El Centro Dramático Nacional vuelve al Valle Inclán «más loco y punki»
Lucía Miranda dirige 'La cabeza del dragón', una pieza escrita por el autor gallego en 1910 para el Teatro de Niños que dirigía Jacinto Benavente
La producción incluye un reparto formado por once actores, todos ellos menores de treinta años
Una imagen de 'La cabeza del dragón'
«La notabilísima empresa del Teatro de los Niños, con tan desinteresado afán creada y sostenida por el insigne Jacinto Benavente, se ha enriquecido ayer con una nueva obra, un cuento primoroso de D. Ramón María del Valle Inclán. El maravilloso cincelador de nuestra ... prosa no podía permanecer indiferente a este simpático movimiento, y a él ha acudido con todos los esplendores de su ingenio y todas las galanuras de su estilo, diluyendo en dos actos un cuento infantil, que es un primor de ingenuidad, de ternura, de gracia y de ironía. El eminente autor de 'Las sonatas' fue llamado a escena infinidad de veces a la terminación de los dos actos. La interpretación, muy discreta».
ABC publicaba el 6 de marzo de 1910 esta reseña, firmada por Floridor, de 'La cabeza del dragón', una de las piezas de Valle Inclán escribió pensando en los niños. El texto ha subido varias veces a escena desde entonces (incluso Joan Lamote de Grignon escribió una ópera, estrenada en el Liceo barcelonés en 1960), y lo hace ahora en una producción del Centro Dramático Nacional que se estrena el viernes 30, bajo la dirección de Lucía Miranda.
Impulso punky
La directora vallisoletana pensó en esta obra cuando Alfredo Sanzol, director del Centro Dramático Nacional, le propuso dirigir una pieza de Valle con actores menores de treinta años. Ya la dirigió hace tres lustros, y confiesa que le sigue interesando. «Detrás del cuento de hadas de buenos y malos -.explica Lucía Miranda-, detrás de la sencillez de su forma, reside en la farsa un impulso punki de destrucción de los mundos tradicionales, de acabar con la norma establecida. Por algo los críticos de la época dijeron que no era apropiada para niños. De todos los Valles que podía elegir, elijo el Valle más marginal, el que escribe para quien nadie quiere escribir: la infancia, y propongo un cuento de hadas para adultos».
En este proyecto le acompañan, entre otros, Alessio Meloni (escenografía), Pedro Yagüe (iluminación), Ana Tusell (vestuario) y Nacho Bilbao (dirección musical y composición). El reparto lo componen Francesc Aparicio, Ares B. Fernández, Carmen Escudero, María Gálvez, Carlos González, Marina Moltó, Juan Paños, Chelís Quinzá, Marta Ruiz, Víctor Sáinz Ramírez y Clara Sans.
Lucía Miranda define como «wagneriana, cinematográfica y anacrónica» su propuesta sobre esta obra cuyo asunto, explica Sanzol, es «qué pasa con las nuevas generaciones cuando se encuentran con leyes hechas por las generaciones anteriores».
Transgresión
«'La leyenda del dragón' -cuenta la directora- es un viaje iniciático contado a manera de cuento; el príncipe Verdemor transgrede una norma y se ve forzado a huir de su casa. Es la historia de un joven que se rebela ante el designio heredado y comienza un viaje para encontrarse a sí mismo, la lucha perpetua entre la juventud y la imposición de lo establecido, de la autoridad. Y hay amigos, y hay un bar, y un amor imposible, y un cara a cara con la muerte».
Una frase que Valle Inclán escribió en 'La lámpara maravillosa' sirve de lema a la propuesta: «Cuando mires tu imagen en el espejo mágico, evoca tu sombra de niño. Quien sabe del pasado, sabe del porvenir».
Confiesa Lucía Miranda que no le ha sido sencillo dialogar con Valle -aborda en él cuestiones como la violencia de género, el papel de la mujer o el ascenso de la ultraderecha-: «Quería, sin cambiar una coma del texto, contar lo que me interesa». «En un momento de profundos cambios en la tradición española, 'La cabeza del dragón' es una invitación a preguntarnos qué es la tradición, cómo decidimos cuál es buena o mala, quién lo decide y cómo construimos nuevas. ¿Sabemos nosotros del pasado? ¿ Cómo nos relacionamos con él? ¿Podemos saber del porvenir? Tal vez, si evocamos nuestra sombra de niños, lo consigamos…»
Espacio de juego
Para ello ha creado, cuenta, un montaje muy loco y para ello ha convertido el María Guerrero -donde estará desde el viernes 30 de septiembre hasta el 13 de noviembre- en un espacio de juego e inmersivo. El patio de butacas es importante, lo mismo que los palcos».
La directora ha esparcido canciones en su puesta en escena, aunque ella y los intérpretes advierten de que no es un musical: las canciones no hacen avanzar la acción, sino que ambientan la trama. «En algún caso hemos convertido en letra de canción el texto de Valle Inclán».
Uno de los elementos distintivos del teatro del autor gallego son las acotaciones, casi un género literario en sí mismas. Las que escribió para 'La cabeza del dragón' tendrán una voz de lujo: la de José Sacristán. «Es el canon, la voz de la experiencia», dice Lucía Miranda del actor, que le dijo que «este montaje le gustaría a Valle Inclán»
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