Vinicius regresa a la casilla de salida: estatus roto, renovación estancada y sonrisa borrada

Desde aquello han pasado solo diez meses y medio, pero muchas cosas han cambiado en este corto espacio de tiempo. De aquel Vinicius, que iba a ser proclamado como el mejor futbolista del mundo, que venía de ganar su segunda Champions (en ambas viendo portería) y que tenía la renovación encarrilada, ya solo quedan las brasas. Hoy, el brasileño ha dejado de ser un futbolista decisivo e intocable. Con la marcha de Ancelotti, el entrenador que le hizo llegar a la cima entre 2021 y 2024, y la llegada de Alonso, Vinicius ha perdido su estatus. Ya no es que se haya quedado a la sombra de Mbappé como líder del Real Madrid, sino que además ni siquiera es titular fijo para Xabi.

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En cinco partidos, cuatro de Liga y uno de Champions, Vinicius ha comenzado dos de ellos desde el banquillo. En el Tartiere y en el estreno continental ante el Marsella. Seguramente, mucha gente no es consciente aún del significado de esta suplencia, pero la elevada carga simbólica de un Vinicius suplente en el primer partido del Madrid en su competición fetiche es un claro mensaje de que vienen tiempo distintos. Y duros: «Estamos en un momento del calendario exigente y va a haber minutos para todos. Nadie va a jugar todos los partidos y ningún futbolista se puede ofender por no jugar un encuentro. Los cambios están teniendo mucho impacto en los partidos. Los que inician no son los únicos importantes. El fútbol no va en esa dirección».

Las explicaciones de Xabi a la suplencia de Vinicius no hacen más que alimentar que ya nada será como antes. Hay dos futbolistas para jugar por banda izquierda, Rodrygo y el propio Vini, y habrá un reparto de minutos hasta que uno de los dos haga más méritos que el otro para quedarse como titular. El deseo de Rodrygo de jugar en su zona, la izquierda, y la llegada de Mastantuono para competir en la derecha con Brahim, cambia por completo el puzle atacante del Madrid.

Con Mbappé como líder y futbolista franquicia, inamovible en su rol de '9', son cuatro jugadores para dos puestos. Nada de prebendas, como la pasada temporada, en la que Ancelotti, a pesar de la caída de rendimiento de Vinicius, jamás de atrevió a dar un paso que sí ha dado Xabi, con la connivencia del club. De ahí que la sonrisa profiden del brasileño se haya borrado de su cara desde hace semanas.

Ante el Marsella, las imágenes de televisión, y las que se vieron en el propio estadio, mostraron un lenguaje gestual de Vini muy alejado de un futbolista feliz. En la primera parte, mientras el resto de sus compañeros suplentes (Bellingham, Brahim o Ceballos) celebraron con rabia el penalti que le hicieron a Rodrygo y el tanto de Mbappé, Vinicius ni se inmutó de su butaca. Y cuando el colegiado bosnio mandó a los dos equipos al descanso, el primero en salir escopetado del banquillo fue él.

Luego, en la segunda mitad, y una vez que Xabi ya le dio entrada, estuvo errático en el uno contra uno. Esa chispa para quitarle las pegatinas a sus defensores y regatearlos ha desaparecido, como también sus intenciones de tirar los penaltis. Bueno, no le queda otra. Eso de la alternancia que implementó Ancelotti es historia. El lanzador es Mbappé, y eso hizo Vinicius en el 2-1. Cogió el balón, caminó hacia el punto de penalti y sin una sola mueca se lo dio a Kylian. Luego, cuando anotó el francés, apretó el puño levemente y se fue tímidamente a celebrarlo. Una parafernalia muy distinta a la de tiempo atrás.

Vinicius sabe que ahora mismo es uno más de la plantilla. No solo para Xabi, también para la planta noble, que no tiene intención de aceptar las condiciones de renovación que plantea el brasileño. Quiere ser el mejor pagado junto a Mbappé, y por ahí no va a pasar el Madrid. El timing dice que este Vini no es el de hace un año y, aunque termina contrato en el verano de 2027, el Madrid no piensa caer en la trampa del típico chantaje de jugador que agota su contrato para marcharse gratis si no accede el club a sus demandas.

Así que como sucedía hasta 2021, cuando Ancelotti llegó al Madrid por segunda vez, a Vinicius le toca volver a ganarse la titularidad a base de actuaciones brillantes, goles y asistencias. De lo contrario, está condenado a pelear el puesto con Rodrygo, como hizo en sus primeras temporadas de blanco. Estatus roto, renovación estancada y sonrisa borrada. Vinicius regresa a la casilla de salida.