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La biotecnología azul emerge como gran caladero innovador de la economía española

Los proyectos de I+D con organismos marinos se multiplican a la espera de un impulso público vertebrador que refuerce su visibilidad y transferencia

La empresa PharmaMar realiza expediciones por los océanos y mares del planeta en busca de muestras marinas para sus investigaciones y generación de nuevos productos
María José Pérez-Barco

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Porque tenemos tradición marinera, porque contamos con casi 8.000 kilómetros de litoral que albergan una gran riqueza en biodiversidad, porque ya existen iniciativas españolas públicas y privadas de investigación y desarrollo de nuevos productos que son pioneros y referentes a nivel internacional... Por todos esos motivos, y más, la biotecnología azul se puede convertir en un caladero de innovación y desarrollo tecnológico, que impulse la creación de nuevas empresas y genere empleo en nuestro país. Esta actividad utiliza organismos marinos vivos (desde algas, bacterias, hongos hasta estrellas y erizos de mar y esponjas) para generar nuevos productos y aplicaciones. Quizá lo más conocido sea su uso en medicamentos, cosméticos, complementos alimenticios, piensos, fertilizantes y bioestimulantes vegetales. Sin embargo, ya hay usos comerciales tan avanzados como biomateriales, biocombustibles y biorremediación (emplear organismos vivos para eliminar contaminantes del medio ambiente). Si se tiene en cuenta que el 70% de la superficie del planeea es mar, y que bajo esas aguas está casi todo por descubrir, las posibilidades de la biotecnología marina parecen infinitas.

No es una tecnología nueva, pero sí incipiente. De hecho, hace ya una década que la marca Pirelli patentó biocauchos para neumáticos de coches que tenían su origen en las algas verdes marinas que tanto molestan en las playas. La empresa italiana financió la investigación que lo hizo posible y que fue llevada a cabo por un equipo de científicos dirigidos por el catedrático de la Universidad de Gerona Félix Carrasco. También hace unos años, la estadounidense Continental Airlines llevó a cabo el primer vuelo de un avión propulsado con una mezcla de biodiesel, derivado de algas, y combustible. Y, antes de la pandemia, la japonesa Euglena anunció que comenzaría la producción industrial de biocombustible obtenido, también, a partir de algas. Incluso, la marca de calzado Galahad Clark ya vende zapatillas deportivas hechas con algas extraídas de cursos fluviales de todo el mundo.

Empresas pioneras

En ese universo marino nuestras empresas y proyectos de investigación no se quedan atrás, por el contrario, aunque aún sean pocos. Nuestras compañías «trabajan en una gran variedad de aplicaciones que incluyen alimentación funcional, nutracéuticos, biofertilizantes y bioestimulantes, biofármacos e incluso biocombustibles», afirma Ion Arocena, director general de AseBio (Asociación Española de Bioempresas). «España ha sido pionera en el descubrimiento y desarrollo de medicamentos a partir de organismos marinos —continua—, y disponemos de empresas con capacidades tecnológicas muy importantes en este campo. Es importante recordar que el primer fármaco antitumoral de origen marino ha sido desarrollado por una empresa española. Esto confirma el potencial del mar como fuente de nuevos medicamentos y el potencial de nuestro país en la biotecnología azul», asegura Arocena.

Medicina, acuicultura, cosmética, biomateriales.... las empresas sondean numerosas opciones

Se refiere a PharmaMar, una biofarmacéutica fundada en 1986, que ha marcado el rumbo a nivel mundial. Tiene en el mercado tres innovadores medicamentos de origen marino para combatir tumores cancerígenos. Desarrolla toda la cadena de valor de sus productos, desde la obtención de muestras marinas, su investigación, producción y comercialización. Expediciones de biólogos marinos recorren mares y océanos por todo el mundo recogiendo muestras de invertebrados y de las bacterias que llevan adheridas. « No cogemos más de 200 gramos de una muestra marina, se recoge a mano y hasta 100 metros de profundidad, se clasifican taxonómicamente, se hace su trazabilidad y se traen congeladas a nuestro laboratorio de Colmenar Viejo», cuenta Luis Mora, director general de PharmaMar .

Así esta empresa ha reunido una de las mayores colecciones de organismos marinos que existen, compuesta por más de 250.000 muestras. A través de diferentes procesos en laboratorio «buscamos en esas muestras sustancias novedosas para que maten células tumorales de forma diferente a lo que existe en el mercado. Si no es reproducible en laboratorio no seguimos, porque es fundamental asegurar el suministro al paciente», explica Mora.

Con sus compuestos, ya han sido tratados 130.000 enfermos de cáncer. Esta empresa acaba de abrir una nueva línea de investigación: «Creemos que podemos encontrar en el mar sustancias contra enfermedades víricas, que todavía no tienen solución. Tendría un aprovechamiento enorme por ejemplo en piscifactorías y en acuicultura donde se pierden cientos de millones por infecciones víricas», considera Mora.

«Creemos que podemos encontrar en el mar sustancias contra enfermedades víricas»

Y así seguirán, convencidos de que «el mar es una fuente inagotable de sustancias químicas, de organismos, plantas, algas... con propiedades para muy diversas y diferentes aplicaciones», asegura Mora. «La biotecnología marina está empezando a despertar —afirma—, hay gran interés. Fondos de inversión y sociedades de capital riesgo apuestan por empresas biotecnológicas marinas».

España cuenta con uno de los puntos más calientes en biodiversidad marina del planeta. En la región Macaronésica (Canarias, Madeira, Azores, Cabo Verde y Mauritania) avanza el proyecto Rebeca-CCT (Red de Excelencia en Biotecnología Azul), en el que un conjunto de universidades, laboratorios, centros de investigación, el Banco Español de Algas (BEA) y el Centro Tecnológico de Canarias, junto a empresas y administraciones, estudian varias colecciones de macro y microalgas. «Queremos generar una industria innovadora a partir de este recurso que tiene un enorme potencial», asevera la doctora Antera Martel, directora científica de este proyecto y Curator del BEA.

Laboratorio del Banco Español de Algas: es la cámara de cultivo donde se ensayan cepas de microalgas para evaluar su crecimiento y producción de bioactivos

El objetivo es que de estas investigaciones se beneficien empresas biotecnológicas de muy diversos sectores generando nuevos productos alimenticios, cosméticos, medicamentos, biofertilizantes y biopesticidas para agricultura o piensos para la acuicultura. «Vamos a hacer ensayos para ver qué productos interesantes podemos obtener de las algas. Por ejemplo, utilizamos macroalgas en procesos de biorremediación, para la limpieza de aguas de piscifactorías cargadas de nitrógeno de la excreción de peces y de restos de piensos. Estas aguas pasan por tanques con algas que absorben todos esos nutrientes y salen limpias».

A punto de concluir y presentar los resultados a la UE está el proyecto BlueBiolab, un laboratorio de biotecnología marina donde han trabajado investigadores portugueses y gallegos. «Hemos estudiado microalgas en busca de extractos para comprobar si tenían efectos frente a virus y bacterias, que pueden causar muchos problemas en la producción de peces, crustáceos y moluscos y que pueden llegar a los seres humanos. En el mejillón, por ejemplo, hemos encontrado unas proteínas con actividad frente a los virus», comenta el profesor investigador del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, del CSIC, Antonio Figueras que ha participado en este proyecto.

Alimentación acuática

En la acuicultura la biotecnología azul juega un gran papel. No hay que olvidar que más de la mitad de los alimentos de origen acuático que consumidos proceden de la acuicultura (no de la pesca tradicional), y se calcula que antes de 2030 serán más del 65%. «La biotecnología podría ayudar a conseguir una producción económicamente rentable de animales sanos con un impacto ambiental limitado. Podemos generar familias con características determinadas: con mejor sabor y mayor calidad, mejores tasas de crecimiento... Y en este campo España está muy bien posicionada. Es uno de los principales productores», indica Figueras. Este investigador detalla más ejemplos de aplicaciones de la biotecnología azul: ya hay un pegamento derivado del mejillón que se puede utilizar en cirugía ocular y de rodilla, zonas húmedas donde es difícil que se produzca al unión de los tejidos. O las posibilidades que ofrece el pez cebra como cobaya, para conocer la evolución de un tumor, o cómo responde el sistema inmune ante virus, o ante nuevos materiales que se ensayan para prótesis. «Somos un referente en biotecnología azul pero no tiene visibilidad porque los proyectos y ensayos están dispersos. Necesitamos que el sector público desarrolle un programa de biotecnología azul para que ese conocimiento se transfiera a las empresas y se generen nuevos productos y aplicaciones». Una opinión unánime en este sector.

Investigación de hongos marinos en el laboratorio de Biomar

Otro ejemplo es la empresa leonesa Biomar Microbial Technologies. Cuenta con una colección de 80.000 cepas de microorganimos marinos (sobre todo bacterias y hongos, y una pequeña representación de microalgas y cianobacterias). «Buscamos aplicaciones de esta colección para el desarrollo de nuevos productos», comenta Antonio Fernández, CEO de esta compañía. Por un lado, trabajan en lograr nuevos medicamentos para oncología y otras enfermedades. «Tenemos algunos candidatos que queremos lleva a ensayo clínico», afirma Fernández. Por otro lado, también estudian pesticidas, fungicidas para combatir plagas en explotaciones agrícolas y bioestimulantes para favorecer el crecimiento de plantas. E incluso han desarrollado una iniciativa basada en la búsqueda de microalgas que proporcionen suficientes lípidos para producir biocombustibles. «Los organimos marinos viven en condiciones muy variadas, extremas y se han ido adaptando y evolucionando. Su química es muy interesante y tiene muchas aplicaciones», considera el Ceo de Biomar. Seguro que en el proximos años conoceremos más.

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