Datos para la esperanza en la música grabada en España: los ingresos suben un 12,4% en 2022

El balance económico publicado hoy por la entidad que agrupa a más de 95% del mercado discográfico español detalla las ventas de música en formato digital y físico (en valor de precio de venta al público), las sincronizaciones (utilización de música en publicidad o creaciones audiovisuales) y los ingresos derivados de la gestión de derechos de propiedad intelectual de artistas y productores. El 87% de esta cifra global la generan las ventas de música en su conjunto con 402 millones, con lo que se supera la 'barrera psicológica' de los 400 millones que nos acercan a niveles de 2006, todavía lejos de los máximos históricos.

El mercado digital supone ya casi el 86% de la música consumida en España con unos ingresos de 345 millones (en 2021 fue el 74%, con 304 millones), en un contexto en el que las ventas físicas vuelven a bajar tras el repunte que hubo el año pasado (53 millones de euros respecto a los 64 millones de 2021), copando ahora el 12,3% de las ventas (frente al casi 15,8% de 2021).

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El año 2022 confirma la tendencia de crecimiento del consumo de música vía streaming en el mercado español. De los 345 millones de euros que ingresa la industria por las ventas digitales, un poco más del 98% los aporta el streaming, que supone 340 millones de euros. De éstos, las plataformas de audio aportan a la industria 280 millones frente a los 60 millones que provienen del vídeo.

Crece por tanto el consumo digital tanto de audio como de vídeo respecto a 2021 en un 13 y el 16%, respectivamente. Estos datos se traducen en que 17 millones de españoles usaron durante 2022 plataformas de servicios de streaming de audio, y de ellos 5,2 millones lo hicieron a través de suscripciones premium para obtener los beneficios adicionales aportados por las plataformas musicales, un 18% más que en 2021. El ritmo de crecimiento es, por tanto, sostenido, poniendo de manifiesto el interés para los ciudadanos por la música grabada. En el actual contexto de incertidumbre económica los consumidores no renuncian a las ventajas ofrecidas por las cuentas premium, aún cuando en España seguimos lejos de los porcentajes de suscripciones premium que arrojan otros países con mercados más maduros y concienciados.

La presencia de la música grabada en redes sociales sigue siendo destacada en plataformas como Facebook, Instagram, así como a través de los short videos (vídeos cortos) en Tik Tok y Youtube, que, como atestigua el dato reflejado en el informe de IFPI Engaging with Music 2022, para el 63% de los españoles la música juega un papel central en el tiempo que dedican a estas aplicaciones. Sin duda, la industria discográfica está haciendo un constante esfuerzo de innovación, testeo y adaptación para que la música esté presente en todas las plataformas y aplicaciones que van surgiendo, acercándola a los consumidores en formatos cada vez más diversos en función de la demanda del momento.

El resto del mercado digital lo aportan las descargas permanentes y la venta de productos para móvil que, aunque mantienen la tendencia decreciente, facturaron en conjunto 5 millones de euros.

En un mercado físico que sigue menguando, el vinilo se mantiene como gran sostén para el mismo. Así, 2022 confirma la tendencia al alza de los últimos años, anotando un 15% de crecimiento que lo sitúa ya por encima del 52% del mercado físico en facturación, generando un valor de 29 millones de euros frente a los 26 que aporta el CD, que ahora supone el 47% de las ventas de producto físico.

En unidades se siguen comprando más CDs que vinilos (2,6 millones de unidades frente a los 1,7 millones de vinilos despachados en 2022), pero el público está dispuesto a pagar más por este formato que atrae tanto a los nostálgicos, como a las nuevas generaciones que situaron al álbum de Rosalía, 'Motomami', como número 1 en la venta de vinilos de 2022 en España. Junto a ello, la industria considera que, sin los cuellos de botella que se han vivido en la cadena de fabricación y suministro, se podrían haber alcanzado cifras aún mayores.

El mercado físico sigue, por tanto, sin remontar la caída de 2020 y se mantiene cercano a las cifras anotadas en ese fatal ejercicio generando unas ventas de 56 millones de euros.

A pesar de que hoy es más accesible que nunca disfrutar de música grabada de manera legal, según datos del citado informe de IFPI Engaging with Music 2022, en España todavía hay un 32% de personas que utilizan métodos no autorizados o sin licencia para escuchar o descargar música. En el caso de los jóvenes entre 16 y 24 años el porcentaje crece hasta el 49%, confirmándose que hay que seguir trabajando desde la industria y los poderes públicos para concienciar a los jóvenes de la importancia de consumir música de manera legal y pagando por ella.

A pesar de esto, los ingresos que recibe la industria en concepto de derechos de propiedad intelectual han supuesto un buen balón de oxígeno para los sellos discográficos, ya que durante 2022 se han incrementado en un 42% aportando 56 millones de euros, aunque esta cifra está un poco distorsionada por la recuperación de ajustes pendientes por la copia privada, y la vuelta a la normalidad de la actividad tras las restricciones de la pandemia en sectores como el de la hostelería o el ocio nocturno, que repercuten en mayores derechos generados por la utilización de música en locales públicos.

En el apartado de otros ingresos se mantienen también los ingresos por sincronizaciones de música para producciones audiovisuales y publicidad, que han aportado 3,2 millones de euros.

La industria de la música grabada cierra un buen año con la consolidación del streaming. Así, en palabras del Presidente de Promusicae, Antonio Guisasola, «cerrar 2022 manteniendo un crecimiento sostenido en el último quinquenio, a pesar del frenazo en seco de la pandemia, es una gran noticia que recompensa el esfuerzo, trabajo e inversión de todo el sector discográfico de nuestro país, y que abre una ventana de esperanza a llegar a niveles de décadas previas, ya que, con unas ventas de música de más de 400 millones de euros, rozamos la línea de 2006».

En cualquier caso, añade que «si bien el sector está trabajando duro sigue siendo necesaria la complicidad de las instituciones públicas para que apoyen los esfuerzos del sector privado con mecanismos como los incentivos fiscales (de los que ya gozan otros sectores culturales), por ejemplo o las ayudas a la producción fonográfica para talentos emergentes, y el fomento del consumo con iniciativas como el bono cultural, para lograr que el repertorio español sobresalga en un momento de extraordinaria competencia de propuestas musicales de otros países, no sólo anglosajones o asiáticos, sino en muy buena medida de habla hispana».

Y es que según afirma Guisasola, «países de nuestro entorno como Reino Unido o Italia, que están incentivando desde la administración al sector privado, están logrando grandes beneficios que redundan en la marca y cultura del país a través de la música y el nuestro no puede quedarse atrás en este entorno tan competitivo y en el que contamos con la baza estratégica del español».