El último revolucionario
José Tomás es el último revolucionario del toreo, pero siempre dentro de los cauces clásicos. Desde que debutó de novillero en Madrid se dio esa unidad entre el toreo de siempre y el valor más temerario.
Veroniqueador excepcional: sus chicuelinas y gaoneras son dignas de ... un museo. Con la muleta aúna el temple y la garra, el mando y la valentía, una valentía que muchas veces parece un holocausto y que ha hecho de las manoletinas finales una suerte fundamental de lo que había sido casi siempre accesorio, a excepción de las dadas por su ídolo Manolete y Mondeño. En ellas, como en todos los muletazos fundamentales, se aúnan el hacer más clásico con el riesgo constante.
José Tomás Román Martín nació en Galapagar, en la sierra madrileña, el 20 de agosto de 1975. Fue su abuelo Celestino, pariente lejano de Victorino Martín, quien le llevó a las primeras corridas, de las que brotó su afición.
En 1994 viaja a México y en aquel país se fraguó como novillero para reafirmarse como puntero en España en la campaña de 1995 , en la que se presentó en Madrid el 24 de septiembre para abrir por primera vez la Puerta Grande. Días después, en la Feria de Otoño, fue herido de gravedad y no pudo estoquear ninguno de sus novillos. El 10 de diciembre de aquel año tomó la alternativa en la Monumental de México , de manos de Jorge Gutiérrez, en presencia de Manolo Mejía y toros de Xajay.
Con sólo una actuación como matador en Granada, confirmó la alternativa en Las Ventas el 14 de mayo de 1996 . Ortega Cano le cedió un toro de Jandilla en presencia de Jesulín de Ubrique. Cortó una oreja al sexto, un sobrero de Guardiola Domínguez. Su definitivo lanzamiento data del 27 de mayo de 1997.
Corta dos orejas y sale por primera vez a hombros como matador, en tarde en que estoqueó ganado de Alcurrucén, junto a Litri y Aparicio. En 1998 continúa su racha de éxitos en Madrid con una Puerta Grande el 28 de mayo; cinco ha conseguido como matador.
Tres años cumbres de 1997 a 1999 , con una regularidad que pocos han alcanzado. Otros tres debatidos, pero con eslabones gloriosos, como dos salidas a hombros por la Puerta del Príncipe, que pudieron ser tres de no mediar percance. En 2002 decidió retirarse entre la sorpresa del mundo del toro . Su histórica reaparición en Barcelona en 2007 inyectó vida a la Monumental de Barcelona , que curiosamente hoy inaugura la temporada más ardua por el debate parlamentario sobre una posible prohibición de la Fiesta. Su reencuentro con Madrid en 2008 quedó grabado con letras de oro y grana en los anales de la Tauromaquia : el 5 de junio cortó cuatro orejas y abrió la Puerta Grande; el día 15 sumó otras tres orejas y cayó herido de gravedad. Cada paseíllo que ha hecho desde su regreso se ha convertido en un acontecimiento, con los tendidos llenos de expectación cada tarde.
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