'Burro': Carlos Hipólito es pequeño, peludo, suave...
Crítica de teatro
Álvaro Tato ha llevado a 'Burro' seis mil años de literatura y ha hilado en un texto ingenioso, sensible y hermosamente poético las palabras que a lo largo de ese tiempo se han escrito sobre este animal habitualmente menospreciado
Carlos Hipólito se convierte en burro: «El asno es valiente y terco, pero no tonto»
Julio Bravo
Cítica de teatro
Burro
- Dramaturgia Álvaro Tato
- Dirección y música original Yayo Cáceres
- Escenografía Ay Teatro y Tatiana de Sarabia
- Vestuario Tatiana de Sarabia
- Iluminación Miguel A. Camacho
- Pintura y ambientación de vestuario Davinia Fillol
- Intérpretes Carlos Hipólito, Fran García, Manuel Lavandera e Iballa Rodríguez
- Lugar Teatro Reina Victoria, Madrid
Del asno de oro de Apuleyo al Platero de Juan Ramón Jiménez, pasando por el rucio de Sancho Panza; Álvaro Tato ha llevado a 'Burro' seis mil años de literatura y ha hilado en un texto ingenioso, sensible y hermosamente poético las palabras ... que a lo largo de ese tiempo se han escrito sobre este animal habitualmente menospreciado y que sirve para nombrar a las personas brutas, inciviles o rudas, según el diccionario de la RAE -el antiguo castigo de colocarle unas 'orejas de burro' a un niño en el colegio significaba señalarle como tonto delante de sus compañeros-. La literatura no le ha tratado tampoco con demasiada piedad, hasta el punto de que apenas se le ha puesto un nombre, dice Álvaro Tato.
Pero 'Burro' sí es un espectáculo compasivo. Lo es por tierno, por delicado, por hermoso, por humano incluso. Es, además, un trabajo de orfebrería en el que Tato engarza con tanta erudición como habilidad los diferentes textos para lograr una preciosa joyita, un exquisito monólogo acompañado.
La dramaturgia es sencilla, Un burro se despierta en su establo y, ante la amenaza de un fuego que se acerca a él y la imposibilidad de soltarse de su atadura, le cuenta su historia a su revoltosa sombra. Su historia es, claro, la de todos los burros que pueblan las páginas escogidas por Tato, de autores como Esopo, fray Anselmo de Turmeda, Lope de Vega, Tirso de Molina, Cervantes o Juan Ramón Jiménez (recordado, junto a su 'Platero y yo', en una de las más bellas escenas del espectáculo).
Carlos Hipólito se convierte en burro: «El asno es valiente y terco, pero no tonto»
Julio BravoEl actor interpreta 'Burro', una obra escrita por Álvaro Tato y dirigida por Yayo Cáceres que bucea sobre el papel de este animal en la literatura universal
Álvaro Tato cuenta para poner en pie este texto con su cómplice habitual, Yayo Cáceres. El director, autor también de la música del espectáculo, ha creado una función tan sencilla como dinámica, un juego al tiempo festivo y enérgico coloreado con los ocres y los pardos de la tierra. Tatiana Sarabia (escenografía y vestuario) y Miguel Ángel Camacho (iluminación) contribuyen a tostar y curtir el escenario.
Pero nada de esto sería posible sin la portentosa interpretación de Carlos Hipólito, un actor que hace de la naturalidad (no confundir con ese 'naturalismo' mal contagiado del audiovisual) un arma poderosa. Actitud, claridad y bondad en el decir, recursos numerosos -su repertorio de voces es asombroso- son las armas con las que Hipólito, sin duda uno de los más grandes actores españoles de nuestros días, logra poner en pie al público al final de la función.
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