El derbi del Guadalquivir, desde el prisma de dos remeros olímpicos

Javier es el marca del Betis y Jaime, el remero de mayor altura y envergadura de un Sevilla que, pese a su teórica inferioridad, no renuncia a la sorpresa que cortaría en seco una racha verdiblanca histórica e inédita en el palmarés de la prueba que se alarga hasta las trece victorias seguidas. «Sabemos que el Betis sigue siendo favorito porque lleva muchos años ganando y prácticamente mantiene el mismo equipo, pero nosotros en los entrenamientos nos estamos encontrando muy bien, dando muy buenas velocidades, muy parecidas a las de los últimos años, y confiamos en que va a ser una regata muy disputada. Intentaremos apretarle lo máximo posible al Betis para sacarlo de su remada», comenta Canalejo en declaraciones a este periódico.

La peor noticia de la víspera para el Sevilla es que en su rival apenas nada ha variado en el ocho respecto a 2023. Sólo hay un cambio, pero quien se sube al barco es un viejo conocido. «Entra Jaime Lara, que también es experimentado y ya ha remado en otras ocasiones. Y el que se baja es Antonio Guzmán. La estructura se mantiene prácticamente igual este año. Físicamente vamos muy bien, es una realidad, pero también que el Sevilla en los últimos años está haciendo de las mejores regatas y nos está poniendo las cosas bastante difíciles», advierte en palabras para ABC de Sevilla Javier García, que prevé «una regata igualada».

El bote heliopolitano llega con el refuerzo moral de la supremacía impuesta en los últimos tiempos gracias al talento, el esfuerzo y el compromiso de una generación de remeros inolvidables. «Uno de los puntos fuertes del Betis es ése, que la estructura la mantenemos como todos estos años -subraya el bético-. Somos unos diez-doce remeros que estamos siempre ahí y tenemos la misma idea de entrenamiento y remada. Si se baja uno y se monta otro, no se nota prácticamente la diferencia. Incluso este año, si hubiera remado Antonio Guzmán, el barco habría ido bastante bien. Tenemos equipo suficiente para seguir manteniéndonos», asegura García. El Sevilla, que mezcla veteranos con jóvenes en tripulación, se ha visto obligado a realizar un par de cambios y tiene la ausencia por lesión de Jorge Flavio Knabe, su marca. «Sabemos que es una baja importante -reconoce Canalejo-. Ha sido el marca en los últimos tres años y uno de los remeros más importantes del equipo, pero son cosas que pasan en el deporte y por suerte tenemos un equipo amplio para poder suplirlo y que su ausencia se note lo menos posible».

Marcando, pero al ocho verdiblanco, en la popa, va precisamente García, que explica la importancia de esa posición en el barco. «Importantes somos todos, pero el marca tiene una función clave. Que es llevar el ritmo y que todos los que vienen detrás de mí me sigan. Y obviamente tengo que llevar el ritmo más económico posible para que mis compañeros puedan seguirme y aguantar los seis kilómetros de recorrido», precisa. A la importancia de economizar, con el objetivo de ahorrar energía para los últimos 2.500 metros de la prueba, alude también Canalejo, coincidiendo en este sentido con su compañero del dos sin. «Son seis kilómetros de competición y se hacen psicológicamente muy duros porque son largos, 20 minutos, cuando nosotros estamos acostumbrados a hacer dos mil metros -recuerda García-. A nivel psicológico es mucho tiempo de sufrimiento. Haces una salida a tope porque aquí ganas o pierdes. Y en el momento en que te pones delante, la regata prácticamente se ha acabado. Por eso sales a tope hasta que un barco caiga. Y eso también de cabeza es duro», refleja el remero verdiblanco.

Obviamente, mentalmente ha sido la tripulación sevillista la que más ha sufrido en este ciclo exitoso del Betis. Desde 2010 no saborea Canalejo el sabor de la victoria. Y aquella regata, con el aguanieve presente en una mañana realmente desapacible, se remó en el sentido contrario a la actual, finalizando a la altura del CEAR. Se le pregunta a Canalejo si esa mochila pesada puede condicionar mentalmente al bloque nervionense en el transcurso de la prueba: «En la regata, piensas poco. Porque es una muy sufrida, de mucho esfuerzo, y vas con el ácido láctico hasta la cabeza y a 190 pulsaciones por minuto. Tienes que ir muy concentrado en tu bote para no sacarte de la remada. Después, toda la gente que hay en las orillas pueden ser que te saquen. Para los que llevamos años perdiendo, si ves que vas muy bien y aun así el Betis va delante o sigue estando ahí, puedes decir 'otra vez están aquí, no voy a ganar nunca'. Pero son momentos que pasan, paladas, son segundos y rápidamente la cabeza vuelve a donde tiene que estar, con tu equipo, concentrada en tu bloque y en la remada. Intentando ir lo más económico posible para llevarnos la victoria en esta regata de seis mil metros», señala el sevillista.

En una línea parecida se expresa su compañero y, esta vez, rival: «Una vez que te pones en la línea de salida, no piensas en las victorias que llevas. Sí es cierto que al llevar trece ganadas, partimos como favoritos, pero cuando te pones a remar se olvida todo lo que tienes detrás. La confianza en uno mismo y en el equipo es súper importante en este tipo de regatas. En el caso del Sevilla, cuanto menos piensen en los últimos años, creo que es lo mejor. Si piensan en que llevan trece derrotas, eso les puede pesar también en la regata».

Este año le tocaba al Betis elegir calle y lógicamente optó por la orilla pegada a Sevilla al disponer a su favor de la cerrada curva de Chapina a la izquierda. Un punto crítico que no lo ha sido tanto en los últimos años. Pese a ello, el enfoque de la regata en clave nervionense no variará, como explica Canalejo. «Intentamos que la estrategia, vayamos por dentro o por fuera, sea la misma. Lo importante es llegar hasta la curva de Chapina lo más igualados posibles y con las máximas posibilidades. Tenemos que aguantarle en la curva al Betis, como han hecho ellos en los últimos años, y a partir de ahí quedan unos dos kilómetros y medio aproximadamente. La siguiente curva a favor de nosotros no es tan pronunciada, pero si conseguimos llegar pegados al Betis, nos podemos llevar la regata», dice.

La elección de calle, en cualquier caso, añade un plus de favoritismo a los heliopolitanos. «Es una realidad que el que va por dentro tiene la curva favorable, pero no es decisivo. Nosotros, durante muchos años, hemos ido por fuera y conseguido ganar, por lo que te da cierta ventaja, pero después hay que demostrar tener más velocidad», refrenda García. Y añade al respecto: «El año pasado íbamos por fuera y en Chapina logramos mantener la velocidad. Cuando se acababa la curva, toda la parte siguiente era favorable a nosotros y lo sabíamos. Era la estrategia marcada antes de la regata. Este año, todo lo que resta tras la curva hasta la meta favorece al Sevilla», apostilla.

El Puente del Cachorro puede ser punto de no retorno de la carrera y el bote blanquirrojo tendrá que hacer un esfuerzo colosal para al menos seguir tras el mismo proa con proa con el Betis. Ahí está el reto. «Sí, llegar con ellos hasta ahí habiendo hecho unos muy buenos 3.500 metros de remada y con el menor gasto posible para meter en los últimos dos kilómetros el último tirón. Si conseguimos llegar con una buena remada y siendo muy económicos en esos tres kilómetros, creo que podemos tener muchas posibilidades», estima Canalejo.

El Sevilla aspira a romper la racha interminable de su archirrival y el Betis, a ampliarla en ese ansiado objetivo de remontar completamente el resultado histórico general, aún favorable a los nervionenses por 30-27. «Yo lo veo muy posible. Con lo que hemos conseguido y estamos consiguiendo, que es histórico, tengo la sensación de que si seguimos trabajando en esta línea, sí que vamos a igualar al Sevilla o incluso a superarlo. Es la meta que nos marcamos hace años, la meta que seguimos manteniendo y la que vamos a seguir en los próximos años», asegura García, que como Canalejo ha sido convocado para la concentración que el equipo nacional de remo desarrollará precisamente en el CEAR del 10 al 20 de noviembre. «Ahora mismo estoy haciendo mis entrenamientos con la selección junto con el Betis, pero a partir del lunes, porque el domingo tenemos descanso, empezamos otra vez con el equipo nacional», señala el remero verdiblanco. Lo secunda Canalejo. «El lunes empieza oficialmente la concentración. Son diez días con la selección. Volvemos poquito a poco con la rutina todo el equipo. Tendremos reuniones y nos comunicarán la propuesta para estos cuatro años», aporta el sevillista.

Es pronto para saber en que barco competirán, pero no debería haber sorpresas. «Quedan cuatro años y no nos cerramos a ninguna embarcación. Vamos a intentar ir en el bote que más nivel tenga y posibilidades. No nos cerramos al dos sin, estamos abiertos. Sabemos que es muy complicado que en un bote demos más nivel que en ése, eso ya lo sabemos, así que lo más probable es que repitamos, pero no lo sabemos al cien por cien todavía», aclara Canalejo. Seguro que en el CEAR, el próximo lunes, resaca del derbi del Guadalquivir, alguna guasa caerá entre dos inseparables que hoy compiten por intereses cruzados.