iniciar sesiónSe necesitaban al menos diez votos de los diecinueve ministros que forman el Eurogrupo. En la primera votación ninguno de los tres candidatos los obtuvo. Nadia Calviño partía como la gran favorita para ser elegida como presidenta del Eurogrupo, sobre todo cuando Francia anunció ... ayer que se decantaba por su candidatura, pero aún con el apoyo de los cuatro países más grandes de la Eurozona (España, Francia, Italia y Alemania), los pequeños han impuesto a su preferido, el irlandés Paschal Donohoe, del grupo popular, que se ha beneficiado de la retirada del tercero en discordia, el liberal luxemburgués Pierre Gramegna.
Aunque el voto es secreto, para evitar que comprometa las futuras relaciones entre los ministros de Economía, de las filtraciones que se fueron produciendo se calcula que Calviño obtuvo nueve votos en la primera vuelta y que sus dos contendientes se repartieron los diez restantes. La situación entraba dentro de lo esperado, salvo que probablemente Donohoe y Gramegna empataron a cinco, lo que hizo difícil tomar la decisión de ver cuál de los dos se retiraba en la segunda vuelta, hasta el punto que se llegó a pensar por unos momentos que podía haber otra vez tres candidatos en la votación siguiente. Sin embargo, el anuncio de la retirada del luxemburgués dejó las cosas muy claras, resumidas en un pulso entre el candidato irlandés y la española. Cualquiera que fuera el resultado, uno de los dos sería elegido presidente del Eurogrupo. Y fue el irlandés.
El primero en anunciarlo en su cuanta de Twitter fue el presidente saliente, el portugués Mário Centeno . Extraoficialmente se ha revelado que la votación quedó 11 para Donohoe y 8 para Calviño, de lo que se deduce que no solamente los dos candidatos rivales aunaron sus votos, sino que la española perdió uno de sus apoyos en el último momento. Calviño tenía a su favor su experiencia y prestigio en Bruselas, pero en su contra la impresión de debilidad con la que se percibe al Gobierno de Pedro Sánchez. Donohoe, sin embargo, viene de un país donde gobierna una coalición entre los dos grandes partidos y arrastra el prestigio de haber sido un buen gestor de los efectos del Brexit en el país que más directamente se ve afectado por la retirada de los británicos.
En sus primeras declaraciones, Donohoe hizo un enfoque realista de la situación actual y el papel del Eurogrupo «en el que sé que seremos capaces de tomar las decisiones que nos llevarán a sustentar la recuperación» de la crisis causada por los efectos de la pandemia. «Por ahora, lo que tengo que decir es que el Eurogrupo ha de tener un papel esencial a la hora de definir las políticas que tenemos que tomar no solo los países del euro, sino el conjunto de la UE. He prometido en la presentación de mi candidatura luchar para ello. La primera prioridad es que todos en Europa podamos jugar un papel para hacer realidad del fondo de recuperación que permita a todos los ciudadanos recuperar su trabajo y reconstruir nuestra economía».
Y con este plan para «poner en marcha las medidas correctas para responder a este tremendo desafío que ha provocado la pandemia» Donohoe lanzó sus primeros cables en busca de limar las asperezas que deja una contienda como esta. «Confío plenamente en que seré capaz de construir consensos en el Eurogrupo. Durante la campaña he hablado con todos los países, con todos los ministros, y soy optimista. Los resultados de esta elección no se hacen públicos, pero debo decir que me han apoyado todo tipo de países , de todos los tamaños y todos los partidos y me he comprometido a colaborar con todos, porque trabajar como presidente del Eurogrupo nos puede ayudar a tomar rápidamente las decisiones correctas» para iniciar la recuperación.
El presidente saliente, el socialista portugués Mário Centeno, no quiso pronunciarse a la elección del irlandés en términos de cuotas políticas, ni siquiera teniendo en cuenta que los socialistas pierden un puesto esencial en las instituciones. «Como presidente saliente no participé directamente en la votación, pero esto es una elección necesaria y no es el momento de división . Lo que yo espero de mi sucesor es que siga con el papel de coordinador, pero no un coordinador pasivo, sino que trabaje activamente para reforzar la cohesión europea y proteger al euro. Eso es lo que nos interesa a todos» por encima de las divisiones políticas.
Nadia Calviño también felicitó al ganador a través de su cuenta en Twitter y agradeció en otro mensaje el apoyo que ha recibido estos días por parte de los medios y cientos de ciudadanos españoles, con una mención especial al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , a pesar de que sus declaraciones publicadas este miércoles en la prensa italiana han ayudado sin duda a decantar a los que dudaban y le han privado de más de un voto. Sánchez decía claramente que nunca había tenido la intención de pactar nada con el PP, lo que no ha sentado bien a algunos gobiernos populares que tal vez hubieran podido apoyar a la ministra española.
Calviño había sido desde el principio la preferida del aparato burocrático bruselense, donde ella goza de una intachable reputación de eficiencia y rigor. Sin embargo, según fuentes diplomáticas, el Gobierno de Pedro Sánchez es percibido en las demás capitales como un colectivo poco homogéneo, frágil e inestable que siembra duda de que sea capaz de resistir siquiera los dos años y medio que es el periodo de mandato mínimo de la presidencia del Eurogrupo.
Si han sido los países «frugales», pequeños y austeros, los vencedores de este pulso, no tardaremos en verlo. La semana que viene se ha de aprobar el presupuesto comunitario y el fondo de reconstrucción, bajo la presidencia alemana del Consejo. La canciller Angela Merkel ha dicho que todos deberán ceder en sus pretensiones, lo que significa que ella también está dispuesta a rebajar sus expectativas de obtener hasta 750.000 millones de euros en créditos para financiar el plan de reconstrucción, así como reducción más grande de lo previsto en el presupuesto comunitario, para compensar la salida del Reino Unido, que ha sido durante 40 años un contribuyente neto a las arcas comunitarias.
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