La semana en la que la tilde de sólo se convirtió en un «debate nacional»

Primero publicó una cita de 'Medea': «Dicen que nosotras pasamos en casa una vida carente de peligros mientras que ellos van a la guerra, pero razonan con torpeza. Tres veces preferiría yo combatir con escudo y lanza antes que tener un sólo parto». Y luego esta aclaración: «El 'sólo' con tilde, en ese caso, es sólo una pequeña maldad personal en vísperas sicilianas. No se tomen esa tilde muy en serio».

Dentro de la Docta Casa los pareceres sobre el asunto son diversos. De hecho, ni siquiera está claro si en el pleno de esta tarde se va a volver a discutir la tilde de la discordia. «Yo creo que se ha dramatizado demasiado el asunto, tampoco es para tanto: me sorprende que se haya convertido en un debate nacional. Y no sé si seguiremos con el tema en este pleno. Aunque como ha tenido tanta repercusión se volverá a hablar, supongo. Pero ya el otro día estuvo suficientemente discutido. La línea es mantenerla cuando sea preciso. Y nada más. A lo mejor son los filólogos los que tienen que ajustar más la instrucción», cuenta José María Merino al otro lado del teléfono. Otro académico, 'solotildista' él, señala que esta semana se ha mantenido al margen de la discusión a la espera de la sesión de hoy, ante la que hay mucha expectación. No está en el orden del día, pero se espera que Pérez-Reverte haga una intervención en la que desarrolle su defensa del 'solotildismo'.

Luis Mateo Díez, sin embargo, cree que el asunto está resuelto desde el jueves pasado. «Hemos llegado ya a un acuerdo, no tengo ninguna noticia de que vaya a haber un pleito especial», ironiza. «Parece que vivimos en un mundo donde la tilde tiene más importancia que una guerra mundial. Aunque hay algo interesante en que un asunto ortográfico pueda causar tanto interés, tanta confrontación. Da un poco de higiene mental», apostilla. La retórica bélica, por cierto, viene de lejos: Gistau ya denunció en estas páginas una «matanza de tildes diacríticas» en su columna 'S.O.S.' de noviembre de 2014...

Pedro Álvarez de Miranda, contrario a la tilde, afirma que está «cansado» de esta discusión. «Me parece que esto es una serpiente de verano. No hay nada nuevo. Es un equívoco. Si alguien cree que algo ha cambiado está equivocado. Además, creo que alimentar la polémica no beneficia a la imagen de la Academia. Hay que tener un poquitín de calma. Además, la Academia no puede cambiar nada sin consensuarlo antes con la Asale [Asociación de Academias de la Lengua Española]», asevera.

Vista la distancia entre unos y otros parece que la polémica (¿la guerra?) está lejos de terminarse. De momento.