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The Kinks, Oasis, ABBA y los regresos más deseados del pop

Mientras bandas como The Smiths y Led Zeppelin se resisten al atracón de nostalgia, otras como las Spice Girls aprovechan para hacer caja con sus reuniones

Ray Davies anunció el regreso de The Kinks tras más de veinte años de silencio ABC
David Morán

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Ahora que ya casi nadie se cree las giras de despedida -ahí tienen a los Stones, esquivando a caderazos una jubilación mil veces anunciada- y que los parcheados postmortem han resultado ser poco o nada convincentes -ni los Doors sin Jim Morrison ni Queen sin Freddie Mercury han llegado a funcionar-, el reflote de bandas legendarias a las que todo el mundo daba por muertas se ha convertido en una de las derivadas más lucrativas de la industria de la música en directo. Un negocio redondo alimentado por la nostalgia, los imparables engranajes del revival y, por qué no, por el morbo de volver a ver sobre un escenario a músicos que llevaron al límite sus compatibilidades creativas, decidieron probar fortuna en solitario o simplemente se juraron odio eterno cinco minutos después de haber hecho historia.

El fenómeno, en realidad, tampoco es que sea precisamente nuevo: de los Sex Pistols a The Velvet Underground pasando por The Who, Kiss, los Stooges, Van Halen, Fleetwood Mac o esos The Eagles que se ajustaron de nuevo las alas poco después de que Don Henley asegurase que la banda se reuniría « el día que el infierno se congelase», son incontables los grupos que han amagado con dar carpetazo para reaparecer años más tarde como si nada. En los últimos tiempos, sin embargo, la proliferación de festivales y la necesidad de hurgar en el pasado para encontrar cabezas de cartel con tirón capaces de suplir la ausencia de relevo generacional se han convertido en el caldo de cultivo ideal para abonar reapariciones que hace una década parecían impensables.

Incluso las Spice Girls, aún hoy la banda femenina que más discos ha despachado en todo el mundo, se han sumado a la moda y preparan un regreso motivado en gran parte por esos 10 millones de libras que se embolsará cada una de las cinco integrantes del grupo. Un reencuentro que en un principio iba a limitarse a apariciones televisivas y a la edición de un grandes éxitos pero que, tal y como deslizó Mel B la semana pasada, podría traducirse también en una gira el próximo año que elevaría hasta los 150 millones de libras la factura de la reunión. De confirmarse, será su segundo regreso tras la disolución de la banda en 2001 y la primera vez que Geri Halliwell, Mel B, Mel C, Victoria Adams y Emma Bunton actúen juntas desde los Juegos Olímpicos de Londres de 2012.

¿Más ejemplos? Ahí está la vuelta de la vida de la formación original de Guns N’Roses tras casi 20 años sin hablarse resultado: 292,5 millones de dólares facturados con su «Not In This Lifetime... Tour»- o el provechoso regreso de los Pixies, banda que Black Francis desmanteló de malas maneras enviando un fax (¡un fax!) al resto de componentes en 1993 y cuya reunión en 2004 sirvió como acicate para otras bandas nacidas y liquidadas al calor del indie. Ahí había un filón, y así lo vieron Pavement, Neutral Milk Hotel, Jesus & Mary Chain, My Bloody Valentine, Slowdive, Ride, The Replacements…

Liam y Noel Gallagher, durante una de las últimas actuaciones de Oasis AFP

Una lista que no para de engordar y a la que, si de Liam Gallagher dependiese, Oasis se sumaría sin pestañear. Así se lo hizo saber el cantante británico a su hermano Noel en un tuit en el que le pedía -¿le imploraba?- que se olvidasen de rencillas y zarandajas para poner de nuevo en marcha «la gran O». El momento no podía ser más oportuno, ya que el año que viene se cumplen diez años desde la disolución de la banda por una pelea (otra más) antes de un concierto, aniversario infeliz que, a falta de respuesta de Noel, convierte a los autores de «Definitely Maybe» en pieza de cada mayor para festivales como Coachella o Glastonbury.

Máxime ahora que otro de los regresos más cotizados del pop británico, el de Johnny Marr y Morrissey al frente The Smiths, parece cada vez más improbable. Y no sólo porque el cantante ya fuese tajante al respecto -«antes me comería mis testículos que reformar a The Smiths, y lo dice un vegetariano», aseguró-, sino también porque todos los intentos por reunirlos han sido en vano: Coachella les ofreció 5 millones de dólares hace diez años e incluso planteó la posibilidad de organizar un festival completamente vegetariano para contentar al autor de «Meat Is Murder», pero ni siquiera así picaron. Con todo, el propio Marr revelaba en su reciente autobiografía, «Set The Boy Free», que en 2008 se reunió Morrissey tras diez años sin hablarse y acabaron explorando la posibilidad de retomarlo justo donde lo dejaron en 1987, por lo que, a estas alturas y visto lo visto con tantas otras bandas, cualquier cosa es posible.

Que se lo pregunten sino a Ray Davies, protagonista de algunas de las broncas más legendarias del rock and roll junto a su hermano Dave y que hace pocos días sorprendió a todo el mundo anunciando el regreso The Kinks después de veinte años. Una reunión de leyenda para engrasar la memoria de la british invasion y reivindicar una de las páginas más gloriosas del pop de los sesenta en la que también participará el batería original de la banda, Mick Avory, otro foco constante de tensión en el seno de la banda británica, y que se traducirá en un nuevo álbum y en una gira que el autor de «Picture Book« quiere mantener alejada de los grandes recintos. «The Kinks probablemente tocarán en un bar local», bromeó Davies en una entrevista en Channel 4.

Led Zeppelin ABC

Con las ansiadas reuniones de Pink Floyd, Talking Heads o Dire Straits prácticamente descartadas y bandas como R.E.M y Genesis (sin Peter Gabriel) deshojando la margarita en busca de respuestas, vuelven a cobrar fuerzas los rumores sobre un hipotético regreso de Led Zeppelin. En realidad, la banda británica ya se reunió en 2007 para participar en un concierto de homenaje a Ahmet Ertegün, pero la proximidad del 50 aniversario de su debut ha reactivado las alarmas. De hecho, la prensa británica empezó a airear hace semanas que Robert Plant, Jimmy Page y John Paul Jones estarían estudiando ofertas para participar en algún tipo de homenaje con otros músicos versionando sus canciones y ellos sumándose de forma individual en alguna interpretación. Una reunión con trampa que, sin embargo, encajaría perfectamente con su voluntad de de dar por zanjada la historia de Led Zeppelin tras la muerte del batería John Bonham en 1980.

Más ingenioso aún se antoja el regreso «virtual» que planea Abba para el año que viene: además de haber salido del estudio 35 años después con dos nuevas canciones, los suecos se convertirán en hologramas para resucitar sobre el escenario sin necesidad de salir de casa. A falta de conocer los detalles de la gira (y, sobre todo, de ver quién pagará por ver sobre un escenario las recreaciones digitales de Björn, Agnetha, Benny y Anni-Frid), los autores de «Waterloo» preparan así las que serán sus primeras actuaciones desde 1979.

En España, los fans suspiran por ver de nuevo sobre las tablas a Mecano y El Último de la Fila, pero mientras que los primeros no están por la labor (sólo Ana Torroja ha manifestado públicamente su deseo de recuperar la banda), Manolo García y Quimi Portet ya se reencontraron hace un par de años para recuperar en cuatro conciertos canciones de Los Rápidos, Los Burros y, claro, El Último de la FIla. Con eso, aseguran, tuvieron más que suficiente. «Hubo algo mágico y la gente aún me lo dice. Volver sería mancillarlo», dejó dicho sobre un posible retorno a lo grande los autores de «Insurrección».

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