Un Real Madrid en manos de Vinicius

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Este mensaje que mandó Ludmila representa mejor que ningún otro lo que ha pasado por la cabeza del brasileño desde la noche del domingo, momento en el que se enteró de que no sería el ganador del Balón de Oro. El brasileño y su entorno consideran que haber abanderado una lucha contra el racismo jamás vista en la historia del fútbol le ha penalizado en el galardón. Reflexionan que ir contra el sistema establecido nunca ha sido fácil, y menos para un jugador de raza negra, pero a su vez advierten que, como ya ha hecho Vinicius en anteriores ocasiones, seguirá luchando de pie. Él mismo lo avisó en su cuenta de 'X' minutos después de la gala: «Lo haré diez veces más si es necesario».

El relato de las 24 horas previas a la entrega del Balón de Oro sigue sin ser transparente del todo. El entorno de Vinicius responsabiliza al Madrid de la decisión de no ir a París y el Madrid asegura que fue su jugador quien le pidió no ir. Es ahí cuando el club blanco entiende que debe estar del lado del brasileño, sin fisuras, y da la orden de dejar plantado a 'France Football' y a la UEFA, a la que considera un tentáculo sospechoso en todo este asunto por su nueva relación comercial y logística con el premio.

Es cierto que durante la mañana del lunes se valoró una medida de cierta conciliación, que suponía la presencia de Emilio Butragueño en París, pero finalmente no fue así. El Madrid se mantuvo firme en su idea. Creía, y cree, que no se merece un trato así por parte de los organizadores del galardón y no iba a regalarle la que, para ellos, iba a ser una foto humillante. La de Vinicius observando como Rodri recogía en el Teatro Chatelet el Balón de Oro que, a juicio del Madrid, merecía el brasileño. Lo de Rodri tocaba en 2023, no ahora.

«Juntos», escribió Vinicius ayer por la tarde en sus redes sociales, junto a la foto oficial de la plantilla de esta temporada. Era su modo de agradecer a sus compañeros, a Ancelotti y al presidente Florentino su cercanía en uno de los momentos más duros en estos seis años en la capital de España. Nunca antes en la historia el Madrid había actuado de este modo. Ni siquiera cuando Mourinho o Cristiano Ronaldo decidían motu proprio no acudir a estas galas, sabedores que no serían los vencedores. Incluso en estos casos, en los que de por medio estaban el futbolista franquicia y el máximo goleador de la historia del Madrid, y uno de los entrenadores más mediáticos y valorados por Florentino, el club dejó de ir al Balón de Oro. Entonces, entendían que eran compatibles ambas formas de proceder. No ha sido así con Vinicius.

La relación del Madrid con el brasileño vivió un antes y un después con los numerosos episodios racistas que sufrió el jugador hace dos temporadas. De cara al exterior, el brasileño criminalizó a Tebas y a LaLiga, echándole toda la culpa de lo que le pasaba, pero entre bambalinas también ponía el foco en el Madrid, aunque esto jamás lo va a confesar públicamente. Echaba de menos un apoyo mucho más contundente de su club. Y así empezó a suceder. El alboroto ha venido cuando Ancelotti, algunos jugadores y algunas otras personas del Madrid han mezclado esta lucha contra el racismo, gracias a la cual se han logrado las primeras condenas de odio en este país, con el comportamiento de Vini hacia los rivales y los árbitros.

El brasileño ha tenido épocas en las que, sin provocación mediante, ha actuado de un modo que no debía hacerlo. Y nadie de su entorno, ni del Real Madrid, le ha hecho ver que ese no era el camino correcto. Y cuando lo han intentado, no han logrado el objetivo, hasta el punto de abandonar la causa. Hay una parte muy importante del madridismo que no consiente una sola crítica hacia Vinicius. Están en su derecho de pensar así, pero también hay un sector del madridismo, y algunos de ellos son empleados de la entidad, que no creen que todo lo que hace y dice Vinicius debe ir a misa. Una diferencia de opiniones que, mirándolo con naturalidad, debería ser muy sana.

Este Madrid de Florentino ha estado siempre por encima de jugadores y entrenadores. Ese ha sido uno de los secretos de su alabada gestión. Y el club considera que Vinicius no tiene prebendas que otros no han tenido, pero todo lo sucedido con el Balón de Oro, más allá de la mano negra que ve el Madrid en la UEFA y en 'France Football', lleva a pensar que el peso del brasileño en este Madrid puede llegar a estar por encima de lo que se le presupone a cualquier futbolista, por muy bueno que sea. Parece compatible defender los intereses de Vinicius, y del club, y mantener el señorío que históricamente ha hecho tanto bien al Real Madrid.