El legado de Janis Joplin
Para recordar que la cantante texana Janis Joplin, leyenda de la historia de la música del siglo XX, habría cumplido hoy 60 años, la antología discográfica «The essential», que sale a la venta mañana, reúne 31 piezas del total de las cuatro decenas que la cantante dejó archivadas
MADRID. En tiempos de olvido y enajenante ocio televisivo, la multinacional Columbia sigue empeñada en que la memoria no flaquee y, a las recientes ediciones de la colección «The essential» (Bob Dylan, Carlos Santana, Leonard Cohen y Miles Davis, entre otros), añade ahora un par ... de nuevas referencias: Stevie Ray Vaughan y Janis Joplin. Ambos artistas han sido seleccionados de entre lo más granado del catálogo de la firma, pero interesa reseñar ahora sólo a la segunda por una razón elemental: en un día como hoy, Janis Joplin hubiera cumplido 60 años de edad, de no haber sido por aquella fatídica sobredosis de heroína que la dejó postrada para siempre en el motel Landmark de la hollywoodiense avenida Franklin.
La antología saluda hasta 31 piezas del total de las, aproximadamente, cuatro decenas que la cantante dejó archivadas en los cinco álbumes publicados junto a los grupos Big Brother and The Holding Company, Kozmik Blues Band y The Full Tilt Boggie Band, que, en diferentes etapas, acompañaron su carrera, que duró diez años. Fue el periodo comprendido entre 1967 y 1970 el más fecundo. Obtuvo un apasionado reconocimiento en los discos, tocó el cielo de la provocación sexual en los directos y -como Jim Morrison y Jimy Hendrix, ilustres finados también en fechas próximas- especuló con la respuesta al sueño americano desde los márgenes de la pesadilla. Y, aunque, desde entonces, algunas imitaciones (no muchas) de su estremecedora voz han tocado diana en las listas de éxitos, todas son decepciones cuando se comparan con la original Janis Joplin.
Inquieta y rebelde
Cantante, agitadora y musa de una contracultura que, introduciendo «catas» de LSD para los jóvenes más osados, en 1965 habrían inaugurado Ken Kesey y los Merry Pranksters, Janis Joplin nació en Port Arthur, una comunidad rural de Texas donde el único horizonte viable para una mujer era el matrimonio y la maternidad, poco acorde con su personalidad inquieta y rebelde; no tardó en marcharse a Austin. Allí comenzó a frecuentar locales de la escena folk, hasta que conoció a Jorma Kaukonen, futuro guitarrista de Jefferson Airplane con el que, en 1966, inició un periplo por la bahía de San Francisco y decidió formar, en la que sería la primera de sus tres bandas, la Big Brother & The Holding Company.
El primero de sus discos apareció en 1967; ya se hacía patente la saludable fijación que había sentido Joplin desde su infancia por artistas como Bessie Smith o Billie Holiday. Fue su aparición pocos después en el festival de Monterrey la que la convirtió en una leyenda de la historia de la música del siglo XX. Una forma vitriólica de entender el blues a través del rock que, hasta el momento, carecía de referentes generacionales, y que desembocó en cuatro grabaciones más: «Cheap thrills», de 1968; «I got dem Ol´Kozmic Blues again mama», de 1969, el directo «Raise your hand», también de 1969, y «Pearl», su obra póstuma, de 1970. Paradójicamente, a propósito de la muerte el 18 de septiembre de Jimy Hendrix, Janis declaró a la prensa poco antes de abandonar este mundo: «Maldita sea, me ha ganado de calle». Tenía razón: sólo días después, una sobredosis de heroína le sumió en un sueño eterno.
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