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ABC Cultural

Antonio Ferrera maravilla en la Corrida Goyesca del Dos de Mayo

Corta una oreja a un manso del Cortijillo; también lograron premio Morenito y Aguilar

Antonio Ferrera maravilla en la Corrida Goyesca del Dos de Mayo paloma aguilar

ROSARIO pÉREZ

Lo imposible sólo ocurre una vez en la vida. Increíble fue cómo toreó Antonio Ferrera, en la mismísima puerta de chiqueros, a un manso que tuvo un fondo por el que nadie hubiese desembolsado un euro. Salvo el lidiador, que apostó a fuego por «Arquero ... II», pariente de la vaca de Milka. Tomó las riendas el extremeño en el tercio de banderillas y dejó un jaleado tercer par al quiebro, epílogo de cuatro banderillas donde los saltos del torero parecían los de Robben festejando los goles del Bayern frente al Barça. Ferrera se vistió de ganador enfundado en un deslumbrante terno de pasarela goyesca, con la firma de Victorio y Lucchino. Pero más aún deslumbraría su faena, una obra de arte, que en el arte no todo es estética preciosista, sino también desgarro.

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