Tampoco hace tanto, unos pocos meses, que andaba celebrando su 40 aniversario; soplando velas por esas cuatro décadas de rock and roll y supervivencia contra (casi) todo pronóstico, y, de pronto, mazazo. Porque la sala Sidecar, algo así como la aldea gala de la música en directo; ... una sala de conciertos que resistía en una Plaza Real devorada por el turismo, cambia de manos. Y eso, en una ciudad como Barcelona, puede significar muchas cosas, pero pocas buenas.
La razón de peso de este traspaso es que Roberto Tierz, fundador y director de la sala, ha decidido jubilarse. «Ha llegado el momento de cambiar de vida y dejar paso a otros que lideren la sala con la programación más longeva de la ciudad», ha explicado este miércoles a través de un comunicado. «Lo que empezó en 1982, movidos por el amor a la música y empujados por un espíritu rebelde e inconformista, se ha mantenido a lo largo del tiempo sin perder la esencia», ha reivindicado el hasta ahora responsable de la histórica sala de conciertos.
La nueva dirección quedará en manos de los propietarios de Sauvage, una coctelería del vecino barrio del Born. Según ha explicado Tierz, una de las condiciones para firmar el traspaso era mantener la plantilla que trabaja actualmente en la sala. «¡Que nadie se alarme! El equipo habitual continuará al mando de la nave y la programación de conciertos está garantizada», ha dicho. Eso sí: es más que probable que la línea musical varíe. Es más: ni siquiera es seguro que se conserve el nombre de Sidecar.
Las suspicacias son cada vez más grandes cuando un artista o una banda anuncia su retirada, ¿hay razones?
La sala abrió en 1982 «por amor a la música y un espíritu rebelde e inconformista» y por el escenario de su sótano han pasado, recordemos, desde Nick Lowe a The Nationalpasando por Pete Doherty o los New York Dolls.
Según Tierz, el último día que el actual Sidecar abrirá sus puertas será 31 de enero, cuando se celebre una gran fiesta de despedida. Hasta entonces, dice, se seguirá ofreciendo «la mejor música del mundo, amor y copas«. En cartel, conciertos de Brighton 64, Cala Vento y Joan Colomo. Y en el horizonte, la incerteza: a partir de febrero, la sala echará el cierre durante un par de meses para renacer como coctelería con música en directo. O algo así.
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