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ABC Cultural

Morante de la Puebla se ciñe al triunfo del valor y la torería en El Puerto

El genio sevillano se reunió y asentó con su lote del Freixo como ninguno y salió a hombros con Talavante, que cortó dos orejas por aclamación popular con los pases mirando al tendido

El Cid: «Me encantaría torear el festival de Antoñete»

Morante, sentido y reunido con el primer toro del Freixo Emilio méndez
Rosario Pérez

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El levante arrasaba con sombrillas, con chanclas y con toallas en la playa de la Puntilla. Tres aficionados, rebozados en arena, hablaban de toros junto al espigón y se preguntaban cómo iban a manejar los trastos los de luces con ese vendaval. Y Morante les ... respondió con el capote cosido al alma, con unas verónicas en la que ni un sextante hubiese podido diferenciar dónde empezaba el toro y dónde el torero. Eran uno solo: lances como constelaciones. Silabeadas, eternas, parieron las chicuelinas en el galleo, pero donde el tiempo se detuvo fue en los delantales, con una media primorosa. Un faro de luz en plena tempestad aquella faena de pureza aunque no inmaculada: era imposible la limpieza con tan violento Eolo.

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