El Banco de España instó al consejo de Bankia a pedir el rescate sin demoras

De Guindos relató en sede parlamentaria que el martes 8 de mayo de 2012, un días después de que Rato presentase su dimisión como presidente de Bankia, recibió un correo electrónico del entonces gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez, en el que este le informaba de que el supervisor aconsejaba que la entidad solicitase la conversión voluntaria de los 4.465 millones de euros en participaciones preferentes de BFA , matriz de Bankia, suscritos por el FROB.

«Creemos que la conversión de las participaciones preferentes suscritas por el FROB, por importe de 4.465 millones de euros, debería ser voluntaria, es decir, a petición de BFA, y no según lo previsto por el Real Decreto Ley 9/2009, que prevé la conversión de las participaciones preferentes a instancias del FROB cuando el Banco de España considere improbable la recompra de los títulos en el plazo contemplado en la emisión (5 años)», explica el organismo supervisor en un documento adjunto a ese «e-mail» de Fernández Ordóñez a De Guindos.

Es decir, aunque la emisión de esas preferentes, con las que el FROB financió la fusión de Bankia, contemplaba su conversión en acciones del banco solo en caso de impago, se consideraba urgente que el FROB las canjease ya por acciones por la difícil situación de la entidad.

El FMI en un informe en abril de ese año, y el presidente del BCE, Mario Draghi, en conversación privada en Barcelona con De Guindos solo unos días antes, el 3 de mayo, exigían una actuación contundente en Bankia , fuente de todas las dudas sobre España y su sector financiero. Sin embargo, el diputado socialista Pedro Saura denunció en el Congreso que con esa recomendación del Banco de España lo que se estaba evitando era una oleada de pleitos ante une eventual nacionalización, dijo, «por las bravas».

Como fuere, la gravedad de la situación se refleja en la petición hecha por el Banco de España a la entidad, en la que la insta a solicitar la conversión de esas preferentes esa misma semana. «La dirección general de supervisión ha comunicado a Miguel Crespo la conveniencia de que el próximo viernes se lleve, como orden del día, la petición de conversión voluntaria», como figura en ese documento adjunto incorporado a la causa judicial. Así, el supervisor estaba exigiendo a la entidad que antes de ese fin de semana solicitase la nacionalización.

En concreto, el departamento del Banco de España encargado de la supervisión de los bancos solicitaba al secretario del consejo de administración de BFA-Bankia, Miguel Crespo, que en la reunión del órgano de dirección del 10 de mayo se abordase esa cuestión. El Banco de España añadía en su recomendación -los consejos del supervisor suelen tomarse como obligaciones- que «un anuncio anticipando dicho acuerdo perjudicaría esa toma de decisión». La entidad solicitó al final esa ayuda un día antes.

El jueves 9 de mayo, tras la dimisión de Rato, José Ignacio Goirigolzarri es nombrado presidente ejecutivo por el consejo de administración del banco. En esa misma sesión, los vocales de la entidad aprobaron por unanimidad «dirigirse al FROB, a través del Banco de España, solicitando la aplicación del procedimiento de conversión con la finalidad de que los 4.465 millones emitidos en participaciones preferentes convertibles por BFA y suscritas por el FROB, se conviertan en acciones de BFA», como comunicó la entidad en un hecho relevante a la CNMV al día siguiente, el 10 de mayo.

El canje de esas preferentes por acciones de BFA suponía la nacionalización de la entidad, pero los recursos que esa medida le inyectaba -4.465 millones de euros- no bastaban para recapitalizar el banco. Así se lo hacen saber Emilio Botín, Francisco González e Isidro Fainé a Rato y De Guindos en dos reuniones unos días antes, el viernes 4 y el domingo 6 de mayo en el Ministerio de Economía.

Estos, como relata De Guindos en su libro, concluyeron que dado el agujero de Bankia los 7.000 millones en ayudas que incluía el plan que preparaba Rato con el supervisor eran insuficientes . Al término de la reunión, Rato, según el ministro, pidió otra reunión, pero a solas. De Guindos le comunicó que dada la situación límite no había más remedio que convertir en capital esos 4.465 millones. Un día después Rato anuncia su dimisión. «Dimite porque ve lo que se le viene encima: la nacionalización», explicó el ministro en el Congreso.