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Mundos confrontados ante un nuevo estreno de Sánchez-Verdú

Coro Nacional de España OCNE

Alberto González Lapuente

La agenda de José María Sánchez-Verdú (Algeciras, 1968) es incesante: grabaciones, entrevistas, conferencias, clases, conciertos… y en muchos casos, estreno de obras nuevas. Apenas quedan días sin que su música suene en algún lugar. En un recuento muy por encima, dos centenares largos de obras se acumulan en su catálogo desde la presentación como compositor muy a finales de los ochenta. Todo ello produce una sensación de vértigo que contrasta con la aparente tranquilidad con la que él mismo muestra lo que hace. El pasado martes, explicaba en la Residencia de Estudiantes las claves que han dado forma a 'Hacia la luz', encargo de la Orquesta y Coro Nacionales de España presentado este fin de semana, dos años después de lo previsto. Alternando con la actuación del Trío Musicalis, Sánchez-Verdú, entrevistado por Eva Sandoval , habló del filósofo Parménides de Elea, y de su poema en dialecto homérico, más exactamente de su proemio, situado en el origen de la composición.

El entramado ideológico es consustancial a la obra de Sánchez-Verdú. En una primera aproximación está la intención descriptiva de la música con la traducción del chirriar de las ruedas del carruaje que arrastrado por corceles y escoltado por las Hijas del Sol lleva al filósofo hacia la Verdad, con parada ante las puertas del día y la noche, cuya sonora rozadura antecede al encuentro con la Diosa. A este nivel, la imaginación de Sánchez-Verdú ya se muestra portentosa: el uso de los zumbadores, el sonido alusivo del timbal, la actividad desconocida del saxofón bajo, la presencia subyacente del órgano, el uso insólito de la orquesta. Quizá es equivocado decir que inventa sonoridades nuevas a partir de objetos musicales más o menos conocidos; en realidad, Sánchez-Verdú hace aflorar lo que existe pero que permanecía desapercibido.

Las presencia de imágenes sonoras inéditas es una de las singularidades de la música de Sánchez-Verdú y una de las dificultades de su interpretación. Para el estreno en la temporada de la Orquesta y Coro Nacionales de España se ha contado con el director Miguel Harth-Bedoya, quien ya estrenó con la ONE, y junto al clarinetista Joan-Enric Lluna , 'Elogio del horizonte', en el fallido Festival América España de 2007. La falta de efectismo y la claridad con la que es capaz de exponer la música es un sello propio que en la segunda parte del concierto, dedicada a Mendelssohn, llevó a interpretaciones teñidas de satisfacción. La inocua partitura de 'Mar en calma y viaje feliz', con su heráldico final, y el encanto religioso del 'Salmo 42' sonaron bonitos, en este caso apoyando a la soprano Ruth Iniesta , ejemplo de profesionalidad y solvencia.

Mendelssohn se maneja bien en un entorno de serenidad, de excesos controlados y aparente dramatismo, pero en el caso de Sánchez-Verdú debería considerarse una lectura más comprometida con origen en esa superficie de sonoridades originales como reflejo de la intrahistoria. El compositor lo advierte al hablar de lo chamánico, de la mística y lo mágico.

'Hacia la luz' se adhiere a una voz ancestral que surge del inquietante grave vibrato de Ryoko Aoki , proveniente del teatro Noh japonés, de la masa de voces masculinas graves y de las siete voces femeninas (Hijas del Sol) situadas en el lateral superior derecho del Auditorio Nacional. En la habilidad del compositor está el poner en relación elementos aparentemente disímiles y en la del intérprete debería estar el fusionarlos con una perspectiva penetrante. Pero se impusieron las circunstancias en la propia disposición de los intérpretes obligando a un orden superior: faltó densidad, compactación y detalle en la emisión de las voces graves (con miembros del Coro Nacional de España, de la Comunidad de Madrid, RTVE y Coral de Cámara de Pamplona) colocadas en las tribunas del fondo del escenario, con mascarilla y una exagerada separación, del mismo modo que la orquesta puedo haberse plegado a una interferencia más sutil y ondulante. El rendimiento de la Orquesta Nacional de España depende en gran medida del director programado. Esta temporada ha ofrecido su mejor versión en algunos conciertos con su titular, David Afkham , consiguiendo conciertos extraordinarios. Con Harth-Bedoya el resultado ha sido competente, ordenado, bien preparado, ausente de artificiosidad, sin riego; demasiado prudente ante el pretexto de fondo que da sentido a 'Hacia la luz' el último eslabón conocido en el amplio universo de doctrinas musicales que se recopilan en el catálogo de Sánchez-Verdú.

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