El Giocondo

El antimadridismo lleva desde 2018 intentando destruir personalmente a este chico, lo de acabar con el futbolista es sólo un efecto colateral más, y tengo que reconocer que la gota malaya está a puntito de conseguir el efecto deseado. El periodismo deportivo español es a veces tan cínico que he llegado a leer incluso que de lo que se trata ahora es de que Vini «recupere la sonrisa». Pregunto: ¿de qué sonrisa estamos hablando, de la que le robasteis vosotros?

A propósito de la suplencia del delantero brasileño en el estreno del Madrid en la Copa de Europa (¡el estreno! ¡Del Real Madrid! ¡En su competición! ¡Y en detrimento de un jugador del que la opinión publicada decía hace un par de meses que había que desprenderse!) también he leído que a Vinicius le vendrá bien «el jarabe de la suplencia». 

No se dijo lo mismo de Mbappé la temporada anterior cuando el mejor futbolista del mundo anduvo desaparecido cinco meses, que a todos se nos antojaron siete años en el Tíbet. Lo que se argumentaba entonces es que había que recuperarlo, que a Kylian no se le podía sentar, que el banquillo acabaría con él. Hoy sin embargo ese criterio fijo variable sí se le puede aplicar, y además con gran severidad y cierto regodeo, al que, para mí, es el ganador moral del Balón de Oro de 2024. Al Giocondo quieren devolverle la sonrisa haciéndole llegar el mensaje de que es el jugador número 13. Electroshock.

En el fútbol profesional quien vence tiene la razón. Xabi Alonso lo ha ganado todo hasta la fecha, cinco de cinco, luego está en lo cierto. Me parece una temeridad convertir a Vinicius en algo que no es pero él sabrá lo que hace. Estamos viendo al mejor Mbappé, a uno que me recuerda mucho al de sus primeras cabalgadas por la banda en el Mónaco, pero en el Real Madrid o se ganan títulos o se fracasa. Y no estoy hablando de la Supercopa de España, no, me refiero a la Liga y/o la Champions. Parece peligroso poner todos los huevos en la misma cesta. Imagino que el verdadero arte de un entrenador consistirá en tratar por igual a futbolistas que en realidad no lo son.